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Su primer trabajo de 1955 en el monasterio de Nuestra Señora de la Resurrección, en Cuernavaca, Morelos, llamó la atención del Arzobispo Sergio Méndez y de ahí inició su profesionalización.

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Fray Gabriel Chávez de la Mora pertenece a la primera generación de estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara; entre sus maestros están los creadores internacionales Mathias Goeritz y Eric Coufal.

Cuando ingresó en 1955 a la orden benedictina, en el monasterio de Nuestra Señora de la Resurrección, en Cuernavaca, Morelos, diseñó su primera capilla, lo que fue el inicio de una trayectoria que contempla más de 175 proyectos en sus 91 años de vida.

“Estando en el monasterio, pensé que al ingresar, la arquitectura quedaba fuera. (Me dediqué a) la crianza de pollos, cultivo de aguacates, y la miel. Después de mi formación monástica —y ya con los votos religiosos—, empezaron los encargos de arquitectura. El padre Gregorio me encomendó diseñar y construir la capilla del monasterio (…) luego fui complementando el monasterio con la hospedería, la biblioteca, etc. Más tarde, el obispo Sergio Méndez, viendo lo que yo hacía en la capilla con el altar de frente, me preguntó qué hacer con la catedral de Cuernavaca. Le dije que renováramos el interior y aceptó”, destaca en una entrevista con Arquine.

El arquitecto también colaboró con el rediseño del Seminario Conciliar de la Arquidiócesis de México, el coro de la Catedral de Guadalajara, la antigua Basílica de Guadalupe, la famosa iglesia del Pocito (donde juran todos los que quieren dejar el alcoholismo) y, en 1970, la Basílica efímera,  para celebrar los 75 años de la coronación de la Virgen.

Posteriormente colaboró con Pedro Ramírez Vázquez y José Luis Benlliure en el diseño de la nueva Basílica de Guadalupe, para la nueva propuesta “se puede pasar fácilmente a ver la imagen o permanecer dentro. En la nueva basílica está el concepto de puerta total, para que se integren en algunas celebraciones el pórtico y el atrio”.

El arquitecto católico, que nació en Guadalajara, Jalisco, el 26 de noviembre de 1929, persigue la integración plástica en sus obras para lograr espacios integrales y su obra es un referente de la arquitectura religiosa en México tras nueve décadas de transitar por el mundo incansablemente, hecho que fue reconocido por el Gobierno Federal y la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México con el Premio Nacional de Arquitectura 2020.

Con información de Arquine, ArchDaily y Obras.