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Retos para la Economía Mexicana

Durante el primer semestre del año, la economía mundial registró una profunda recesión como resultado de la fuerte contracción de la demanda. La caída de la actividad económica fue diferenciada entre las distintas regiones del mundo, de forma tal que en Estados Unidos y la Zona Euro se observaron fuertes caídas, aunque con una tendencia a la estabilidad, una mayor expansión en Japón y un desempeño positivo en las economías emergentes lideradas por China y la India.

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Manuel Guzmán, Economista en jefe de la Dirección de Análisis de Ixe Grupo Financiero.

En el caso particular de Estados Unidos, la economía se contrajo en el primer trimestre 3.3%, con relación al mismo trimestre de 2008, lo que representó la tercera caída consecutiva del Producto Interno Bruto (PIB) y la segunda más importante desde 1982. El factor que influyó primordialmente en este resultado fue la caída de la inversión, que registró su menor contribución al crecimiento del PIB desde 1975.

En el segundo trimestre se registró una nueva contracción del PIB de Estados Unidos (-3.9%), aunque la variación trimestral anualizada fue de sólo 1%, como consecuencia de un mejor comportamiento del gasto del gobierno y las exportaciones. El gasto del gobierno subió 6.4% en este periodo, lo que compensó parcialmente la caída en el gasto de las empresas, mientras que las exportaciones cayeron 5%, reflejando niveles todavía débiles de demanda externa ante la recesión global. Al igual que en el caso del gasto del gobierno, las exportaciones registraron un comportamiento menos desfavorable que en el primer trimestre.

Uno de los rubros que sigue mostrando una debilidad importante es la inversión, que incluye la inversión residencial y que en el segundo trimestre cayó 24.4%. Es importante destacar que si bien el sector residencial en Estados Unidos continuó mostrando una debilidad importante, algunos indicadores como las ventas e inicios de casas, los precios de las viviendas y el gasto en construcción muestran ya signos de estabilización, lo que podría anticipar una contribución menos negativa del sector construcción al crecimiento de la economía en los próximos trimestres.

Aunque el primer semestre en términos generales mostró una profunda fragilidad de la economía norteamericana, empiezan a surgir con más frecuencia indicadores que apuntan hacia un mejor desempeño en la segunda parte del año y con mayor contundencia en el primer semestre de 2010. Particularmente, el Índice de Gerentes Manufactureros (ISM Manufacturero) ha mostrado un de-sempeño positivo en los últimos meses, ubicándose en 52.9 puntos en el mes de agosto después de haber registrado niveles mínimos de 32.9 puntos en el
mes de diciembre.

Es importante destacar que el nivel de 50 puntos en el ISM Manufacturero es relevante toda vez que es la frontera que divide el ciclo económico en Estados Unidos en contracción y expansión. De esta forma, el hecho de que actualmente se ubique por encima de los 50 puntos anticipa un mejor desempeño de la economía norteamericana en los siguientes meses.

Al igual que en Estados Unidos, en otros países se pueden encontrar signos alentadores de recuperación económica. Algunos países desarrollados como Francia, Alemania y Japón han registrado una evolución positiva del PIB en el segundo trimestre con respecto al inmediato anterior, mientras que algunos países emergentes, principalmente China, muestran claros signos de recuperación que han surgido como resultado de los importantes recursos destinados a planes de apoyo y que han fortalecido su demanda interna. De esta forma, el mundo empieza a ver los resultados de la aplicación de programas anticíclicos que han actuado en etapas: primero, estabilizando el sistema financiero internacional, después fortaleciendo la confianza de los distintos agentes económicos y, finalmente, generando condiciones para iniciar el proceso de recuperación económica. 

 

México, referencias históricas

Aunque en México se observan también algunos signos positivos, lo cierto es que la caída en la actividad productiva del primer trimestre (-8%) se vio acentuada en el segundo (-10.3) como resultado del impacto que tuvo la contingencia sanitaria  en los meses de abril y mayo en sectores como hotelería, restaurantes, comercio y esparcimiento, así como por un efecto estadístico derivado del periodo de Semana Santa que en 2009 se presentó en abril, mientras que en 2008 cayó en marzo, lo que afectó los niveles de actividad productiva.

Con los datos observados en el primer semestre, se puede esperar que para el 2009 en su conjunto la economía se contraiga 7.3%. No obstante, hay organismos financieros internacionales como la OCDE, que estiman una caída de hasta 8%. Pero, ¿qué tan profunda es esta contracción desde el punto de vista histórico?

En el periodo que va de 1895 a 2008, la economía de México registró episodios de fuerte expansión y también de profundas contracciones. Hacia finales de la década de los veinte y principio de los treinta, la actividad económica en nuestro país sufrió de grandes vaivenes como resultado de la crisis surgida en Estados Unidos, y que más adelante se conocería como la “Gran Depresión”.

En el periodo 1929-1932, las importaciones americanas cayeron 66%, al pasar de 4 mil 400 millones de dólares (mdd) a mil 500 mdd, mientras que las exportaciones sufrieron una disminución de 61%, al pasar de 5 mil 400 mdd a 2 mil 100 mdd. En este mismo lapso, el comercio internacional se contrajo 66% y el valor del PIB estadounidense se redujo 68%. Al finalizar 1932, la producción mundial fue 40% inferior a la de 1929 y se registró una deflación de 50%.

La contracción del crédito y la inversión que siguió a la crisis bancaria en Estados Unidos ocasionó que en el lapso antes señalado, alrededor de 110 mil empresas cerraran sus puertas. El resultado en
términos de empleo fue muy grave; al finalizar 1932, cerca de 14 millones de personas perdieron su empleo sólo en Estados Unidos (30% de la población activa) y 30 millones en los países industrializados.

México no se pudo abstraer de esta tendencia de depresión a nivel mundial. En 1929, el PIB cayó 3.9%, en 1930 disminuyó 6% y después de un crecimiento de 3.3% en 1931, la economía mexicana registró una fuerte contracción de 14.9% en 1932, siendo ésta la mayor caída que ha enfrentado el país desde que se tienen estadísticas del sector real. Con esta perspectiva histórica, la contracción de 6.2% que registró la economía mexicana en 1995, tras la devaluación de diciembre de 1994, es la segunda más fuerte en la historia del país; no obstante, de materializarse una contracción de 7.3%, México habrá registrado en 2009 la segunda caída más profunda de la historia.

Signos incipientes de recuperación

La economía de México será la que más caiga en América Latina y uno de los más afectados a nivel mundial. Por supuesto, la pregunta obligada es por qué la evolución económica de México mostrará tal deterioro. Una de las primeras ideas que surgen al respecto es que al ser frontera con Estados Unidos, epicentro de la crisis económica mundial, México se ha visto mayormente afectado; sin embargo, Canadá tiene la misma condición geográfica que México y de acuerdo con las estimaciones de la OCDE, en 2009 caerá sólo 2.6%.

La diferencia entre México y Canadá tiene que ver con el modelo de crecimiento económico que cada país ha seguido. México ha basado su política de crecimiento principalmente en dos pilares, la definición del sector externo como la punta de lanza que generaría mayor dinamismo en el resto de los sectores, destacando principalmente la dependencia de los ingresos por la venta de petróleo y, por otro lado, la integración comercial con Estados Unidos. Desafortunadamente, en el contexto económico actual este modelo resultó contraproducente ante el fuerte ajuste de la demanda externa. Canadá por su parte, ha diversificado más su mercado de exportación y ha fortalecido los motores de crecimiento interno, a través de diversas reformas en su mercado doméstico.

Vale la pena destacar que en términos desestacionalizados, es decir, comparado con el periodo inmediato anterior, la caída de la economía mexicana en el segundo trimestre resultó ser más moderada con respecto al primer trimestre. De la misma manera, en el tercer trimestre la actividad económica se contraerá 6.6% anual, aunque en términos trimestrales se registrará una variación positiva, lo que significaría un cambio de tendencia en la trayectoria de la economía.

El cambio de tendencia estará soportado por la paulatina recuperación de la demanda externa, asociada a la reactivación de la actividad económica de Estados Unidos y al desvanecimiento de los choques temporales que se registraron en el segundo trimestre. De hecho, ya en el mes de junio el Indicador Global de Actividad Económica registró un desempeño mejor al observado en mayo, al disminuir -0.2% vs -0.8 de este último mes, mientras que la actividad de los servicios repuntó 0.8%, lo que pone de manifiesto la reversión del impacto de la contingencia sanitaria. 

Así, los indicadores más recientes de actividad económica, tanto en Estados Unidos como en México, señalan claramente que no sólo ya se tocó fondo en la actual crisis sino que hay incluso ya signos alentadores de recuperación. En este sentido, la OCDE señaló en su informe semestral sobre las perspectivas de la economía mundial que el comercio global ha comenzado a recuperarse, lo que podría generar una recuperación económica más rápida de lo que se había anticipado inicialmente.


El Indicador Global de Actividad Económica registró en Junio un desempeño mejor al observado en mayor, al disminuir -0.2% vs -0.8%.

 

De acuerdo con la OCDE, las economías que forman el G7 registrarán una contracción en 2009 de 3.7%, en comparación con la caída de 4.1% que se había estimado en su reporte del mes de junio. Los factores que explican esta mejoría en la actividad económica, están relacionados con el efecto positivo de los programas de estímulo que se han implementado en la mayor parte de los países del mundo, así como a la marcada recuperación del mercado inmobiliario en Estados Unidos y Reino Unido, en términos de ventas y recuperación de precios de las viviendas.

En el caso de México, las proyecciones de contracción económica para este 2009 se han venido profundizando, entre otras cosas por el impacto económico de la crisis de influenza, sin embargo, las correspondientes al 2010 muestran una constante mejoría. De acuerdo con la Encuesta de Expectativas Económicas del Sector Privado, levantada por Banco de México en el mes de julio, el crecimiento de la economía mexicana en 2010 será de 2.9%, mientras que en enero se esperaba un crecimiento de 2.1%.

Es importante reconocer que a pesar de un crecimiento cercano a 3% en 2010, éste no será suficiente para compensar la mitad de la caída que se registrará en 2009 y claramente se ubicará muy por debajo del crecimiento potencial del país, que es de 5.5%.

Bajo esta perspectiva es relevante considerar los retos que México enfrenta y que deben ser abordados de manera inmediata a fin de crecer a tasas más aceleradas y de manera sostenida, de forma tal, que se generen más empleos y mejor remunerados.

Hoy, como pocas veces, la contracción económica mundial y las condiciones internacionales de aversión al riesgo, han tenido un impacto considerable sobre algunos de los rubros más importantes del sector externo de México.

En cuanto a las remesas familiares, en el mes de junio mostraron una caída de 16.2% respecto al mismo periodo de 2009, y en términos acumulados, la contracción es de 12.6% frente a los primeros siete meses del año anterior. Desde el mes de noviembre de 2008, las remesas han venido cayendo de manera consecutiva como resultado de los mayores controles fronterizos, las fuertes sanciones a las que son sometidas las empresas norteamericanas que contratan mano de obra indocumentada y la profunda contracción del sector construcción en Estados Unidos, principal demandante de trabajadores mexicanos. De esta forma, las remesas se ubicarán al cierre de 2009 en alrededor de 20 mil mdd, es decir, 13% por debajo del nivel alcanzado en 2008 y 16% por debajo del nivel máximo registrado en 2007.

La Inversión Extranjera Directa (IED) es otro elemento que muestra una tendencia negativa, reflejando la pérdida de competitividad de México. En 2008, la IED cayó 18.3%, mientras que la inversión canalizada a Latinoamérica se incrementó 13% y la dirigida a Brasil 30%. En 2009 la historia es similar, de acuerdo con la Secretaría de Economía en los primeros seis meses del año México captó 9 mil 976 millones de dólares por concepto de IED, lo que representó una caída de 24.5% con respecto a la obtenida en el mismo lapso de 2008.

Claramente México ha perdido atractivo como destino de inversión. De acuerdo con cifras del Foro Económico Mundial, en 2008 México cayó ocho posiciones al pasar del lugar 52 al 60; de esta forma, México deberá de hacer los cambios necesarios de manera tal que recupere el atractivo perdido en los últimos años.

La caída en la inversión también abarca a la industria petrolera del país ya que no se han canalizado recursos suficientes, de manera tal que se logre revertir la caída en la producción del principal yacimiento petrolero Cantarell. Efectivamente, en julio la producción de este yacimiento fue de 646 mil 557 barriles diarios en promedio, lo que significa una caída de 21% respecto a los 817 mil 502 barriles diarios que aportaba al inicio del año. En comparación con la producción máxima que Cantarell registró en diciembre de 2003 (dos millones 211 mil barriles diarios), la caída es de 71%. El desplome en la producción de Cantarell ha ocasionado que la aportación de este yacimiento a la producción total de crudo haya disminuido de 65% en 2003 a 25% actualmente, y para 2010 se espera que la producción disminuya a 400 mil 500 barriles diarios, lo que significará que la aportación a la producción total se ajuste a 20%.


Los retos que enfrenta el mundo y México es el debilitamiento de las finanzas públicas. 

 

Retos inmediatos

Uno de los grandes retos que enfrenta el mundo y México es el debilitamiento de las finanzas públicas. La mayor parte de los países del mundo han enfrentado la actual crisis a través de amplios programas de apoyo financiero a sus respectivas economías, lo que afecta la salud de las finanzas públicas. Países como Estados Unidos, Inglaterra y Japón terminarán 2009 con un déficit fiscal superior a 10% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que refleja el gran esfuerzo financiero llevado a cabo por las grandes naciones para evitar el colapso de la economía mundial.

México se encuentra en una situación relativamente más cómoda en términos del tamaño del déficit esperado para 2009, cerca de 2% del PIB, no obstante, las preguntas que se deben resolver son cómo va a financiar México este déficit y cuánto tiempo va a tomar revertir dicho desequilibrio. Estas preguntas son aún más relevantes si se considera que México es el país de Latinoamérica que menos recaudación tributaria tiene como proporción del PIB, tan sólo 9.5%, mientras que el promedio de los países de América se ubica en 14.5% y el de los países desarrollados en 20%.

Esta mayor vulnerabilidad en las finanzas públicas de México es lo que originó que en noviembre de 2008 y mayo de 2009, las compañías calificadoras de riesgo Fitch Ratings y Standard & Poors, respectivamente, pusieran en perspectiva negativa la calificación de la deuda soberana de México. Si bien la tercera calificadora más importante, Moody’s, ratificó su calificación bajo el argumento de que los problemas fiscales por los que atraviesa México son coyunturales, aún subsiste el riesgo de que Fitch y S&P recorten la calificación en función del análisis que se haga del Presupuesto que presentó la Secretaría de Hacienda al Congreso.

Si bien es cierto que aún con un recorte a la calificación, México mantendría el grado de inversión, la posición de Fitch y S&P debe considerarse como una llamada de atención para avanzar en el fortalecimiento estructural de las finanzas públicas.

La evolución de las variables señaladas refleja el efecto de una menor actividad económica mundial, pero también el impacto de haber pospuesto la aprobación de reformas estructurales que hubieran promovido una mayor competitividad, un mayor crecimiento económico y la creación de más fuentes de empleo. En los siguientes meses se irá consolidando la entrada a una nueva fase de crecimiento económico mundial, no obstante, si no se avanza rápida y contundentemente en los cambios que el país requiere, se amplía la posibilidad de que México se rezague con respecto a otros países y pierda la oportunidad de aprovechar la fase creciente del nuevo ciclo económico mundial.

*El autor es Economista en Jefe de Ixe Grupo Financiero.