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La pandemia de COVID-19 ha dejado una huella profunda en las dinámicas laborales, impulsando cambios significativos que han redefinido las necesidades y expectativas en el mundo del trabajo.

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Uno de los fenómenos más notables en el ámbito laboral ha sido el crecimiento exponencial de los espacios de coworking, una tendencia en auge que ha revolucionado el concepto tradicional de oficina.

Los trabajos a distancia e híbridos, una combinación flexible de modalidades presenciales y remotas, ganaron terreno como respuesta a las demandas de flexibilidad y adaptabilidad. Esta evolución ha catapultado la popularidad de los espacios de coworking, definidos por WeWork como entornos diseñados para profesionales diversos en busca de un espacio laboral dinámico.

 

Antes de la pandemia, el trabajo remoto era una práctica ocasional en Europa, pero con la llegada del Covid-19 se convirtió en la norma global. En la Unión Europea, por ejemplo, el porcentaje de trabajo remoto aumentó significativamente, alcanzando un 40% de empleados trabajando a distancia a jornada completa.

 

En México, durante la pandemia, el teletrabajo se volvió esencial, con el 69% de las empresas adoptando esta modalidad. Esto tuvo un impacto directo en la ocupación de espacios de oficinas clase A y A+, que experimentaron una disminución del 84% al 75% entre el tercer trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2022. Sin embargo, las restricciones se relajaron posteriormente, y los niveles de ocupación comenzaron a recuperarse.

 

 

Según Deloitte México, diferentes sectores adoptaron diversas estrategias durante la pandemia. En la industria manufacturera, por ejemplo, el 60% redujo el trabajo presencial, mientras que, en servicios, el 54% optó por el home office. Estos cambios no solo aumentaron la productividad, sino que también contribuyeron a reducir los costos empresariales y la huella de carbono.

 

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) destacó que el trabajo remoto y los modelos híbridos aumentaron la productividad en un 28%.

 

No obstante, surgieron nuevos desafíos, como la obligación de los empleadores de cubrir los gastos relacionados con el trabajo remoto, según nuevas regulaciones de la Secretaría del Trabajo.

Bajo este contexto, los espacios de coworking se han convertido en una opción atractiva para profesionales y empresas. Mauricio Domínguez, director de Data Market de Tasvalúo, señala que la calidad de un buen coworking se define por múltiples factores, como tecnología avanzada, servicios de limpieza, ubicación estratégica y diseño ergonómico.

El mercado de coworking ha experimentado un crecimiento considerable, especialmente en urbes como Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León. En la CDMX, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Benito Juárez son las alcaldías con mayor presencia de estos espacios. Esto refleja una tendencia hacia una distribución centralizada en la capital y otras zonas metropolitanas.

 

De ahí que el coworking ha emergido como una solución innovadora para las necesidades cambiantes del mercado laboral post-pandemia.

 

Ofreciendo entornos flexibles y multifuncionales, estos espacios están transformando la forma en que profesionales y empresas interactúan y colaboran en un mundo laboral cada vez más dinámico y diverso.