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Más que luz y sombras: El prodigio de la iluminación arquitectónica

 

En Piedra Nativa, Octavio Paz decía que "todo lo que no es piedra es luz" y tan precisa es su metáfora, que desafortunadamente muy pocos valoran lo que significa contar con una adecuada iluminación de espacios. Así que deje de mirar y observe a su alrededor: si la luz de su habitáculo es pobre o excesiva, podría no sólo contar con un entorno poco confortable lumínicamente hablando, quizá también sufra de vista cansada, cefaleas o incluso depresión. ¡Pare de sufrir! Lea los consejos de nuestros especialistas.

"La clave de la iluminación arquitectónica es tener el control de la luz".

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Deje de leer y apague la luz. Cierre las persianas o cortinas. Permita que las tinieblas saturen cada rincón de su habitación. -¿Qué ve? -Nada. Y es que sin luz no hay nada. No hay vida, no hay espacio no hay formas ni color, no hay nada, nada, nada. Ahora deje que la luz vuelva. Como cada mañana al despertar y abrir los ojos, ha comenzado un diálogo con la luz. No con los objetos que le rodean, no con las personas con quien interactúa. Ha comenzado un diálogo con la luz. 

Estudios sobre aprendizaje revelan que al menos 90 por ciento del conocimiento y experiencias que usted tiene de la vida, las ha adquirido gracias a la vista y por ende a la luz. Siéntase afortunado por ver y leer estas líneas, de pronto sin vista o sin luz, podría estar envuelto en el infierno que plantea José Saramago en su "Ensayo sobre la ceguera" o bien aprender a observar, más que sólo a mirar. 

El primer término implica, entre otras cosas, que busque el grado máximo de confort visual en el espacio, que se aleje de la iluminación insuficiente o excesiva, que prende a su hábitat con elementos que rebasen el grado mínimo para mirar, y evolucione a un punto en el que la iluminación natural y artificial recreen atmósferas que realcen la estética de su casa u oficina y le den armonía compositiva al entorno. 

Los efectos 

Si lo anterior aún no es suficiente, y se pregunta para qué buscar una iluminación arquitectónica, podría comenzar diciéndole que "buena parte de los padecimientos visuales como vista cansada, disminución de la capacidad visual, jaquecas crónicas e incluso depresión, tienen origen en la mala iluminación de los espacios en que se desenvuelve", dijo a Real Estate Market & Lifestyle, el arquitecto Ricardo Noriega, director de Noriegga Architectonic Iluminators, -un prestigiado despacho especializado en diseño de iluminación con base en la Ciudad de México-, quien agregó que "la influencia psicológica que tiene la luz sobre nosotros es tan poderosa, que podría literalmente hacer que la gente entre o huya de su casa o negocio".





"En una ocasión, una importante cadena de restaurantes nos llamó para deducir la razón por la que sus comensales salían de sus franquicias al poco tiempo de haber llegado a las mismas. Después de haber hecho algunas pruebas nos percatamos que lo que sucedía, era que a la gente le trastornaba la estridencia del color naranja de las butacas en los comedores, cuando encendían las lámparas; pues dicho fenómeno sólo ocurría por las noches (cuando se dependía de la luz artificial). "Los clientes usualmente mencionaron que se iban del comedor con dolor de cabeza", aseguró en entrevista por separado Germán Villalobos, gerente del área de Proyectos Especiales en Iluminación para Philips México, e integrante del equipo de acondicionamiento lumínico para la empresa restaurantera referida. 

Al respecto, Antonio González, gerente de ingeniería y aplicaciones de la filial de Osram en nuestro país, opinó que "la luz definitivamente genera efectos psicológicos en las personas. Con la luz es posible modificar estados de ánimo, tales como confort, agresividad o relajación (una iluminación adecuada te da la oportunidad de reproducir ambientes limpios e higiénicos y de paz, de crear sensaciones de calidez o frescura. Por el contrario, una mala iluminación puede provocar fatiga, molestia, nerviosismo, baja productividad, menor concentración o incluso mayor número de errores en el trabajo". 

"En una adecuada iluminación nunca se ven aparatos, sólo sus efectos".

Pero la luz también da estatus. El arquitecto Noriega señaló que en parte debido al auge del interiorismo y el mayor uso de aplicaciones arquitectónicas en nuestra vida diaria, tener un control lumínico da un lucimiento excepcional a nuestra casa, oficina, negocio o cualquier espacio y lo único que tiene que hacer es justamente eso: tener el control de la luz. 

Una de las más grandes virtudes de la arquitectura contemporánea es la posibilidad de correlacionar interiores con exteriores, y eso nos pone en contacto con la mejor luz, que es la luz natural, pues al ser entes totalmente fotosensibles, nos motiva y llena de energía al despertar, renueva la piel y lo mejor de todo, ¡es totalmente gratuita!, sugirió Noriega, quien también apuntó que los mexicanos por vivir en una latitud donde hay sol y calor todo el año, la despreciamos, olvidamos lo valiosa que es, lo sana y agradable, cosa que no sucedería si viviéramos en la tundra rusa, Canadá o Finlandia. 

"Un espacio bien iluminado explota al máximo la luz natural".

En qué no incurrir 

Una vez entendidos los beneficios del diseño de iluminación, hay que tomar en cuenta que un proyecto de estas características tiene su proceso. Por ello, Noriega advierte que para tener resultados ideales al construir un inmueble, primeramente se tienen que conjuntar la triada: cliente-lighting designer-arquitecto, y entre los tres diseñar desde cero el proyecto. El cliente decidirá qué tipo de volumen arquitectónico desea y con base en esto, se planearán los espacios y la luz que ha de llenar todo lo que no sea "piedra", con la intención de fundir arquitectura y luz en un todo dramático. 

Es importante que este paradigma se respete "actuar en orden diferente, es incluso ir en contra del sentido común, ya que uno no se casa y después se enamora", ejemplifica con rigor Noriega. En el caso de inmuebles ya hechos, el lighting-designer tendrá menor margen de maniobra aunque no por eso menos exitoso, sin embargo los resultados estarán supeditados a lo que ya está construido. 

Germán Villalobos dijo que "el mejor sistema de iluminación es justamente el que no se ve, sino sólo por sus efectos" y esto sólo se consigue trabajando desde el inicio en los planos arquitectónicos. Por ello, propone sistemas de iluminación flexibles que se puedan adaptar a las soluciones de diseño de interiores preferidas. 


En cuanto a la selección adecuada de materiales, el ingeniero de Philips recomendó que sólo se ocupen aquellos que sean de alta calidad, pues será lo que garantice un buen resultado a largo plazo. No recomienda en lo absoluto emplear esas lámparas fluorescentes chinas que son toda una baratija, que incluso pueden llegar a quemar la piel por su pobre calidad. En vez de ello, aclaró, que en la actualidad se cuenta con una cantidad de más de mil 700 productos o artículos de iluminación, sólo hay que escoger con precisión el más idóneo para cada necesidad. 

Colateralmente Noriega enfatizó que "la luz en cada espacio debe ser completamente diferente. Si se es un buen iluminador, se sabe perfectamente que debes tener cuidado con el abanico de alternativas de bulbos, lámparas y sistemas. Tampoco puedes poner un mismo tipo de lámpara para diferentes hábitats. En la casa no se pone el mismo tipo de piso que se emplea en el baño, el living, el estudio o el de la recámara", ejemplificó. 

Uno de los errores más usuales en la parte residencial es colocar lámparas de acentuación para iluminación general. Entonces tenemos puntos de luz en el techo, con excesiva iluminación que producen mucho deslumbramiento. No se usa la misma iluminación para alumbrado público que para la alcoba, señaló Villalobos.

En oficinas, por ejemplo, es muy común que se cometan errores como reflejos en cristales, en parte porque las luminarias no son direccionadas adecuadamente y en el caso de las pantallas de la computadora, los reflejos van totalmente relacionados al daño del que hablábamos arriba, opinó el experto de Osram. 


Ecología, ahorro y luz 

Ricardo Noriega explicó que un buen diseño de iluminación además de proporcionar confort y estética, de acuerdo con la realidad de nuestros tiempos, también está obligado a cumplir con el factor de respeto al medio ambiente y economía. No se puede concebir en nuestros tiempos un proyecto que esté basado en el derroche, en el gasto excesivo e inútil de energía. "Tenemos que cobrar conciencia del calentamiento global y de que cada vez que se enciende una lámpara para producir esa energía, en muchos de los casos se emiten combustibles fósiles a la atmósfera. Eso nos está matando", arguyó el experto.

En la mayoría de los hogares mexicanos tenemos bombillas incandescentes o focos como usualmente los llamamos. Eso no es nada bueno, aseguró Villalobos, ya que entre 80 y 90 por ciento de la energía empleada en esta tecnología se traduce en calor y técnicamente sólo entre 10 y 20 por ciento se transforma en energía luminosa, lo que explica por qué continuar con el uso de esta antigua tecnología es cero rentable, económicamente hablando y dañina para los ecosistemas. 

Para el rubro habitacional "la manera más simple de ahorrar luz, evitar el uso a toda costa de lámparas incandescentes y cambiarlas por lámparas ahorradoras (fluorescentes o de LEDs), así como instalar al menos un dimmer", dijo el arquitecto Noriega. Éste es un dispositivo muy simple, común y hasta económico que sirve para regular el flujo luminoso que necesitamos al interior de nuestra habitación. "Si vemos la televisión, usualmente no necesitamos todas las lámparas al 100 por ciento de su capacidad. Sólo prendemos las necesarias y bajamos su intensidad al 50, 70 u 80 por ciento, así prolongamos la vida útil de la lámpara y el menor gasto se reflejará directamente en el bolsillo". Usar "lámparas incandescentes" hoy en día es un crimen por donde se le vea, aseguró Noriega. 

Afortunadamente la tecnología nos da opciones. Ya contamos con una tecnología de iluminación fluorescente o LEDs que se comporta totalmente al contrario, por lo que técnicamente podríamos ahorrar entre 80 y 90 por ciento de nuestro gasto en luz, subrayó el ingeniero de Philips.

En la parte de oficinas, con un sistema eficiente de iluminación se puede ahorrar hasta 60 por ciento de energía, ello a través de sistemas de control electrónico que regulan -mediante sensores-, la cantidad de luz natural que entra a un espacio y en el caso deexistir un déficit, la equilibran con luz artificial fluorescente o de LEDs, agregó González. 

Pronto estarán disponibles una variedad de LEDs "orgánicos" llamados OLED´s, con los cuales la luz podrá emitirse en películas del espesor de una mica y en la que se podrán generar cortinas luminosas, se podrán integrar en muebles, podrían ser el propio tapiz luminoso de las habitaciones, podrá generar objetos virtuales, etcétera, agregó el experto González. 

Nuestra visión en Osram es que 70 por ciento de los productos que se estarán comercializando en los próximos 10 años, todavía no existen en el mercado, lo que permite ver que hacia el futuro no sólo habrá muchas más opciones para ambientar lumínicamente hablando nuestros espacios. 

Así pues, agregó, para obtener resultados óptimos es claro que no sólo requerirá de productos y sistemas adecuados. Crear ambientes saludables, cómodos y bellos, en donde el bienestar físico y emocional sea un hecho, requiere también de un experto diseñador de iluminación. Si le duele la muela, no consultaría al cardiólogo, por ejemplo. Nadie más que un especialista en la materia estará capacitado para resolver la iluminación de los espacios. Después de consultarlo, se dará cuenta que un mundo nuevo puede estar frente a sus ojos, con el simple hecho de prender o apagar un interruptor. 

"Un proyecto lumínico no puede basarse en el derroche de energía".