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Biden rechazó una reunión con el presidente salvadoreño Nayib Bukele durante un viaje que este realizó a Washington en días recientes.

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Paso a paso y sin el estruendo habitual de su antecesor, el presidente Joe Biden ha comenzado a cimentar una nueva relación de Estados Unidos con América Latina.

A unas semanas del inicio de su administración, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realiza diversos cambios a la política en la región, las cuales contrastan con las que tuvo el expresidente Donald Trump.

Como ha sido una política desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos puso en la mesa de su trato con América Latina los añejos temas de democracia, corrupción y derechos humanos, con lo que se espera, aumentará la presión sobre ciertos países.

Respecto al régimen militar socialista que se vive en Nicaragua, Washington señaló durante febrero que está "profundamente preocupado por la creciente represión del gobierno del presidente Ortega (…) quien está conduciendo a Nicaragua hacia la dictadura", indicó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, y reclamó un "cambio de rumbo".

El Departamento de Estado de ese país, además, vigila  de cerca el intento del Congreso de Guatemala de colocar en la Corte de Constitucionalidad a un juez con acusaciones de obstrucción de la justicia y vínculos ilegales.

Además, Biden rechazó una reunión con el presidente salvadoreño Nayib Bukele durante un viaje que este realizó a Washington en días recientes, debido a la situación del Estado de derecho y la democracia en El Salvador.

Recientemente, Norteamérica expresó preocupación el pasado jueves por la violencia contra defensores de los derechos humanos en Colombia.

Otro aspecto relevante de la relación con América Latina será detener el flujo de migrantes hacia EU, y por ello, estará endureciendo las medidas restrictivas dentro y fuera del país, por lo que suspendió acuerdos de cooperación de asilo firmados por Trump en 2019 con Guatemala, El Salvador y Honduras.

Lo anterior, según analistas, es parte de la política de Biden, quien buscará dar cauce a un nuevo marco regional, pero reconocen que con México, se requerirá más tiempo.

"Llevará entre cuatro y seis meses poner en marcha un sistema de asilo viable. Mientras tanto, creo que dependerá de los países de tránsito y de México asegurarse que no haya un aumento (del número de migrantes) en la frontera", destacó Muzaffar Chishti, un experto del Instituto de Política Migratoria en Nuevas York, a BBC.

El Presidente de EU, también pidió revisar el programa Protocolos de Protección a Migrantes, también denominado "Quédate en México", lanzado por Trump.

Finalmente, se espera que Washington revise la política de sanciones a Venezuela implementada por el gobierno de Trump, y se espera que se relajarían las medidas económicas contra ese país.

Biden firmó finalmente una orden ejecutiva para abordar las causas de la emigración y el desplazamiento forzado hacia EU, como la violencia y la crisis económica, por lo que se prevé, destinará al menos  4,000 millones de dólares al respecto.

Con información de la BBC.