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En el Viejo Continente se vive un alza en el segmento del sector residencial denominado PropTech (unión de los vocablos ingleses propiedad y tecnología) con el que se ha bautizado el avance digital en el mercado de la vivienda, aunque es más conocido como empresas inmobiliarias on line.

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Las tarifas más económicas por estos servicios incluyen valoración del inmueble, publicación de anuncios en portales inmobiliarios, asesoría legal, documentación y contratos, así como acceso a la plataforma y la implementación de alertas personalizadas por correo electrónico y mensajería de texto.

Cuentan además con un reportaje fotográfico y de planos, la colocación de carteles de venta, informe jurídico del inmueble, un asesor personal, posicionamiento en internet, plan de venta personalizado, la cédula de habitabilidad de la vivienda, contratos, visitas sin límite con potenciales compradores, servicios de notaría y certificado de eficiencia energética, entre otros servicios.

Como muestra, la firma Housell, plataforma creada en enero con una inversión de 100,000 euros para impulsar la venta de casas, en seis meses ha captado más de un centenar de mandatos de comercialización, por lo que sus clientes pagan tarifas que oscilan entre 695, 895 y 1,495 euros, respectivamente, según el contrato.

La firma valora la vivienda, publica anuncios de venta en más de 65 portales inmobiliarios y ofrecer herramientas como chat on line, calendario de visitas, estadísticas de funcionamiento y como ha tenido buen desempeño, un fondo cuyo nombre es confidencial ha apoyado la iniciativa con una inversión de un millón de euros.

Housell se suma al boyante sector proptech inmobiliario, del que ya forman parte empresas como Cliventa o Propertista, entre otras.