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En México es fundamental el impacto que tienen las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) para el desarrollo económico, ya que éstas aportan 34.7% de la producción bruta total y generan 73% de los empleos, lo que significa más de 19.6 millones de puestos laborales, según el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

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Sin embargo, no todos los casos de emprendimiento logran el éxito deseado, y en muchas ocasiones, el factor decisivo es la selección del financiamiento. Ya sea se pretenda poner un negocio, incrementar las ventas, ampliar el mercado o desarrollar un nuevo producto, lo importante es que se elija un financiamiento adecuado a las necesidades y capacidad económica de la empresa, así como su nicho, según afirma la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Según el organismo, el financiamiento puede ser para cubrir el capital de trabajo, como compra de materia prima, pago de artículos de publicidad y promoción, gasto corriente, nóminas y cuentas por pagar; maquinaria, que es lo que se requiere en equipo que sirva para transformar materia prima en producto terminado, como una máquina de coser, un horno, computadoras, herramientas; e infraestructura, que es la adquisición de un terreno, construcción o remodelación, entre otros temas destacados.

El reto para 2018

Sin embargo, ante la transición política de la Presidencia de la República en México o bien, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se espera que ambas coyunturas afecten económica y comercialmente al sector.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad (ENAPROCE) a 2015, más del 50% de estas entidades no cuentan con financiamiento, lo que habla de dos problemáticas estadísticas, por un lado la nula investigación sobre el desarrollo del sector y por otro lado la propia limitante del financiamiento. Según la Encuesta, en México existen 3,952,422 microempresas de las cuales, 89.4% no han recibido ningún financiamiento.

“Una pyme necesita tener recursos disponibles para hacer frente al crecimiento -lo que son los nuevos clientes-, para financiar a sus clientes cautivos (otorgar plazos) y cumplir con sus compromisos de corto plazo, como el pago a proveedores, nómina e impuestos”, dijo Enrique López Castañares, socio director de Fortrade México.

Aseguró además que la creación del sistema bancario tiene en sus principios precisamente el fomento al desarrollo económico, principio que hoy en día simplemente es nulo. “Según información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2016 las mipymes recibieron 21.6% del financiamiento empresarial proporcionado por la banca comercial; mientras que en 2017 disminuyó 1.6%, es decir, obtuvieron el 19.9% del monto total; las micro, pequeñas y medianas empresas harán frente a un escenario incierto en cuestión de financiamiento durante 2018”, sentenció.

Consideró además que el objetivo primordial de las pymes durante 2018 debe ser conseguir financiamiento para salvaguardar sus operaciones, mantenerse y crecer en el mercado. Es importante mencionar que las empresas pueden obtener capital a través de programas de financiamiento gubernamental, la banca comercial o por medio de empresas financieras no bancarias, las cuales apoyan a crecer este segmento de forma activa.

Dijo que este tipo de firmas, el principal objetivo es participar como un socio de negocios de las pequeñas y medianas empresas, por lo que se debe conocer y entender las condiciones favorables y las problemáticas de sus socios a través de análisis, para determinar la opción de financiamiento más favorable para cada empresa-socio.

Destacó que existen actualmente firmas  que en menos de 72 horas, ya brindan soluciones, lo que significa una diferencia significativa con respecto a los créditos otorgados por bancos y otras entidades financieras, ya que sus procesos de respuesta son más tardados.

“Otros aspectos problemáticos para las pequeñas y medianas empresas nacionales es la capacitación del personal, la modernización de procesos y operaciones, evaluar la rentabilidad del servicio o producto que ofrece, el alza de los costos de producción generada por la inflación, entre otros. La falta de financiamiento es una de las principales razones por las que la mayoría de las pymes no logran tener más de tres años de vida”, finalizó López.