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Desde 1933, en los ejidos coexisten tres derechos: el dominio de la nación, la propiedad del núcleo de población y la posesión condicional para el usufructo del ejidatario, según el Artículo 127 de la Constitución Mexicana.

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Según el documento “Relevancia de los ejidos y las comunidades rurales” elaborado por Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), el ejido es una sociedad de interés social, integrada por campesinos mexicanos por nacimiento, con patrimonio social inicial comprendido por tierras, bosques y aguas que el Estado les otorga gratuitamente en propiedad inalienable, intransferible, inembargable e imprescriptible; sujeto su aprovechamiento y explotación a las modalidades establecidas en la ley.

El CESOP agrega que es bajo la orientación del Estado su administración, basada en la cooperación y la democracia económica, y que tiene por objeto el aprovechamiento integral de sus recursos naturales y humanos mediante el trabajo personal de sus socios en su propio beneficio.

También es una tenencia comunitaria y una comunidad de campesinos, quienes colectivamente poseen derechos a la tierra. En los ejidos coexisten tres derechos: el dominio eminente de la nación, la propiedad del núcleo de población y la posesión condicional para el usufructo del ejidatario.

Este fundamento, que estableció desde 1933 el artículo 127 de la Constitución Mexicana, ha sido marco para la protección de este modelo de tenencia de la tierra.

La Constitución prevé un modelo de desarrollo que incluye a los ejidatarios. 

Parte importante de la tierra en México

Por otra parte, y según datos del Registro Agrario Nacional (RAN), en México hay cerca de 3.5 millones de ejidatarios, los cuales poseen conjuntamente más de 27,000 ejidos repartidos en más de 2,330 comunidades. 

Actualmente, los ejidatarios poseen 103 millones de hectáreas, que representan 55% del territorio nacional, convirtiéndolos en un grupo de interés importante para la toma de decisiones en materia de desarrollo agrario, territorial y urbano.

Ante lo anterior, llama la atención el anuncio de una inversión de mil millones de pesos (mdp) de recursos propios para detonar el proyecto desarrollado por Urbanizadora Santa María del Zapote, con lo cual, prácticamente se detonaría la primer inmobiliaria ejidal en México, la cual está en el poblado de Juriquilla, en Querétaro.

La visión del proyecto apuntala a atender la necesidad de bienes inmuebles de la población millennial, que es considerada con la que menos ventajas tiene en el actual sistema económico y que no ha tenido tantas oportunidades de poseer propiedad en los centros urbanos, situación que los ejidatarios buscan subsanar.

Inicio emprendedor

En esta startup social, participan 50 ejidatarios fundadores, los cuales han puesto a la venta 8 mil lotes residenciales y comerciales en la primera fase del proyecto inmobiliario denominado Urbanizadora Santa María El Zapote desarrolla actualmente y que cuenta con un valor de 7 mil millones de pesos, de los cuales ya ha colocado mil 600 lotes, con extensiones promedio de 130 metros cuadrados a un costo de 400 mil pesos.

La entidad es una de las más avanzadas en desarrollo inmobiliario. 

Francisco Perrusquía, presidente de la Unión de Organizaciones del Campo del Estado de Querétaro, A.C., dijo que “por primera vez en la historia de México ha surgido una inmobiliaria ejidal, a la que vemos como nuestra propia iniciativa empresarial para hacer frente al despojo que se ha vivido en el estado”.

“A los ejidatarios se nos ha dicho que son los empresarios quienes tienen el derecho de llevarse los grandes beneficios de las tierras puesto que son ellos quienes corren los riesgos al invertir el capital que se requiere para desarrollarlas, sin embargo (…) nos dimos cuenta que debíamos ser nosotros quienes nos convirtiéramos en empresarios, para que los beneficios se queden en el ejido”, argumentó.

Aunque en un primer momento, se ha presentado una discrepancia regulatoria con el municipio, Perruquía señaló que “hay que tomar en cuenta que el modelo de la inmobiliaria ejidal es algo que ocurre por primera vez en el país (…) los ejidatarios de todo el país estarán atentos al actuar de nuestras autoridades municipales, quienes estoy seguro aprovecharán la oportunidad de convertirse en referentes para el desarrollo ejidal mexicano, acotó.

En total, 320 ejidatarios queretanos conformarán la Urbanizadora Santa María del Zapote, que realizará dicha inversión en el desarrollo del proyecto Tierra Noble, en Juriquilla. El proyecto inmobiliario, cuya primera etapa está valuada en 7 mil mdp, ya ha colocado el 20% de los lotes residenciales y comerciales que ofrece en el mercado.

Empresarios de la tierra

El dirigente apuntó que actualmente los ejidatarios son gente joven, profesionista, abogados, contadores, técnicos e ingenieros; ellos no aceptan (…) que las tierras se vendan a precios ínfimos para que sean otros quienes las desarrollen y disfruten los beneficios”, dijo por su parte el ejidatario Isidoro Ortiz, miembro del consejo de administración de Urbanizadora Santa María del Zapote.

“La ciudad de Querétaro, como tantas otras del país, está completamente rodeada de ejidos. El modelo económico de crecimiento debe incluirnos y promover que participemos en el mercado inmobiliario como empresarios, de otro modo no existirá crecimiento urbano alguno” explicó.

Hay que señalar que la mayoría de los ejidatarios del país desconoce que la Ley Agraria vigente les permite  llevar a cabo alternativas empresariales en beneficio de sus comunidades, como son la urbanización. El desconocimiento y la pobreza son el campo de cultivo que permite que los ejidatarios accedan a vender sus tierras a promotores urbanos tradicionales.

Con información de El Financiero, El Diario de Querétaro y el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP).