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Drenaje profundo, ¿Riesgo de Colapso?

La Ciudad de México experimenta desde hace décadas un crecimiento poblacional que no ha ido de la mano con el abastecimiento de servicios de infraestructura. Uno de los problemas es el riesgo de inundación de aguas negras que podría ser de proporciones históricas

El drenaje de la Ciudad de México es insuficiente desde hace muchos años, las inundaciones que año con año vemos en diversas zonas del Distrito Federal y la zona conurbada del Estado de México en la época de lluvias así lo demuestran. Sin lugar a dudas, por el vertiginoso crecimiento de la población, los asentamientos irregulares y los hundimientos de diversas zonas de la ciudad, más la falta de mantenimiento del drenaje profundo, existe el riesgo de una inundación de altas proporciones.

El 8 de agosto del año en curso, José Luis Luege Tamargo, director general de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), al reunirse con integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de México declaró que la ciudad se encuentra en riesgo inadmisible, por la falta de mantenimiento anual en el Emisor Central del drenaje profundo.

La Ciudad de México vive un alto riesgo porque depende de un sistema de drenaje profundo al que debería darse mantenimiento anual y hace 15 años que opera de manera continua. Y advirtió que "si en un pico de lluvias falla el emisor central se hunde el centro de la ciudad y eso significa el quiebre como país, porque implicaría una inundación durante mucho tiempo, daños incalculables, y la imposibilidad de operaciones del Aeropuerto Internacional", explicó Luege Tamargo.

Si bien estas declaraciones fueron motivo de polémica entre el Ejecutivo Federal y el gobierno del Distrito Federal es una realidad que esta problemática no es un tema nuevo, hace años especialistas, académicos y actores políticos lo han puesto en el escenario público pero no se ha resuelto.

Por ejemplo, la actual secretaria del Medio Ambiente del gobierno del Distrito Federal, Martha Delgado, hace un par de años, cuando era diputada independiente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, presentó a dicha Asamblea una propuesta de puntos de acuerdo para que se exhortara a la Dirección General de Protección Civil del gobierno del Distrito Federal a elaborar un programa de contingencia ante un eventual colapso del denominado drenaje profundo. Entre otras razones, Delgado expresó lo siguiente.

-"El sistema de drenaje profundo es uno de los que más preocupación ocasiona a los expertos en la materia, que a causa de los hundimientos, de los asentamientos humanos irregulares y por haber rebasado su vida útil ha visto limitada su capacidad de funcionamiento.

-"Desde hace una década ha sido imposible su mantenimiento adecuado debido a que ha funcionado de manera ininterrumpida, y por tanto se estima que el tubo del Emisor Central se encuentra obstruido mermando su capacidad de desalojo casi en 50 por ciento.

-"La situación crítica del sistema del drenaje profundo no sólo está ligada a la falta de mantenimiento, sino a la sobreexplotación del acuífero del Valle de México, uno de los tantos impactos de la modernidad, que se ha manifestado en hundimientos que varían de 5 a 30 centímetros al año, Zócalo y Chalco, respectivamente.

-"Todos estos problemas nos lanzan la advertencia de que un colapso del emisor central, columna vertebral del drenaje profundo, puede ser inminente de no actuar con prontitud.

-"Las consecuencias podrían ser graves para cerca de 10 millones de personas que viven en las demarcaciones del oriente y centro del DF y sus municipios conurbados", comentó Delgado.

Por su parte, en los primeros días de mayo, el titular de la Secretaría de Protección Civil, Elías Moreno Brizuela, señaló que la más reciente revisión efectuada por la Dirección del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) al drenaje profundo, a lo largo de sus 50 kilómetros, permitió detectar un desgaste en el grosor de las paredes.

El funcionario explicó que esa revisión del drenaje profundo se llevó a cabo en los meses de enero y marzo de 2006, y con base en el reporte del SACM no existen obstrucciones, como aseguraban diversos especialistas, entre ellos el Colegio de Ingenieros de la Ciudad de México. En cambio, afirmó que se detectaron daños internos, entre ellos el adelgazamiento de las paredes del canal.

Respecto a otros riesgos o daños que se detectaron, el funcionario refirió "que el tubo está tendiendo a separarse debido a que el agua en el subsuelo genera una situación hacia adentro para mantener el tubo normal, ahora con esto de que hemos extraído el agua con un consumo brutal ya no hay agua que mantenga la presión y entonces está comenzado a separarse".

Así mismo, durante un foro organizado durante el mes de septiembre por el diario El Universal, denominado "La realidad del drenaje profundo del DF", una de las grandes conclusiones entre los especialistas en la materia fue que "el sistema de drenaje profundo está trabajando al tope de su capacidad, pero que no hay riesgo de un colapso total. Sin embargo, está la amenaza de una gran inundación, sobre todo en las zonas centro y oriente, las más afectadas por el hundimiento del Distrito Federal.

A lo largo de los últimos 13 años, que corresponden a las administraciones de Óscar Espinosa Villarreal, Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, y la actual, a cargo de Marcelo Ebrard, el drenaje profundo no ha recibido mantenimiento, lo que ha provocado que sus paredes presenten un adelgazamiento", se señaló en dicho foro.

Al respecto, Gabriel Quadri, especialista en temas ambientales, dijo que "a pesar de que las autoridades capitalinas minimizan los riesgos de que la Ciudad de México sufra una de las peores inundaciones en su historia, advirtió que la falta de inversión y mantenimiento al sistema de drenaje profundo es un tema de seguridad nacional", publicó el El Economista el 27 de julio de 2007.

Sin embargo, lo más importante es que independientemente de diversas medidas que se tomaron para la temporada de lluvias del año que está en su recta final, el secretario de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, Jorge Afganis Díaz Leal, hizo público desde el 26 de octubre que están listos para entrar a reparar el emisor central en enero del año 2008.

Características y riesgos.

El emisor central del drenaje profundo es un túnel de 50 kilómetros de longitud y 6.5 metros de diámetro que representa la salida principal de las aguas negras del Valle de México.

El especialista en ingeniería hidráulica, Agustín Breña Pujol, entrevistado por Real Estate Market & Lifestyle comentó sobre las características del drenaje profundo y cuál es la situación actual de éste y sus principales debilidades, así como de las zonas de alto riesgo, donde la lluvia y las inundaciones pueden generar desastres mayores.

El drenaje profundo es de tipo subterráneo, se empieza a construir en la década de 1960, y comienza a operar en 1975. Originalmente estaba integrado por el emisor central y tres interceptores, y posteriormente se le añaden seis interceptores y tiene una longitud total de 153.3 kilómetros de colectores subterráneos a profundidades que varían entre 30 y 220 metros.

El sistema principal de drenaje de la Ciudad de México está integrado por el Tajo de Nochistongo, el Gran Canal del Desagüe y el drenaje profundo. En época de lluvias el drenaje profundo es el único sistema que funciona en forma eficiente, ya que los otros dos por los hundimientos diferenciales del subsuelo, producto de la sobreexplotación de los acuíferos, no funcionan de manera óptima.

En síntesis, en época de lluvias dependemos del drenaje profundo y en caso de falla ocurriría una gran inundación en la Ciudad de México y Zona Conurbada, afectaría a más de 4 millones de habitantes, se inundarían porciones de seis Delegaciones del Distrito Federal y tres municipios del Estado de México, e inundaría una superficie de 217 kilómetros cuadrados. Las zonas de mayor riesgo de inundación serían el Centro Histórico de la Ciudad, el Aeropuerto de la Ciudad de México y zonas aledañas?, afirmó Breña Pujol.

No sólo el drenaje profundo.

El 8 de agosto de 2007, el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México, Luis Salazar Zúñiga, afirmó que uno de los principales problemas en la Ciudad es la sobrexplotación de los mantos acuíferos y la falta de inversión en el mantenimiento de la infraestructura hidráulica. "Los hundimientos, debido a la extracción de agua de los acuíferos, han provocado que el Gran Canal haya perdido su pendiente y con ello la capacidad de drenar por gravedad las aguas negras y pluviales que conduce", aseguró Salazar Zúñiga.

El presidente de los ingenieros civiles mencionó que desde 1900, cuando se construyó el Gran Canal, el Distrito Federal se ha hundido ocho metros, lo que ha propiciado condiciones para que se presenten inundaciones y daños en las redes de agua potable y drenaje.

Crecerá el riesgo de inundación.

En el Encuentro sobre Ciclones en el Caribe, que se llevó a cabo en la segunda quincena de septiembre en la dirección de Estudios Históricos del INAH, el especialistas en ingeniería hidráulica Agustín Breña Pujol disertó sobre esta problemática apuntando un dato por demás interesante. Los ciclones se desplazan sobre la masa continental y llegan a afectar en múltiples ocasiones al Valle de México causando inundaciones catastróficas. La gran inundación de 1629 pudo haber tenido este origen. También explicaron las características de las tormentas que caen sobre nuestra ciudad.


P: Agustín, platícanos sobre la diferencia de las tormentas que azotan desde épocas remotas a la Ciudad de México.

R: En la Ciudad de México ocurren dos tipos de tormentas: las convectivas y las ciclónicas. Las convectivas son típicas del Altiplano mexicano y son aquellas lluvias que ocurren con mayor frecuencia en la Ciudad de México. Una característica peculiar de las tormentas convectivas es su ocurrencia en áreas reducidas, es decir ocurre en una zona específica sin afectar áreas aledañas o contiguas.

Por ejemplo, es normal que ocurra una tormenta convectiva en el centro histórico de la Ciudad de México, mientras que en el Aeropuerto no ocurra precipitación alguna o viceversa. La temporada de las lluvias convectivas se presenta durante el periodo de mayo a octubre son provocadas por fenómenos de convección y son intensas, concentradas y de corta duración. Así por ejemplo, durante una sola tormenta se puede precipitar entre el 7 y el 10 por ciento de la precipitación media anual acumulada. Asimismo, del total de la lluvia que se precipita durante la tormenta, más de 50 por ciento lo hace solamente en 30 minutos.

Las precipitaciones ciclónicas es el otro tipo de lluvias que ocurren en la Ciudad de México, son producidas por los huracanes tropicales, están asociadas a grandes duraciones (varias horas o días), abarcan grandes extensiones y producen volúmenes de gran magnitud. Históricamente, las lluvias ciclónicas han ocurrido desde la fundación de la Ciudad de México en el año 1325 y continúan hoy día. Hay crónicas que detallan la presencia de este fenómeno meteorológico durante las épocas prehispánica y virreinal, ya que en esas épocas no se tenían los instrumentos de medición que existen en la actualidad. En la época moderna, empieza a operar en el año de 1877 el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), organismo encargado de analizar y registrar la ocurrencia de lluvias ciclónicas en el territorio mexicano. Para tal efecto, utiliza los satélites geoestacionarios y una red de radares ubicados en varios puntos de la República mexicana, y con la información recabada elabora boletines, avisos y alertas sobre la incidencia de los huracanes tropicales en las entidades federativas de nuestro país.

P: Se recuerda que en 1629 hubo una de las peores inundaciones en la Ciudad de México y tú señalaste que fue una tormenta ciclónica la que pudo haber causado este desastre. ¿Nos podrías comentar sobre este desastre y sus consecuencias?

R: En el mes de septiembre de 1629 ocurrió una tormenta pluvial de gran magnitud durante un lapso continuo de 48 horas, es decir, de acuerdo con las características de las lluvias que ocurren en la Ciudad de México, esta tormenta fue provocada por un huracán tropical. Ahora bien, en aquella época todavía no se construían las salidas artificiales para drenar el sistema lacustre formado por los lagos de Xochimilco, Chalco, Texcoco, Zumpango y Xaltocán, es decir, la Ciudad de México estaba rodeada por agua.

En consecuencia, la tormenta ciclónica provocó una gran inundación de una altura de dos metros durante cinco años y de acuerdo con las crónicas en la ciudad hubo desastres cuantiosos en las construcciones y en los habitantes. En términos generales, murieron 30 mil indígenas ahogados o por enfermedades derivadas de la contaminación y 25 mil españoles emigraron a la ciudad de Puebla por la insalubridad. A este evento catastrófico se lo denominó "la Gran Inundación de 1629? y sin lugar a dudas fue producto de una tormenta ciclónica.


Diversos problemas de drenaje en zonas de la Ciudad de México.



Conclusión

Con el aumento de ciclones de mayor intensidad, que se producen en ambos océanos debido al cambio climático, y sus repercusiones en la Ciudad de México, y como dijo el ingeniero Enrique del Valle Prieto en su obra Por qué se inunda la Ciudad de México, "las posibles soluciones en cuanto a las inundaciones deberán tomar en cuenta la singularidad de la problemática que conlleva el haber construido esta Ciudad con los antecedentes conocidos: una cuenca cerrada por todas partes, no teniendo salida por ningún lugar las aguas pluviales". Y más adelante apunta que: "el lugar en donde estaba ubicada la ciudad es el más bajo del Valle, pues se encuentra pegado al extinto lago de Texcoco, que era el más bajo de todos".

Del Valle Prieto concluyó que la verdadera situación de la Ciudad de México tenía características especiales que no tenía ninguna otra ciudad en el mundo. Y que se debía comprender que la resolución de sus problemas aún "no ha terminado y quizá nunca termine, es decir, que continuamente se tendrá que estar estudiando la forma de conjurar las calamidades a las que está destinada a sufrir esta capital".