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San Miguel de Allende se ha convertido en un destino turístico inmobiliario de enorme atractivo. Durante mucho tiempo, el mercado inmobiliario estuvo orientado fundamentalmente a extranjeros, pero en los últimos años ha comenzado finalmente a encontrar en el mercado nacional un gran potencial de desarrollo.

El encantador paisaje urbano, la fascinante arquitectura colonial y la impecable labor artesanal. La utilización de habilidades heredadas de generación en generación, las técnicas para trabajar la piedra, el yeso, la madera y la cerámica, los maestros artesanos de San Miguel son el enlace de garantía para lograr la conexión entre el histórico San Miguel del ayer y el vibrante San Miguel de hoy.

Su magia que enamora a todo aquel que lo visita, su cosmopolita vida nocturna, su contenido cultural en casi todas sus expresiones, su gastronomía sin parangón, y la mezcla cultural que la hace tan interesante y misteriosa.

Desde el 2001 y hasta el 2008, el mercado de la vivienda había estado creciendo. La crisis económica del 2009 hizo que los inventarios no salieran con la tendencia e inercia que se tenía. Así pues, con el impulso a los créditos hipotecarios, en el 2010 se logró casi estabilizar la caída en las ventas, teniendo para 2011 condiciones óptimas que permitan retomar el crecimiento.

San Miguel de Allende ofrece, además de una ubicación privilegiada, diferentes aspectos que resultan muy atractivos, no sólo para el turista nacional e internacional, sino también para los inversionistas que planean adquirir una segunda casa, una casa de retiro o una inversión rentable con amplia plusvalía.