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Entre 2019 y 2020 se realizaron un millón de reestructuras de crédito cada año, respectivamente, que son el doble de lo que se hacía anualmente en la administración pasada.

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En su más reciente libro, el Presidente Andrés Manuel López Obrador hace un balance sobre lo alcanzado a la mitad de la administración y describe los retos para los siguientes años. Es un documento que invita a la reflexión y muestra con claridad las razones detrás de las decisiones que se han tomado.

A continuación presentaré un brevísimo panorama de lo que hemos hecho en materia de vivienda en el Infonavit, lo que nos falta y los obstáculos que se han enfrentado.

El principal encargo del Presidente fue que aliviáramos la carga financiera de las familias que tenían un crédito, especialmente de aquellos que menos tienen. Había miles de peticiones durante sus recorridos por el país de trabajadores que veían sus créditos como impagables y el temor de perder su patrimonio. Como respuesta, el 6 de febrero de 2019 lanzamos el programa “Responsabilidad Compartida” que a la fecha ha beneficiado a 280,392 familias con descuentos a sus saldos que suman 61 mil 486 millones de pesos. Estamos trabajando para que sea posible la conversión de todos los créditos en VSM a pesos.

Emprendimos varias acciones en la misma dirección. Por ejemplo, en 2019 y 2020 realizamos 1 millón de reestructuras de crédito cada año, el doble de lo que se hacía anualmente en la administración pasada. Este año cerraremos con una cifra similar.

Recuperación de créditos

La razón es que transformamos la forma de operar la recuperación de créditos. En el pasado se impulsaron los llamados “juicios masivos”. En un solo juzgado, se demandaban por la vía civil miles de créditos de todo el país, en muchos casos ni siquiera avisaban al demandado, teniendo como único objetivo quitar casas, para subastarlas y vender la cartera. Ahora, suspendimos ese tipo de acciones y queremos que los trabajadores conserven su vivienda, dando todas las opciones posibles para que pueda pagar. El resultado es alentador, si medimos el flujo de dinero que recibe el Infonavit en pagos por cuenta propia (no descuentos por nómina) ha aumentado casi 65%.

También se ha buscado que más familias liquiden sus créditos y liberen sus hipotecas. En 2019, se implementó el programa 90Diez que benefició a 53 mil familias que habían pagado 90% de su crédito y se les descontó el último 10%. Adicionalmente, se ha mantenido el programa de descuentos por liquidación anticipada que ha sido utilizado por 79 mil mexicanos.

Otro elemento que incide directamente en la salud financiera de las familias es la reducción de la tasa de interés de los créditos hipotecarios. Se pasó de tener una tasa del 12% a tasas progresivas y diferenciadas según el nivel de ingreso de los trabajadores. Así, un trabajador que gana el salario mínimo puede obtener un crédito hipotecario a una tasa del 2%, mientras que alguien que gana más de 16,600 pesos al mes tendrá una tasa del 10.45%. Paga más quien más gana, pero en ambos casos, la mensualidad se mantiene fija durante toda la vida del crédito, no supera 30% del ingreso y la cuota patronal prepaga el capital.

Otro de los avances tiene que ver con la reforma administrativa del Infonavit. De acuerdo con la Ley del Infonavit, el gasto operativo no puede exceder el 0.55% de los activos totales del fondo. Cuando llegamos el Instituto operaba con 0.48%, ahora lo redujimos a más de la mitad: 0.23%, este ahorro tiene un claro propósito: otorgar más créditos o mejorar el rendimiento a quien no lo utiliza y ahorra para su pensión. Esta reducción se explica principalmente porque se redujeron los sueldos de los funcionarios y se mejoró el sistema de compras (antes se adjudicaba directo 93% del presupuesto, ahora se licita el 60%).

Cambios importantes

Mención especial merece la reforma a la Ley del Infonavit, quizás la más ambiciosa desde que el fondo de vivienda se consolidó como parte del Sistema de Ahorro para el Retiro. Se establece que los créditos serán directos y sin intermediarios, además de que las familias podrán adquirir un terreno, autoproducir su vivienda o refinanciar créditos de la banca. Además, el derechohabiente es verdaderamente libre de elegir cómo usar su dinero para mejorar o adquirir o construir su casa. Esto se suma a lo que estamos innovando como el programa de “Unamos Créditos” para que las personas junten su ahorro para una mejor casa.

En cuanto a derechos laborales se ha avanzado como nunca en este sexenio, se hizo la reforma laboral, el aumento al salario mínimo, la reforma a las pensiones, la reforma de subcontratación laboral y la propia reforma a la ley del Infonavit. Uno de los puntos más relevantes en ésta última fue que se estableció como imprescriptible el derecho de reclamar la subcuenta de vivienda. Y en términos de inclusión financiera, ahora, cualquiera que tenga depósitos a su favor ante el Instituto puede ser considerado como sujeto de crédito.

Hacia dónde queremos ir

Hemos avanzado sustancialmente, pero mencionaría algunos pendientes y acciones en proceso de las que debemos cuidar su implementación:

Mejorar la atención a los usuarios de los servicios del Infonavit. Regularmente me gusta atender de manera directa a los usuarios en ventanilla o cuando visito algún estado, gracias a estas interacciones surgieron programas como “Unamos Créditos”. Sin embargo, hay quejas de tiempos de atención largos y poco resolutivos. Le pedí a todo el equipo del Infonavit trabajar juntos para mejorar la experiencia de los usuarios. Iniciaremos la mejora de los canales digitales para dar mejor información y de ahí modificar y simplificar los medios de contacto. Lo anterior, incluye tanto la atención a derechohabientes como a patrones.

Junto con la reforma al Infonavit se aprobaron las nuevas reglas generales urbanas y de movilidad del Infonavit. Con ellas, se busca que toda vivienda nueva tenga, en un radio de 2.5 km, escuelas primarias o secundarias, centros de salud, parques, espacios públicos, entre otros. Para ello, estamos desarrollando una herramienta de mapeo del territorio y las reglas empezarán a aplicar en mayo de 2022. Esto es congruente con las directrices de desarrollo urbano que se plasman en los artículos 4 y 123 constitucional. Lo importante será superar las quejas de quienes insisten en especular con la vivienda y la ven como una mercancía.

El programa de recuperación de vivienda abandonada ha avanzado poco. Hemos iniciado trabajos en Mexicali, Tijuana y Ciudad Juárez, donde hay planes maestros de desarrollos de zonas con alta concentración de vivienda y se han firmado convenios con las autoridades municipales teniendo el acompañamiento de SEDATU. Con el arranque del modelo debemos llegar a la meta comprometida de casi 100 mil viviendas.

Rediseñar todas las opciones de financiamiento de acuerdo con la reforma a la Ley del Infonavit. Estimamos que tendremos que poner en marcha 23 tipos de crédito para distintos usuarios y fines. Por ejemplo, el crédito para terrenos es una opción muy esperada por los derechohabientes, ya publicamos las reglas y características del terreno, falta definir el esquema de crédito (plazo, monto, tasa) que espero que esté al final de este año. De esta manera, y aprovechando las ventajas de la ley, se podrá llegar al punto de encadenar créditos de mejora, o compra y mejora, o terreno y construcción. Para esta innovación, hay voluntad de los sindicatos y patrones, representados en el Infonavit, para adaptar todo nuestro portafolio de créditos en tiempo récord.

Finalmente, hay un tema en que debemos de buscar incansablemente: la coordinación y cooperación entre todas las autoridades y organismos de vivienda. Falta planeación en el país, casi 90% de los municipios no cuenta o no tiene actualizado su plan de desarrollo urbano y vivienda. De acuerdo con nuestra Constitución, los municipios tienen esta facultad, pero desgraciadamente no se destinan los recursos o la voluntad para hacerlos. Lo cierto es que la planeación debe estar dictada por las autoridades para limitar la especulación, el desorden urbano, y evitar una crisis futura de movilidad. Desde nuestra perspectiva una buena planeación territorial, urbana y de vivienda trae como consecuencia desarrollo económico.

Transformación cultural

La transformación al interior del Infonavit es profunda y ha implicado complicaciones operativas importantes, diálogo intenso con nuestros colaboradores y cambio en la propia cultura laboral. En paralelo se ha mantenido la salud financiera del fondo, las calificadoras han ratificado la evaluación del Infonavit y se paga un rendimiento a los ahorradores por encima de la inflación. La reciente reforma a la ley y el proyecto de inclusión financiera implica abrir el fondo para cubrir a poblaciones y necesidades no atendidas. En este sentido se debe de privilegiar la innovación financiera en crédito a la vez que se genera un rendimiento para los ahorradores.

Uno de los retos a los que nos hemos enfrentado es que todos entiendan el nuevo papel del Infonavit en la vida nacional. Algunos “desarrolladores” de vivienda tenían la costumbre de que el Infonavit les tenía que servir a ellos y ayudarles a no parar su “tren de vivienda”. Esa visión elitista es la que hemos combatido de raíz. El Infonavit es una prestación de la seguridad social, nuestro objetivo es centrarnos en la persona y en darles financiamiento, empezando por quienes menos tienen y más lo necesitan. Y no solo eso, también trabajamos en diversificar las formas de financiamiento para atender la demanda real de las personas en vivienda. La Encuesta Nacional de Vivienda 2020 muestra que la mayoría de las familias requieren mejorar o ampliar su vivienda y no comprar una nueva. La rapacidad de muchos empresarios inmobiliarios llevó a la destrucción de territorios, la mala calidad de la vivienda y el desorden urbano. La transformación implica sentar las bases para que esa historia no se repita jamás.

*El autor es Director General del  Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).