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El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Urbanos (ONU Hábitat) organizó del 5 al 11 de abril de 2014 la séptima edición del Foro Urbano Mundial, en Medellín, Colombia, bajo el lema “Ciudades para la vida” en un momento en que dos tercios de la población mundial vive en grandes urbes

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El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Urbanos (ONU Hábitat) organizó del 5 al 11 de abril de 2014 la séptima edición del Foro Urbano Mundial, en Medellín, Colombia, bajo el lema “Ciudades para la vida” en un momento en que dos tercios de la población mundial vive en grandes urbes.

La búsqueda de soluciones urbanas resulta necesaria porque el crecimiento demográfico (se calcula que la población mundial aumentará a 9,000 millones de personas en 2050) será absorbido por las mega ciudades que cada vez son más.

Un simple paseo por los suburbios de Nairobi, Bombay, Río de Janeiro o Ciudad Bolívar, en Bogotá, basta para comprobar lo cruel que puede ser un asentamiento urbano cuando está mal planificado. De esa falta de equidad urbana en el desarrollo se discutió en la séptima edición del Foro Urbano Mundial, que abrió sus puertas del 5 al 11 de abril en Medellín, Colombia, con un programa variado de actos, expertos
y debates.

Elkin Velásquez, director de ONU Hábitat para América Latina, expuso por qué una población sostenible es buena en todos los sectores y cómo se deben transformar las urbes en poblaciones más versátiles, lo cual “hasta reduce los conflictos sociales”.

ONU Hábitat, enfatizó Velásquez, nació con el objetivo de la búsqueda y promoción de soluciones de vivienda. “Teníamos que tratar el problema de manera general. Empezamos a hablar entonces de asentamientos humanos, de la vivienda en su contexto, de los servicios públicos, los transportes y todo esto junto tiene un nombre: ciudad.”

 

Ser sostenibles económica y habitablemente. El reto de las ciudadesen crecimiento. ONU
Ser sostenibles económica y habitablemente. El reto de las ciudadesen crecimiento. ONU

 

El director regional de ONU Hábitat señala que el modelo ideal de urbanismo sostenible es el distrito neoyorquino de Manhattan: “compacto, con edificios en altura que ocupan aproximadamente 50% del suelo dejando el resto para vías y espacios públicos, incluidas las áreas verdes”.

También hay ciudades que, aunque sean un caos, tienen alma y te enganchan como Marrakech -afirma Elkin Velásquez-, que posee numerosos monumentos patrimonio de la humanidad, lo que la convierte en el principal atractivo turístico del país.

El reto es que el crecimiento de las ciudades, donde reside más de la mitad de la población mundial, sea sostenible económica y ambientalmente. “En América Latina hay ejemplos de que se puede hacer esa transición. Uno de ellos es Bogotá”, indica Velásquez.

 

El edil de Medellín, Aníbal Gaviría y el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg
El edil de Medellín, Aníbal Gaviría y el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg

 

Volver a lo básico del urbanismo

 

En seguida define lo que es una ciudad sostenible, conectada e incluyente. Se construye o se recupera volviendo a lo básico, a los elementos del urbanismo social que implica tener suficiente suelo urbano para lo público, para los servicios colectivos y para las calles.

También se debe facilitar la diversidad cultural y grupal en los barrios. Hay que promover la densidad sostenible con edificaciones en altura y en torno a los nodos de transporte. “En esas ciudades es en las que estamos seguros que va a haber más riqueza para redistribuir y los pobres van a tener más posibilidades de integrarse y ser incluidos”.

Estudios e investigaciones de la ONU, afirma Velásquez, sugieren que un buen desarrollo urbanístico tiene un impacto económico directo, favoreciendo el crecimiento y reduciendo las desigualdades y la pobreza. Toma tiempo reconcentrar las ciudades, así como recuperar barrios. Lo bonito de este proceso es que algunos barrios vulnerables, con intervenciones apropiadas, después de un tiempo se
vuelven céntricos.

Se corre el riesgo de que suba el precio del metro cuadrado del suelo, y algunas poblaciones se vean obligadas a trasladarse a otros barrios de un menor nivel de ingresos. Pero lo que se espera es que si el cambio se lleva a cabo incorporando las comunidades, estas puedan quedarse allí y beneficiarse de nuevas oportunidades.

Hay que recordar el esquema de desarrollo normal que prevalece en América Latina: las viviendas de interés social tienen un indicador crítico, que es el precio del suelo, y el suelo más barato es en general el que está alejado de las áreas centrales. Las familias de bajos ingresos están condenadas a vivir alejadas de las oportunidades sin poder salir de la trampa de la segregación social. En este sentido, apostamos por los barrios mixtos. Pero ¿cómo crearlos?, se pregunta Velásquez.

El funcionario de la ONU se responde a sí mismo: con una planificación urbana que facilite que en ellos (los barrios mixtos) puedan residir personas con diferente nivel de ingresos. Esto requiere de instrumentos de política pública que faciliten el acceso de los desfavorecidos a sitios mejor localizados.

Hay quienes podrán objetar que los suelos urbanos bien localizados son los más caros. Es cierto, pero hay formas de hacer la tarea y que todos ganen. La regulación puede permitir que en barrios de altos ingresos se reserven espacios para personas o familias de ingresos medio o bajos. También hay otras fórmulas, como establecer un subsidio para el alquiler, en vez de subsidiar la compra de vivienda.

 

El ex mandatario de Barcelona Joan Clos, director ejecutivo de ONU Hábitat
El ex mandatario de Barcelona Joan Clos, director ejecutivo de ONU Hábitat

 

Una ciudad sostenible engloba todas esas políticas, pero con una base: el plano urbano de la ciudad. Si no hay una planificación, se desarrolla una ciudad para ricos y otra para pobres. A esto lo llamamos técnicamente segregación socioespacial.

Sin embargo, esto no ocurre si hay un plan que siga los principios de ciudad sostenible, con una trama urbana bien trazada, con espacios públicos de proporciones apropiadas, diversidad social en los barrios y diversidad de usos
del suelo.

¿Qué hacer para que la gente pueda estar cercana a su trabajo? En lugar de zonificar y tener las áreas industriales, comerciales y de servicios separadas, además de desagregadas por niveles socioeconómicos, lo correcto sería mezclar más los usos del suelo para que las personas vivan en un sitio en el que su oficina o trabajo queden cerca y no tengan que invertir hasta dos horas en transporte.

Podrían dedicar ese tiempo a estar con sus hijos o a generar ingresos de otra manera o aprovechar talentos y capacidades en otras áreas. Y sí hay experiencias de éxito en este sentido, asegura el director regional de ONU Hábitat:

Una muy bonita sucedió en el barrio Juan Pobo, no muy lejos del centro de Medellín, relata Velásquez. Allí se inició un proceso de mejora y recuperación integral del barrio, expuesto a riesgos naturales. Cuando la administración llegó a proponer a los vecinos una solución de vivienda ofreciéndoles una casa en propiedad lejos del centro, la comunidad dijo que no, porque no querían moverse, ya que habitaba cerca de los centros de trabajo.

 

Lo ideal es que las personas vivan cerca de los centros de trabajo, para convivir con sus hijos o generar ingresos extras

 

Pidieron una solución que no implicara desplazarse y perder la cercanía del empleo. La administración encontró una solución técnicamente apropiada. La localización es un elemento fundamental con un impacto político central: evita las brechas urbanas.

Hay que promover la construcción de ciudades, no solo de viviendas. Los proyectos de vivienda responden a ciclos financieros de corto plazo, de unos cuatro años. La construcción de una urbe bajo criterios de sostenibilidad es un proceso a medio y largo plazos que necesita reglas de juego claras, como una regulación apropiada de usos del suelo y un
financiamiento apropiado.

El ejemplo de esto es Brasil. Allí se logró sacar de la pobreza a mucha gente, que pasó a ser de clase media, todavía vulnerable, pero clase media en términos de ingreso. Esas personas ya tienen resuelto lo básico y hoy están preocupadas por acceder a las oportunidades de la ciudad, como los servicios
sociales y culturales.

Eso implica, por ejemplo, la necesidad de mejorar movilidad, que antes no era necesariamente lo más importante para ellos y hoy es central, casi un derecho. Pero las ciudades tienen lo que las compañías de seguros llaman preexistencias, es decir, han heredado problemas de sus patrones urbanísticos de
vieja data.

África y América Latina se inician como punta de lanza en la planificación sostenible. África está urbanizada en 30%, es decir, tres de cada diez habitantes viven en ciudades. Eso supone que hay mucho margen de crecimiento con una planificación urbana previa bajo criterios de sostenibilidad. Es fundamental que se construyan expansiones urbanas, adaptadas a las circunstancias actuales de esas ciudades.

 

La construcción de una urbe bajo criterios de sostenibilidad es un proceso a mediano y largo plazos
La construcción de una urbe bajo criterios de sostenibilidad es un proceso a mediano y largo plazos

 

Por supuesto, una cosa es elaborar un nuevo plan y otra intervenir la ciudad ya construida para mejorarla. Este es el caso en América Latina, pero los beneficios son muchísimo más importantes en el mediano y largo plazos. La clave es incorporar los principios de urbanismo dentro de procesos de revitalización, regeneración, rehabilitación y mejoras del barrio y la ciudad.

En este sentido, hay ciudades que están haciendo muchas cosas. La sede del Foro Urbano Mundial, Medellín, es una de ellas. Construyó el Metro Cable, que es una vía de transporte aéreo a lo largo de un corredor que sirvió para interconectar dos partes de la ciudad.

Sao Paulo también está llevando a cabo unos procesos de intervención interna orientados a generar nuevas condiciones dinámicas. Esto es, gracias a la mejora de una zona estratégica, se produce un efecto positivo sobre las áreas cercanas. Y eso se traduce en un incremento del valor del suelo urbano. Se construye riqueza.

Hay que reconocer que muchas ciudades europeas están haciendo un trabajo importante para dar ese giro hacia criterios de sostenibilidad. Por ejemplo, cuando hablamos de movilidad sostenible, se está promoviendo mucho la ciudad caminable o en la que se da preferencia a métodos de movilidad limpios, como la bicicleta.

 

El incremento del valor del suelo urbano genera riqueza

 

En Europa hay diferentes problemas –desafíos los llama Velásquez– pero también soluciones. Lo importante es que, en realidades diferentes, los principios son los mismos. Es la aplicación lo que tiene que contextualizarse. Esto facilita el diálogo global y permite ver qué ciudades africanas, asiáticas, latinoamericanas o europeas comparten algunos desafíos y oportunidades. Y que los principios para el desarrollo urbano sostenible pueden ser la guía.

Ciudades para la vida fue el lema de esta reunión de Medellín, alcaldes de grandes urbes como Sao Paulo, Santiago de Chile, Johannesburgo o Barcelona, así como expertos de la talla del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, disertaron durante los cinco días que duró la séptima edición del Foro Urbano Mundial.

 

Río de Janeiro es la segunda ciudad más poblada de Brasil
Río de Janeiro es la segunda ciudad más poblada de Brasil


Texto:Elvira Ocampo

Foto: BESFOND, RUTA N, MARHABA, HD WALL