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La economía de México medida por el Índice Global de Actividad Económica (IGAE), reportó una contracción de 1.6% en agosto respecto a julio, mientras que en términos anuales experimentó un avance de 4.3 por ciento.

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De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), considerando que el IGAE creció en forma mensual apenas 0.1% en julio y la contracción de agosto, es muy probable que en el periodo julio-septiembre sea cercano al cero e incluso haya presentado una contracción trimestral.

Las cifras mensuales mostraron un desempeño mixto al interior del indicador, con la industria destacada como la más fuerte (+0.4%), pero con servicios y agricultura cayendo .5% y 2.4%, respectivamente.

Analistas del sector privado destacaron que las cifras ajustadas por estacionalidad, la actividad estuvo por debajo del Indicador Oportuno de la Actividad Económica del INEGI.

A través de su cuenta de Twitter, Alfredo Coutiño, director de Moody´s Analytics, señaló que “la actividad se vio doblemente afectada en agosto. Primero, por el pico de las infecciones alcanzas en la cuarta semana del mes. Segundo, por el agravamiento de la escasez de semiconductores para la industria automotriz y electrónica”.

También indicó que “es de esperar que el primer efecto se haya desvanecido en septiembre cuando los casos de infecciones descendieron marcadamente, reduciendo con ello las medidas sanitarias y permitiendo a la economía retomar actividades. El segundo efecto continuó presente”.

Analistas de Banorte destacaron que “en nuestra opinión, las cifras muestran que sí hubo un impacto de la ‘tercera ola’ de COVID-19 en la actividad, aunque siendo mucho más moderado relativo a episodios previos”.

Agregaron que “esto sugiere que el impacto en la economía creció conforme las condiciones epidemiológicas alcanzaron sus peores niveles, al menos en términos de nuevos casos diarios. El impacto no fue tan fuerte como en la ‘primera ola’ ya que las restricciones no fueron tan severas y la movilidad fue relativamente resiliente. No obstante, se compara de manera desfavorable con el segundo brote, con la actividad cayendo solo 0.7% en febrero 2021. Con estos resultados, la actividad está cercana a los niveles registrados a inicios de 2016, 3.4% debajo de febrero de 2020 –antes de la pandemia– y -5.2% relativo al máximo histórico en agosto 2018”.

También indicaron que la contracción de -1.6% de agosto, borró la ganancia de los últimos cinco meses.