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Usos e Implicaciones de la imagen

El Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA Ciudad Universitaria, en México), presenta una revisión de una de las colecciones más importantes de arte contemporáneo en el país, La Colección Isabel y Agustín Copel, Las implicaciones de la imagen.

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Muestra curada por Taiyana Pimentel, reúne a 79 artistas y un total de 123 piezas entre escultura, fotografía, dibujo, video e instalación. La curaduría se propone seis líneas fundamentales de lectura: el objeto; la fragmentación del tiempo y el espacio; del individuo al personaje; el cuerpo; las fracturas del poder; desde el concepto a la memoria. Problemáticas formales y ejes temáticos, distancias y coincidencias históricas, se articulan en torno a estos seis ejes de investigación. Hagamos un breve recorrido por algunos de los apartados.


Gray Moses (díptico) 1991

Desde el objeto

En esta primera sección encontramos obra de Abraham Cruzvillegas, Dan Flavin, Donald Judd, Sofía Táboas y Eduardo Abaroa entre otros artistas. Desde el objeto, hace un análisis de los márgenes del objeto escultórico, su invasión al espacio arquitectónico y la obligada negociación que establece con el espacio vital del espectador. Cito a la curadora: “Desde el objeto despliega una serie de situaciones e instalaciones objetuales en las que la subversión de las nociones tradicionales de la escultura se encuentran en el centro del planteamiento.”

El camino de la desmaterialización del objeto artístico ha sido lento y penoso. El objeto escultórico fue probablemente el primero en sufrir las consecuencias con la incursión de los ready-made (objetos manufacturados) en el sistema artístico. El gesto duchampiano de principios del siglo XX, desencadenó la significación y articulación del hecho artístico en realidades, hasta entonces entendidas, como extra-artísticas.


Culture Myth-Greece 1984.

La apropiación crítica de la realidad tuvo consecuencias básicas tanto para el arte objetual, como para el arte conceptual. Dispersar el sentido unívoco de la realidad en cadenas significantes, implica hacer existir el mundo como una posibilidad a la mano. La realidad, el mundo y la vida, comienzan a articularse en el hecho artístico.  Más que un productor, el artista se convierte en un cazador, un recolector, tanto de ideas como de objetos. Un generador de situaciones en las que juega una parte central el espectador. Demarcar los límites del objeto tiene consecuencias en la ocupación arquitectónica del espacio y en la percepción del espectador.  En la exposición podemos ver como los límites del objeto se difuminan tornándose incorpóreos como la luz, en el caso de la obra de Dan Flavin o James Turrell. O bien, orgánicos como la instalación de Rivane Neuenschwander o de Abraham Cruzvillegas.

La obra de Rivane, Suspended Landscape (1997), llama la atención acerca de la ocupación del espacio físico que se traduce en una forzosa negociación  con el espacio vital del espectador. La obra se convierte en un espacio transitable. Uno se desplaza entre cabezas de ajo ahuecadas que penden del techo y se disponen casi a ras de suelo. El paisaje suspendido despliega su fragilidad y precariedad ante nuestros pasos y nos remite a la cualidad efímera de la propia existencia. Una lluvia de osamentas que contienen vacío y se suspenden en el aire es un gesto poético que establece una analogía con la transitoriedad y fragilidad de la propia vida.

Otra pieza que trabaja con nuestra propia percepción del espacio es Enzu Red (1967), de James Turrell. El artista desafía la vivencia perceptual del espectador recurriendo a la ilusión óptica, mediante el uso de la luz. Poniendo en tensión los límites de lo bidimensional y lo tridimensional, de la materia y lo incorpóreo. Lo interesante de esta pieza es que el mismo espectador es el eje que hace posible la relación entre el objeto y el espacio escultórico.

 
Occidental Guest (groom) 2005
Drawing Restraint 9 Occidental Guest (bride)

Desde la fragmentación del tiempo y el espacio

Presenta obra de John Baldessari, Bernd & Hilla Becher, Dan Graham, Jonathan Hernández, Gabriel Orozco y Gordon Matta-Clark, entre otros. Apunta la curadora: “La ciudad es un territorio propicio donde ocurren con mayor intensidad las dinámicas que median entre lo público y lo privado, entre lo colectivo y lo individual; es la construcción cultural con la que mejor se identifica el individuo global, donde las nociones de tiempo y espacio adquieren su significado.”

Desde la fragmentación del tiempo y el espacio, atiende a procesos fragmentarios de construcción y reconstrucción,  de la modernidad y la contemporaneidad, del centro y la periferia, del adentro y el afuera. La ciudad actúa como un espacio simbólico en el que se configuran el poder político, económico y social. Y llama la atención, en esta lectura particular, el énfasis sobre la ruina en los imaginarios urbanos. La ciudad se percibe como un conglomerado anónimo que transita su propia decadencia en la obra de Gordon Matta-Clark y Zhang Dali. Ejemplo de ello son las intervenciones “anarquitectónicas” que realizó Gordon Matta-Clark a edificios próximos a demolerse. Apuntan a un proceso de rehabilitación urbana que destruye lo que crea para seguir evolucionando.

La muestra incluye el video Conical Intersect (1974), una intervención realizada a un edificio del distrito parisino,  Les Halles, un par de semanas antes de su demolición. Zhang Dali, desarrolla una estrategia similar en la ciudad de Beijing. En Demolition, Forbidden City (1998), el artista cincela su perfil sobre la fachada de una construcción próxima a demolerse, en una de las zonas más deterioradas de la ciudad. Está presente también, la fotografía testamentaria de Bernd & Hilla Becher, centrada exclusivamente en las ruinas que la modernidad nos heredó. Torres de agua, fábricas, hornos siderúrgicos, que por un momento encarnaron el ideal de progreso, muestran su obsolescencia en el vértigo temporal contemporáneo. Las ciudades se convierten en registros espaciales de la temporalidad histórica de la memoria tanto individual como colectiva de los habitantes de las urbes.

 

Desde el individuo al personaje

Es insoslayable la importancia del retrato en la conformación de la subjetividad en términos históricos. En los usos actuales, el retrato fotográfico opera como una herramienta indiscriminada que moldea tanto la conciencia social como las aspiraciones y los deseos individuales. El retrato, es la representación mediante la cual se modela la subjetividad contemporánea. Concientes de este poderoso artificio, los artistas extienden las incidencias del retrato y señalan aquellos lugares, a los que como sociedad, nos resistimos a mirar. Y aquellos otros, de los que nuestra mirada se prende en un acto de honesta identificación; retratos tanto de héroes, como de  antihéroes, de individuos y de colectividades.

“Desde el individuo al personaje -apunta Taiyana Pimentel- comprende los patrones simbólicos con los que se han desarrollado los mecanismos de la representación singular y comunitaria de la modernidad al presente. Dichos mecanismos han sido identificados con fenómenos como la prosperidad económica, las diferencias sociales y sexuales, la iconografía asociada a artistas e intelectuales, la función económica y el poder. Estos personajes encarnan la imaginación y el deseo y provienen del aura del poder, donde la intervención de los mass media los convierte en noticia y espectáculo.” Esta sección incluye obra de Diane Arbus, Rineke Dijkstra, Loretta Lux, Vik Muñiz, Wolfgang Tillmans y Gregory Crewdson, entre otros.

Las fotografías de Loretta lux, parten de la infancia como un lugar arquetípico, depositaria de la fantasía social como un espacio de pureza atemporal. En sus fotografías, la infancia se torna siniestra, sus personajes parecen encarnar seres celestiales que no comparten nuestra temporalidad. Rostros impecables, ropajes sin una sola arruga, posturas impasibles sobre paisajes de ensueño, dan a estos niños cierta caracterización de maniquíes, de seres autómatas imperturbables. Las fotografías de Rineke Dijkstra, por el contrario, retratan la vida de sus personajes en momentos límite.

Son muy conocidas sus fotografías de adolescentes en donde sus poses exhiben una especie de malestar con su propio cuerpo, dejando entrever las transformaciones psíquicas por las que atraviesan. En esta exposición podemos ver, fotografías que corresponden a una serie de imágenes de forcados de las corridas de toros portuguesas. Fotografiados instantes después de haber concluido la faena, con los rostros ensangrentados, la ropa desgarrada y un gesto exhausto, dan cuenta del desafío existencial que acaban de sortear los personajes. El trabajo de Rineke Dijkstra destaca la fragilidad de la condición humana en sus etapas de transición.


Water and Cloth over the head.

Desde el cuerpo

“Desde el cuerpo, - apunta Taiyana Pimentel- abarca discursos de genero donde lo femenino toma una postura crítica ante el arte y sus connotaciones sociales, y al mismo tiempo, escapa de lo meramente genérico para representar el cuerpo femenino desde el análisis de lo psicológico y lo sexual, con el propósito de deconstruir estereotipos culturales.” Trabajos de Marina Abramovic, Ana Mendieta, Sophie Calle, Tracey Emin, logran tejer la sutil red que encarna la subjetividad. Los sobresaltos existenciales del sujeto: la angustia, la muerte, la locura, el miedo, la sexualidad, la fantasía y el confinamiento, se encuentran retratados en esta sección. El cuerpo es lugar de construcción de la subjetividad, pero también el pivote que desanuda los discursos de poder y encarna la diferencia, la particularidad, lo singular. El frente a frente que desmantela los discursos homogeneizadores.

La obra de Marina Abramovic, suprime la representación y en una suerte de malabarismo toca el fondo de cuestiones éticas fundamentales. Sin metáfora, sin anestesia, sin mediador, sin representación, somete el cuerpo al límite de su resistencia física y en un sobresalto despierta nuestra conciencia ética. Tritura tanto nuestras asunciones del otro, como nuestro desconocimiento.

En el video que se presenta en esta muestra, el otro, lo encarna la figura esquelética de la muerte: ese gran denegado de la cultura occidental. Mediante ejercicios respiratorios -que inevitablemente conllevan transformaciones en los estados de conciencia- la artista recostada horizontalmente sobre el suelo, coloca sobre su propio cuerpo desnudo, un esqueleto. Retoma un rito pagano de la región de los Balcanes de la que es originaria, pero aún sin conocer los detalles regionales del trabajo de Abramovic, su trabajo genera resonancias que escapan a las delimitaciones geográficas, históricas y raciales.


Not stupid enough 1997

Cuando Abramovic trabaja con el dolor, la respiración, la muerte, trabaja con elementos que nos incumben a todos. Trabaja con nuestros propios fundamentos éticos, su cuerpo, literalmente anuda -mediante el dolor- el nacimiento de nuestra conciencia. Ante su dolor, no podemos más que despertar al acto conciente que da cuenta de su existencia.

Otras figuraciones del cuerpo nos llevan al trabajo de la artista francesa Louise Bourgeois. La obra Fears (1992), parte de figuraciones metafóricas usuales en su trabajo. Louise imprime en la materia, una exploración de estados psíquicos y existenciales. En alguna parte del texto hablábamos del artista como un cazador, un recolector. Bourgeois es una infalible recolectora de memorias. Toda su obra se produce a partir de pasajes y análisis de su propia vida. Pero más que regodearse con la pequeña tragedia, Louis, nos alerta acerca de los procesos de construcción y reconstrucción de la subjetividad.

Por último, la obra de Roger Ballen, retratos de la locura y la enfermedad, nos hacen dar cuenta de los límites de la representación. Pareciera que la delgada línea que nos pone a salvo de la locura es la capacidad de representar y representarnos. Una sutileza que pone en su lugar a la realidad y a la ficción. La cordura es un complejo juego de simulacros, trasposiciones y metáforas. Los personajes de Ballen, despojan de su ropaje a los modelos estereotípicos de la representación, y en otro extremo, ponen en cuestión nuestros modelos de conocimiento de la realidad. La honestidad de sus retratos, desdoblan ante nuestros ojos una faceta de la realidad, que cancelamos de antemano: la realidad como un campo abierto y fértil de múltiples posibilidades. La locura es un mundo posible.  

Las diversas líneas de lectura de esta colección dan cuenta de un amplio panorama en las prácticas artísticas contemporáneas. El cuerpo como construcción de la subjetividad, la crítica a las estructuras rígidas mediante las que se manifiesta el poder y sus fracturas como estrategias de producción artística, la conformación del individuo y su identidad como representación y la memoria como construcción histórica, son algunos de los puntos clave en la lectura de esta exhibición.      

 
Remscheid wolfgangtillmans Alemania 1968.