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Standard & Poor"s (S&P) revisó hoy la perspectiva de las calificaciones soberanas de México a negativa de estable, debido a que las posiciones fiscal y externa del país se han deteriorado
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Por Notimex CIUDAD DE MÉXICO.- Standard & Poor"s (S&P) revisó hoy la perspectiva de las calificaciones soberanas de México a negativa de estable, debido a que las posiciones fiscal y externa del país se han deteriorado. La calificadora internacional advirtió además que existe la posibilidad de que, tras las elecciones legislativas de este año, el Congreso no se ocupe de esta situación que limita la flexibilidad fiscal del país. Por ello, revisó la perspectiva de las calificaciones soberanas de México a negativa de estable. Al mismo tiempo, confirmó las calificaciones soberanas en moneda extranjera de largo plazo de "BBB+" y de corto plazo de "A-2" de México, y en moneda local de largo plazo de "A+"y de corto plazo de "A-1". La evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C) se mantiene sin cambio en "A+" y también la calificación de México en escala nacional -CaVal- de "xAAA" con perspectiva estable, informó en un comunicado. "La revisión de la perspectiva de México a negativa refleja nuestra evaluación sobre el deterioro en sus posiciones fiscal y externa", explicó la analista de S&P, Lisa Schineller. "Esto se combina con la posibilidad de que el Congreso, tras las elecciones legislativas de este año, no resuelva adecuadamente la falta de flexibilidad en la política fiscal de México", añadió. La calificadora internacional espera que la posición fiscal de México se deteriore en 2009 y 2010, al igual que ocurrirá en muchos otros países. Sin embargo, el deterioro de las finanzas públicas de México acentúa las vulnerabilidades fiscales estructurales subyacentes del país, como su dependencia presupuestaria de los ingresos petroleros, la ausencia de ahorros fiscales significativos y una baja base tributaria no petrolera, anotó. "Todos estos factores conforman un escenario fiscal desafiante", agregó al estimar que durante 2009-2010 los requerimientos de financiamiento del sector público de México se acerquen a 4.0% del Producto Interno Bruto (PIB) y que la deuda neta del sector público se ubique entre 43 y 44 por ciento del PIB. S&P proyectó que la economía mexicana se contraerá 5.5% en 2009, a lo que seguirá un modesto crecimiento real del PIB de 1.0% en 2010. Estimó que la contención del deterioro fiscal, asociada con el panorama económico, muy probablemente necesitaría un freno al gasto hacia el cierre de 2009 y en 2010, el uso de los fondos de estabilización petrolera (que representan menos de 2.0% del PIB), y la dependencia de otros ingresos no recurrentes. Anticipó que dependiendo de la magnitud de la contracción del gasto, el país podría necesitar implementar medidas para expandir su baja base tributaria no petrolera, ya que los ingresos totales del sector público en México fueron de 24 por ciento del PIB en 2008, nivel mucho menor que el de otros soberanos calificados en la categoría de "BBB". La agencia calificadora comentó que el equipo económico del gobierno de México ha señalado que podría proponer al Congreso, posteriormente en este año, nuevas medidas para aumentar los ingresos. Calculó que la deuda externa de México (neta de activos líquidos), tenderá a situarse por arriba de 40% de los ingresos de la cuenta corriente hacia 2010 frente a la mediana de 28% de los soberanos calificados en la categoría de "BBB". Anteriormente, la deuda externa de México (neta de activos líquidos) se había mantenido en línea con la mediana de los soberanos calificados en la categoría de "BBB". Sin embargo, agregó, el índice de pagos de la cuenta corriente más deuda de corto plazo por vencimiento a ingresos de la cuenta corriente más reservas internacionales de México, se compara favorablemente con la mediana de "BBB" y en particular con algunos países de Europa Oriental con calificaciones similares. Además, consideró que los índices de liquidez externa de México se comparan bien incluso bajo supuestos relativamente conservadores que incluyen una caída de las reservas, salidas de flujos de inversión de cartera, refinanciamiento de 70% de la deuda del sector privado no bancario, y una caída en la inversión extranjera directa. Sostuvo que la liquidez externa de México podría verse reforzada por el uso de su línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 47 mil millones de dólares o con retiros adicionales de los 26 mil 800 millones de dólares disponibles bajo la línea swap de 30 mil millones de dólares establecida con la Reserva Federal de Estados Unidos. "Podríamos bajar las calificaciones de México si el gobierno no resuelve en este año los factores que limitan su margen de maniobra fiscal. Tensiones adicionales sobre su posición de financiamiento externo, tales como las derivadas de los problemas en los sectores bancario o corporativo, también presionarían a la baja las calificaciones", adelantó.