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Desaceleración en puerta.

La economía mexicana tuvo un primer semestre de año positivo, caracterizado por un ritmo de crecimiento superior al del mismo periodo del año pasado y el fortalecimiento de la estabilidad, por lo que logró transitar el proceso electoral sin ningún efecto negativo en su desempeño.

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Aunque no se perciben riesgos de inestabilidad macroeconómica se perfila un escenario de moderación en el ritmo de crecimiento durante la segunda mitad del año, lo que se extenderá para todo el transcurso del 2007. Al cierre de junio del 2006, el Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mexicana ligó 17 trimestres consecutivos con crecimiento y la expectativa para todo el año sigue siendo mejor respecto al resultado de 2005.

Sin embargo, desde ahora se perfila un crecimiento para la segunda mitad del 2006 a un ritmo inferior a la del primer semestre, iniciando un proceso de desaceleración moderado. Dicha moderación en el crecimiento local se fundamenta básicamente en que la economía estadounidense ha iniciando un proceso de desaceleración, que afectará las exportaciones de nuestro sector manufacturero. El menor crecimiento estadounidense se explica, principalmente, por los riesgos inflacionarios que han tenido que ser contrarrestados con constantes incrementos de su tasa de interés. Éstos, irremediablemente, están propiciando una moderación en su ritmo de crecimiento.

De acuerdo con información oficial, la cifra preliminar sobre el crecimiento estadounidense en el segundo trimestre de 2006 fue de 2.5 por ciento (trimestral anualizado), a diferencia del aumento de 5.6 por ciento del primer trimestre. “La moderación de la actividad obedeció principalmente al menor ritmo de expansión del consumo y la caída de la inversión residencial y en equipo y de software”, señaló un análisis del servicio de estudios de BBVA Bancomer. Este reporte pronosticó que el PIB anual de Estados Unidos crecerá en 3.3 por ciento en 2006, a diferencia del aumento de 3.5 porciento en elaño2005.

Desaceleración por factores externos

Es importante señalar que la expectativa de desaceleración en México no tiene que ver con eventos políticos locales, sino con la inercia de la economía externa, sobre todo por el debilitamiento que empieza a observar la economía estadounidense. Es decir, la desaceleración de México estará determinada por factores externos, no internos.

De acuerdo con Oxford Economic Forecasting, la economía estadounidense crecerá en 2006 a un ritmo de 3.4 por ciento, pero en 2007 lo hará en 2.9 por ciento. De la misma manera, esta firma de consultoría pronostica que México crecerá 4.0 y 3.3 por ciento en 2006 y 2007, respectivamente. Por su parte, la dirección de estudios económicos de Banamex estima que el crecimiento de la economía mexicana en todo 2006 será de 4.1 por ciento, pero para el año venidero lo hará en apenas 3.4porciento.

Dinámica inicial

Durante el primer semestre del año en curso la economía experimentó un crecimiento mayor al reportado en el mismo periodo del 2005: un repunte de 5.1 por ciento en 2006, a diferencia de 2.86 por ciento en 2005. En el momento de comenzar a circular esta edición de nuestra revista se estará por conocer la cifra oficinal de crecimiento del segundo trimestre del año en curso, aunque en forma preliminar la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que avanzó a un ritmo superior a 4.0 por ciento, reconociendo que quitando los efectos por menos días laborables de Semana Santa este crecimiento fue de 5.2 por ciento. Durante los primeros cinco meses del año en curso el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) avanzó 4.93 por ciento en promedio. Cabe señalar que en particular en el mes de abril este indicador avanzó apenas en 1.81 por ciento, comportamiento influido, porque en éste se ubicó el periodo de Semana Santa, y de esta manera hubo menos días laborables. Es decir, no es un cambio de tendencia, y como prueba de ello en mayo repuntó a una tasa anual de 6.2 por ciento. Estos resultados indican que durante la primera mitad del año la economía mostró gran dinamismo, y por los resultados conocidos es evidente que se creció a un mejor ritmo que en igual periodo del año pasado.

Asimismo, se observa la permanencia de estabilidad macroeconómica y un mercado interno sólido, impulsado por la generación de empleo, por salarios creciendo moderadamente en términos reales y por la gran disposición de crédito al consumo. Adicionalmente, buena parte del impulso proviene de una actividad industrial en recuperación, ante el crecimiento de la demanda de exportaciones manufactureras, fundamentalmente de Estados Unidos. Las cifras oficiales indican un crecimiento de la actividad industrial local de 5.2 por ciento, promedio, durante los cinco primeros meses del año, a diferencia del crecimiento de 1.6 por ciento del mismo lapso del año 2005.

Desde nuestro punto de vista, el fenómeno electoral no ha propiciado un cambio en el ritmo de crecimiento, y por el desempeño observado en la primera mitad del año nuestra expectativa es que el crecimiento de todo el año en curso será ligeramente superior a 4.0 por ciento. Según la encuesta de expectativas del sector privado que elabora el Banco de México (Banxico), y que publicó en los primeros días de agosto, se estima que el PIB para el primer semestre se ubique en 4.7 por ciento y en 3.57 por ciento para el segundo, determinando 4.11 por ciento para todo el año.

Al respecto, la misma institución señaló que “la economía mexicana continúa expandiéndose a un ritmo congruente con un crecimiento superior a 4.0 por ciento”. De manera muy particular, Banxico estima que el crecimiento económico se situará entre 4.0 y 4.5 por ciento, mejorando así su pronóstico anterior, que era de 3.5 a 4.0 por ciento.

Mercado interno estable

El buen desempeño de la economía se debe a que el mercado interno se mostró estable durante el primer semestre del año. Por una parte, en 2005 la tasa de desempleo promedió hasta junio en 3.7 por ciento, mientras en el presente año se ajustó a 3.3 por ciento. Es decir, se ha estado generando empleo nuevo. De acuerdo con información del IMSS, en lo que va del año (al 15 de julio) se generaron 569 mil empleos nuevos, incluso en los últimos 12 meses (terminados en dicha fecha) se generaron 828 mil 10 empleos nuevos. El gobierno federal espera terminar el año con la generación de poco más de un millón de empleos nuevos.

Un segundo elemento es el comportamiento del crédito. Según cifras de Banxico al cierre de junio el crédito al consumo por parte de la banca creció, en términos anuales, en 48.4 por ciento, mientras el crédito a la vivienda lo hizo en 78.8 por ciento. Así, la conjunción de mejores salarios reales, generación de empleo nuevo y disponibilidad de crédito determinan una demanda sólida y creciente. Como reflejo de ello, las ventas al menudeo promediaron un crecimiento de 2.4 por ciento hasta mayo, cifra más baja si se compara con el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, dado el buen escenario del mercado interno, se esperaba un fuerte repunte a partir de junio, estimado a un ritmo superior a 4.0 por ciento. Cabe señalar que dentro de la actividad industrial, el sector vinculado al mercado doméstico es la industria de la construcción,

que logró un crecimiento de 6.60 por ciento en la primera mitad del año, impulsado por una mayor edificación de viviendas y un crecimiento en infraestructura. No obstante, para el segundo semestre los analistas pronostican que este sector moderará ligeramente su crecimiento. Ya señalamos que el IGAE de mayo avanzó en 6.2 por ciento anual, donde el sector servicios creció en 6.4 por ciento, manifestando la fortaleza durante el primer semestre.

Sector externo: detonador y freno

Gran parte del positivo desempeño económico hasta la primera mitad del 2006 se debió al repunte del sector exportador, es decir de la actividad industrial en su conjunto, y del sector manufacturero en particular. Debemos aclarar que aunque por los elevados precios internacionales la exportación petrolera ha tenido un comportamiento extraordinariamente positivo y se ha reflejado en un superávit comercial en la primera mitad del año no consideramos que impulse el crecimiento interno, como sí ocurre con la exportación de productos manufactureros.

La actividad industrial en su conjunto creció 5.2 por ciento, promedio, en los cinco primeros meses del año en curso, mejorando sensiblemente respecto al aumento de 1.6 por ciento del mismo periodo en 2005. En particular, el sector manufacturero creció en el mismo periodo 5.1 por ciento, promedio, a diferencia de 1.4 por ciento del mismo periodo en el año previo. Al respecto, lo analistas de BBVA Bancomer señalaron: “En exportaciones manufactureras se observa una moderación hacia ritmos más sostenibles de crecimiento, tanto en maquila como en el resto de la manufactura, donde la tendencia apunta hacia una variación sensiblemente menos elevada que a principios del año”. No obstante, analistas de Banamex señalaron que “aunque persiste un saldo comercial manejable y un buen desempeño exportador, tanto petrolero como de manufacturas, los resultados por debajo de las expectativas matizan el optimismo y sugieren estar alerta sobre el desempeño exportador en los próximos meses, frente a la esperada desaceleración de la demanda en Estados Unidos”.     

Se mantienen equilibrios La economía nacional mantuvo una inercia negativa durante varias décadas, caracterizada por una crisis económica y financiera con el cambio de mandato presidencial, pero en la actualidad los indicadores macroeconómicos muestran una estabilidad que jamás se había observado.

De acuerdo con la información oficial preliminar, a junio de este año en la balanza comercial existe un superávit de 622 millones de dólares (mdd), indicador muy favorable para la economía, estimulado por el alto dinamismo de las exportaciones petroleras que han llegado a máximos históricos debido al alza de los precios del petróleo. Esto último derivado de la capacidad limitada de producción, frente al incremento en la demanda mundial y los posibles conflictos geopolíticos en Nigeria, Irán, Irak, Corea del Norte, y más recientemente entre Israel y Líbano.

Además, un crecimiento de las exportaciones no petroleras, estimuladas principalmente por el sector automotriz. En su conjunto las exportaciones han tenido un comportamiento muy favorable en los primeros seis meses del año, manteniendo esa tendencia firme a la alza. No hay que olvidar que en el primer trimestre del año la cuenta corriente de la balanza de pagos arrojó un superávit por 882 mdd, y dado el comportamiento de la balanza comercial y las remesas es muy probable un buen resultado para toda la primera mitad del 2006. Como reflejo directo de ello las reservas internacionales de Banxico se ubicaron en 77 mil 597 mdd al 28 de julio.

Solidez financiera La estabilidad macroeconómica es básica para el crecimiento económico de cualquier economía, en ese sentido la inflación en términos anualizados se ubica en 3.18 por ciento en junio, corrigiendo su comportamiento alcista del primer trimestre del año. El control de la inflación ha permitido que los réditos locales mantuvieran una tendencia a la baja, pero debido a que la continua alza en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, que los llevó a 5.25 por ciento, obligó a Banxico a poner un piso a nuestras tasas de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) en 7 por ciento, pero sin observarse un posterior repunte. Por lo que respecta al tipo de cambio observó volatilidad por el movimiento internacional de tasas de interés.

De niveles mínimos de 10.60 pesos por dólar llegó a ubicarse en cerca de 11.50 en las operaciones la mayoreo en el primer semestre, para nuevamente después de las elecciones iniciar un proceso de baja. Al cierre de la presente edición volvió a cotizar por abajo de los 11,0 pesos por unidad. Aquí lo más importante es que sigue sin haber riesgos de una brusca devaluación. Como conclusión, podemos señalar que la primera mitad del año ha sido muy buena en cuanto a crecimiento y estabilidad. Sin embargo, para la segunda mitad del año estimamos un crecimiento más moderado de la economía.