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Altavista la sofisticada

De lado a lado de Altavista hay restaurantes, galerías de arte, joyerías, tiendas de ropa o de muebles y casas de decoración, entre otros tesoros.

Algunos de sus promotores están convencidos de que cada vez más se asemeja a la Quinta Avenida de Nueva York.

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Pocas  avenidas lucen tan portentosas en la ciudad de México como la de Altavista, en San Ángel: de lado a lado de la misma hay restaurantes, galerías de arte, joyerías, tiendas de ropa o de muebles, casas de decoración, bancos, oficinas y museos. Algunos de sus promotores están convencidos que la rúa cada vez más se asemeja a la Quinta Avenida de Nueva York, por lo elegante y exclusiva. A mediados del siglo XX la calle que va de Avenida de los Insurgentes a Periférico, en el sur de la capital de país, era apenas un camino vecinal con añosos árboles, que conducía al Desierto de los Leones y a Toluca.

Doña Carmelita Mendoza, vecina de San Ángel y entusiasta promotora de la conservación de costumbres y tradiciones del pueblo, dice que “Altavista divide propiamente a San Ángel de San Ángel Inn, una zona que empezó a colonizarse  en los años treinta, habitada al principio por alemanes. Luego empezaron a llegar personas pudientes  del ámbito empresarial, financiero y de la política“. Los terrenos eran enormes, de más de 1000 metros cuadrados.

SAN ÁNGEL INN, EL DETONADOR

Al correr de los años, algunas familias fueron vendiendo sus casas y poco a poco restaurantes y comercios empezaron a establecerse en el lugar. Uno de los primeros fue el restaurante San Ángel Inn, instalado en el casco de una hacienda construida en 1692. Esta construcción tiene una larga historia: perteneció a los Goicochea y luego a los Adalid, que la destinaron a la explotación del pulque; ahí residió la marquesa Calderón de la Barca; el general Santa Anna, en 1847, planeó la batalla de Chapultepec para combatir la invasión norteamericana, y esta hacienda también fue escenario de una reunión entre Zapata y Villa. En la década de 1920 fue el hotel de Madame Roux, donde se hospedaron famosos como Enrico Carusso y George Gershwin. Después fue sede de la Universidad Iberoamericana y, finalmente, en 1963 se  estableció el restaurante San Ángel Inn.  Siempre ha sido un lugar elegante, refinado, con gran tradición, visitado por personalidades como el príncipe Felipe de Inglaterra, la princesa Beatriz de Holanda, el presidente Nixon, Robert Kennedy, Rock Hudson, Brigitte Bardot y la crema y nata de empresarios y políticos mexicanos.

 

Tras el éxito del restaurante San Ángel Inn otros restaurantes y comercios  empezaron a abrir sus puertas, como la tienda de ropa Frattina, que tiene 25 años de establecida. Vende ropa casual  y de alta costura de exclusivas marcas.

 

Casi medio centenar de las firmas de prestigio están presentes en Altavista: High Life, Tane, Cartier, Berger, Aries, Cocinas Quetzal, Galería Kin, Moda in Casa, Home Fashion, Hauss, Rionda, Presencia Nupcial, Tuy Muebles, Galería San Carlos, Anne Klein,  Dupuis y Boutique del Bebé, entre otras. Y hay que mencionar a los restaurantes Tapa-Tapas,  Barrio Sur, La Palmera, Sofía y La Buena Fe, como lugares donde se disfruta la calidad.

Por otro lado, en el Pabellón Altavista (esquina Altavista con Revolución) hay cines, boutiques y restaurantes. El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y el Museo de Arte Carrillo Gil están presentes en la famosa vía. Y muy pronto inaugurarán la galería Altavista 147 —en la casa que era propiedad del industrial Carlos Prieto—, donde habrá alrededor de 15 exclusivas tiendas.

Como la mayor parte de los comercios fueron instalados en viejas casonas que se remodelaron hay leyendas de fantasmas y aparecidos, así lo constatan empleados y vigilantes. Por ejemplo, dicen que  donde está el restaurante La Buena Fe aparecía una dama de blanco, por lo que hasta se llamó a un sacerdote para que bendijera el lugar. Con estilo de tasca española, está de moda entre los altos ejecutivos, y los domingos hay bufé especial para niños, quienes tienen un lugar aparte con mesitas y sillitas donde disfrutan de juegos de mesa. También la dama de blanco suele aparecer en un jardín por donde están los ya mencionados High Life, Cartier y el restaurante Barrio Sur. Los descreídos dicen que todo esto es fruto de la imaginación de algunos.

ALTA PLUSVALÍA

Roberto González —Presidente de la Asociación de Comerciantes de San Ángel y propietario de Fonda San Ángel, situada frente a la Plaza San Jacinto— considera que en Altavista la transformación de zona residencial en comercial empezó en los años setenta. Opina que quizá el Periférico también contribuyó al boom, que apenas en la década anterior se había  terminado de construir.

 

Actualmente los terrenos tienen alta plusvalía: en zona residencial entre 800 y 1200 dólares el metro cuadrado, en giro comercial un promedio de 1300 dólares el metro cuadrado (y en alquiler entre 30 y 50 dólares el metro cuadrado).

Los comerciantes de la zona, como Jesús Palacios, Gerente del Restaurante Sofía, de comida italiana, coinciden en que el éxito de Altavista se debe a que está situada en un lugar privilegiado y con un encanto muy especial. Palacios considera que quien se arriesga a poner un negocio en esta calle es gente de bien, que gusta de los desafíos y que muestra calidad humana. En su opinión, ello se traduce en el trato personal que se da al cliente, por lo que éste queda satisfecho y regresa. Además comenta que hay planes para mejorar a Altavista (banquetas, áreas verdes, iluminación, seguridad),  donde intervienen tanto comerciantes establecidos como vecinos y autoridades de la delegación.

“Altavista es uno de los corazones de la ciudad y es un corredor natural que une a varias zonas residenciales, de ahí su importancia“, comenta Roberto Palacios Director de Muebles Dupuis.

Altavista, en el corazón del hermoso San Ángel, es un perfecto equilibrio entre lujo, buena vida y entretenimiento, donde los habitantes del sur de la ciudad pueden encontrar las mejores y más innovadoras marcas en una sola avenida.