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De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF) la demanda anual de inversión para infraestructura en el mundo asciende a 3.7 billones de dólares (bdd), y aquí al 2030 habrá un déficit de 14 bdd.

El valor del sector en México llegará a 65,800 millones de dólares (mdd) hacia el 2018, siendo los sectores de energía y agua los que mostrarán mayor dinamismo.

En un contexto donde los ajustes al gasto de infraestructura se acentúan y la inversión representa apenas 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, y de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) constituye una fuente de financiamiento para atraer la inversión privada.

La industria manufacturera del país no podría haberse expandido y seguir haciéndolo si no contara con el respaldo de la infraestructura de edificaciones industriales adecuadas; además de conectividad y transporte adecuado, es decir, todo un esquema de logística óptimo.

La infraestructura en transporte urbano masivo es una necesidad insatisfecha de las grandes ciudades del país, pero también es ya una demanda creciente en ciudades medianas que están en franca expansión.