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México es el séptimo país del mundo con infraestructura de riego, sin embargo, además de nuevos proyectos, requiere inversión para mantenimiento y seguridad de las presas, modernización de los distritos de riego y lograr mayor eficiencia en todos los ámbitos del mismo.

El modelo energético actual se caracteriza por un crecimiento constante del consumo global del mismo,  basado en combustibles fósiles: por lo que existe la necesidad de incrementar el desarrollo de fuentes de energías alternativas que las reemplacen. México, en particular, tiene mucho potencial para llevarlo a cabo, al grado de ser el cuarto país con mayor atractivo para inversiones en energías limpias.

México tiene una gran oportunidad y potencial para aprovechar la infraestructura hidráulica existente para la generación de energía eléctrica mediante tecnología fotovoltaica. Sin embargo, las cortinas y vasos de las presas de México, que tienen un alto potencial para ello, no han sido aprovechados.

La hidroelectricidad es una fuente de energía eléctrica que se ha desarrollado en nuestro país desde hace varias décadas, y cuyo ejemplo más relevante es el aprovechamiento de los ríos Grijalva y Santiago.

Los grandes desarrollos inmobiliarios reciben los servicios de agua potable, alcantarillado, drenaje y saneamiento a través de una infraestructura hidráulica, que debe responder a la cantidad y calidad que exigen los usuarios, y a la oportunidad con que son requeridos.