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El aumento de precios en materias primas como petróleo, acero y cemento, han pasado la factura a la industria de la construcción, lo que a su vez, coloca a los vivienderos  en una postura de ajuste de precios y estrategias para sus productos. Pero no todo son malas noticias, detrás de este entorno hay escenarios de adversidad que debieran de tomarse como verdaderas oportunidades.

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Crisis energética: Cobra factura a la construcción

Autoridad y empresarios alertas ante alza de materiales para la construcción.

El aumento de precios en materias primas como petróleo, acero y cemento, han pasado la factura a la industria de la construcción, lo que a su vez, coloca a los vivienderos  en una postura de ajuste de precios y estrategias para sus productos. Pero no todo son malas noticias, detrás de este entorno hay escenarios de adversidad que debieran de tomarse como verdaderas oportunidades.

Las pizarras electrónicas de los centros bursátiles mundiales están que arden. Y es que elementos como un precio del crudo que parece aún no ver su tope máximo, un contexto internacional de incertidumbre y especulación económica, aunado a un alza en los precios de las materias primas, están ocasionando que las previsiones económicas de los analistas internacionales, se muevan como una llama ante una ventisca; y si bien es cierto que hasta ahora la economía mexicana ha dejado ver su fortaleza, lo cierto es que tampoco se ha mostrado inmune ante tal panorama.

Una clara muestra de ello son las presiones acumuladas por la industria de la construcción ante el encarecimiento de insumos como energéticos, cemento y acero, que ya han puesto en aprietos a los constructores y desarrolladores; situación que lleva a especular si las metas de construcción de vivienda planteadas por el gobierno federal podrán ser cumplidas en su totalidad; a lo que se le suma el subejercicio de los recursos del Fondo Nacional de Infraestructura.

En fechas recientes,Humberto Armenta, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), dijo que los proyectos carreteros se encarecieron aproximadamente en ocho por ciento, debido al alza de materias primas como  acero, cemento y asfalto; aunque precisó que afortunadamente tal circunstancia no ha retrazado la realización de los mismos. En el caso de las carreteras, expuso -el asfalto, un derivado del petróleo-, representa al menos 30 por ciento del costo total de obra como esta.

Armenta a su vez sostuvo que el incremento en el costo de estos productos ha impactado otros segmentos del ramo como el de la vivienda -el cual calculó-, ha visto alzas de hasta seis por ciento en sus costos; y aunque hasta el momento ello no siempre se ha reflejado en el precio final de los inmuebles -puesto que una parte de los constructores han optado por absorber el sobrecosto-, es difícil decir hasta cuándo podrán seguir haciéndolo.

De hecho la incertidumbre al respecto ha provocado que, al momento de presentarse las propuestas económicas para la construcción de la línea 12 del metro de la Ciudad de México, empresas como FCC Construcciones y La Peninsular por un lado y Carso Infraestructura, Alsthom Transport / Alsthom Mexicana e ICA por otro, se fueran hasta más del doble en sus  posturas al proponer una inversión de 19 mil y 26 mil millones de pesos respectivamente, desde los 12 mil millones que habían presupuestado las autoridades capitalinas, costaría la realización del sistema de transporte.

Hacer más con menos

Ante la posibilidad de que los constructores y desarrolladores inmobiliarios traduzcan dichos incrementos al consumidor, Víctor Manuel Borrás, director general del Infonavit, propuso en conferencia de prensa ante medios de comunicación que “para evitar un incremento de precio en las viviendas, el Instituto pretende que se construyan más casas por hectárea cuadrada para que los desarrolladores aguanten el incremento en precios de materiales como el cobre, cemento y acero”.

“Los insumos para la vivienda han subido en los últimos meses, fundamentalmente el acero y el cemento, y pensamos que la estrategia que debemos adoptar es hacer un mejor uso de la tierra, que es el insumo más caro dentro de la estructura de costos. Aprovecharla mejor es fundamental para asegurar el futuro de la vivienda económica”, dijo Borrás Setién previo a la inauguración del 4to. Foro Nacional de Vivienda Económica.

Según el funcionario federal, a pesar de los esfuerzos de los empresarios por mantener sus precios, la dependencia a su cargo ha registrado aumentos en  el precios de la vivienda que oscilan entre tres y cuatro por ciento; agregó que tales sobrecostos han sido módicos si se observa que los precios internacionales del acero, por ejemplo, han aumentado hasta en 40 por ciento.

Al ser cuestionado hasta en cuánto se debería de aumentar la densidad de vivienda por cada hectárea, Víctor Borrás sugirió que un promedio de 90 propiedades podrían ser factibles para avanzar desde los 60 hogares que hoy en día se tienen como promedio.

 
Tanque de Recuperación, Refinería Lazaro Cárdenas.

¿Y lo peor?

Reunidos durante la primera semana de junio en el país Galo, los ministros de hacienda de los países adheridos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dejaron entrever que “lo peor de la crisis financiera ya ha pasado”, por lo que dedujeron que los aumentos en las materias primas deberían de frenarse en cualquier momento, y con ello las presiones inflacionarias; no obstante reconocieron que el “enfriamiento” de la actividad en el mercado de vivienda de los países miembros va a continuar por unos meses más, sin que precisaran con seguridad de cuánto tiempo se estaría hablando.

Miembros del conocido como “club de los países desarrollados”, coincidieron en que la fuerte demanda procedente de las economías emergentes es un factor que ha contribuido al encarecimiento de las materias primas, pero esa misma demanda también es un apoyo a la actividad en sus propios países, toda vez que manifestaron su preocupación por las presiones inflacionistas y algunas indicaciones a partir de expectativas sobre que la tendencia podría ser creciente.

En la reunión llevada a cabo en la Ciudad Luz, los presentes también convinieron en que hay que prestar atención a los desequilibrios de las balanzas fiscales, especialmente donde persistenesas presiones inflacionistas, y continuar con las reformas estructurales.

Lo anterior viene muy a la mano comentarlo toda vez que durante la primera quincena de junio del año en curso, el presidente Felipe Calderón presionó a las autoridades del Banco de México -encabezado por Guillermo Ortiz-, a reducir las tasas de interés con la finalidad de dinamizar el flujo de la economía al hacer más fácil la adquisición del crédito para las empresas.

La reacción del Banco de México no se hizo esperar. El viernes 20 de junio durante su reunión matutina, la institución se desentendió del llamado presidencial y aumentó su tasa de interés de referencia en 0.25 puntos porcentuales, para ubicarla en 7.75 por ciento, y así frenar las presiones inflacionarias que amenazan con dejar atrás los pronósticos de encarecimiento de la vida, mismo que hasta ahora fija su proyección en cuatro por ciento, como límite máximo.

Analistas financieros dieron el visto bueno a la acción emprendida por Ortiz, y dijeron que esa es una señal de control de la política monetaria que demuestra responsabilidad y autonomía. Al respecto, Edgar Camargo, director del área de Investigación Económica del Bank of America, señaló que “tomar decisiones como ésta, es la única manera en que se puede mantener bajo control la economía y a raya los aumentos inflacionarios”.

En el contexto internacional, se dijo que la insaciable hambre por materias primas que muestran países como India y China, son en buena medida las causantes de la escalada de precios de las mismas, pues no obstante de que China sea uno de los principales productores de acero a nivel mundial, el metal que produce básicamente se va en autoconsumo, y aún así, hace una demanda tan grande que con ello presiona por medio de la ley de la oferta y la demanda, el ascenso en los precios.

 

Los beneficios

Víctor Lachica, director general de la firma Cushman & Wakefield (C&W), dijo recientemente en una entrevista para el periódico El Universal, que el incremento en el precio del acero, así como en el petróleo y sus derivados serán factores que llevarán a empresas de todo el mundo a replantear su estrategia de producir e invertir en China y otros países del sureste asiático.

Según Lachica, los parques industriales mexicanos se verán beneficiados por esta situación que de por sí ya es de bonanza.”Hay muchos jugadores en el mercado, mucho dinero también así como algunas empresas que se están regresando de China y Asia y que hace tiempo llevaron sus operaciones a esas tierras por el atractivo costo de la mano de obra, ahora se dan cuenta que no está siendo rentable”, planteó el directivo.

De acuerdo a un reporte en el rubro de Parques Industriales, elaborado por la empresa de corretaje y bienes raíces, el país estaría preparado para recibir una oleada de empresas si es que eso fuera necesario, ya que varios corredores industriales situados sólo en la zona central del país reportan un inventario de más de tres millones de metros cuadrados disponibles, mientras que en construcción se tienen registrados al menos 300 mil metros cuadrados más.

Al respecto, la correduría Merrill Lynch expuso a través de un estudio que sus pronósticos en cuanto a inversión en infraestructura en México son optimistas, y dijo que duplicó su pronóstico sobre el gasto en infraestructura para los próximos tres años, al aumentar de 60 mil millones a 120 mil millones de dólares, todo ello al poner en ejercicio el Programa Nacional de Infraestructura anunciado por el gobierno federal.

Michael Hartnett, director en jefe de Merrill Lynch para Mercados Accionarios en Mercados Emergentes, expuso que el gobierno mexicano anunció proyectos de infraestructura con un valor estimado de 330 mil millones de dólares a partir de este año y hasta el 2015. Las industrias clave para el gasto en infraestructura durante los próximos tres años serán energía (60 mil millones de dólares), transporte/logística (25 mil millones de dólares) y agua/alcantarillado (25 mil millones de dólares), expuso Hartnett.

La firma citada también elevó su pronóstico de gasto en infraestructura en los mercados emergentes en los próximos tres años desde 1.25 billones de dólares a 2.5 billones de dólares, por los programas de gasto más agresivos por parte de los gobiernos y a las altas estimaciones de los analistas.

El estratega subrayó que el gasto en infraestructura es una solución de largo plazo contra la inflación, la urbanización y altos niveles de ahorro interno, y precisó que la restricción al crédito tiene un impacto limitado, ya que 75 por ciento del gasto es auspiciado por el gobierno.

Al mismo tiempo, el directivo alertó que los riesgos del gasto son la burocracia, el incremento en el costo de las materias primas, el colapso de los precios de las materias primas en Rusia y los Países del Golfo y el marcado deterioro del presupuesto de China.

“Seguimos positivos ante el tema de la inversión en infraestructura en los mercados emergentes. A pesar de la preocupación de los mercados por el crecimiento en 2008, el Índice de Mercados Emergentes de Merrill Lynch alcanzó un alza relativa contra los mercados accionarios globales”, refirió Heartnett.

Así las cosas, no deje de poner atención a lo que muestran las pizarras de las bolsas de valores. Eventos como el cambio climático y la temporada de huracanes en el atlántico, son ingredientes que se agregan a todos los antes mencionados, y que hacen de los valores de los acciones, un verdadero baile de fuego.