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El encarecimiento de los materiales de construcción hizo que se ralentizara la oferta de obra nueva, aumentando el desequilibrio de la demanda y manteniendo los precios de las viviendas al alza.

La demanda por espacios de depósito se elevó por el crecimiento exponencial del e-commerce y la logística que desató la pandemia.

Las ciudades inteligentes requieren de la participación de ciudadanos, empresas y autoridades locales, que al conectarse correctamente, apoyarán el progreso y lograrán los ODS de la ONU.

Los nuevos hábitos laborales y la descentralización de la vivienda en la CDMX convierten a estas ciudades en una gran oportunidad de inversión.

Pese a la evolución tecnológica, la mayoría de los viajeros siguen optando por hospedarse en hoteles.