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Al primer trimestre del 2018 (1T18) la economía de China mostró un crecimiento de 6.8% anual, que se ubica levemente por encima de las expectativas debido a una fuerte demanda de consumidores y una inversión inmobiliaria sorprendentemente robusta.

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Con lo anterior, Pekín busca mantener el equilibrio económico en el marco de las diversas tensiones con su socio comercial más grande, Estados Unidos, que podrían afectar miles de millones de dólares en envíos a la zona de fronteras: "El consumo es realmente sólido, hay un fuerte crecimiento salarial en las áreas urbanas. Hemos subestimado el poder del consumo en China", destacó Iris Pang, economista para China de ING en Hong Kong.

Agregó que la inversión inmobiliaria está aumentando, por lo que no concluiría que el segmento inmobiliario está descarrilando la economía, dijo refiriéndose a la opinión consensuada de que el sector está empezando a enfriarse por el aumento de las tasas hipotecarias y medidas para frenar la especulación.

Por su parte, analistas encuestados por la agencia Reuters esperaban que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandiera 6.7% de enero a marzo, desacelerándose solo marginalmente desde el 6.8% de los dos trimestres previos.

El consumo, que representó 77.8% del crecimiento económico en el primer trimestre, ha ayudado a respaldar a la segunda economía más grande del mundo incluso cuando los riesgos crecen para sus exportadores.

Por su parte, la inversión en el segmento Real Estate se aceleró para ubicarse en 10.4% al 1T18, su ritmo más rápido en tres años, comparado con un aumento del 9.9% en los primeros dos meses de este año y una expansión de un 9.1% en el mismo lapso del 2017.