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Las autoridades ucranianas dieron a conocer más de 340 víctimas mortales, en su mayoría, civiles desarmados o que iban con víveres en las manos.

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En plena retirada del ejército de Rusia, los cientos de civiles encontrados sin vida en las calles de Bucha y en otros lugares cercanos a Kiev ya generan un rechazo internacional y la condena al gobierno autocrático de Vladimir Putin.

Las imágenes ya son las más impactantes de los estragos de la invasión de Rusia contra Ucrania.

Alemania condenó el hecho como un "crimen de guerra terrible", mientras que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó el hecho como "insoportable", y el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó que esos "horribles ataques" son evidencia de crímenes de guerra perpetrados por Rusia.

Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, describió el suceso como "una patada en el estómago”.

 

El genocidio que se perpetró en un suburbio de Bucha, se convirtió en el primer lugar donde las fuerzas armadas de Rusia entraron, posterior a un ataque armado a Kiev e intentar deponer el gobierno del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

 

La masacre sucedió días después de que las primeras fuerzas rusas cruzaran a Ucrania el 24 de febrero, cuando las fuerzas ucranianas lograran detener a una columna de tanques y vehículos de transporte blindados rusos que pasaban por el pueblo de Bucha hacia la capital, Kiev.

 

 

El convoy quedó destruido en una de las primeras de muchas emboscadas ucranianas que frenaron en seco el avance ruso; pero también muestran el horror de la guerra y las víctimas, que al parecer, fueron civiles inocentes que quedaron maniatados por la espalda, o que simplemente, iban en sus bicicletas por víveres.

Tras semanas de guerra, la invasión rusa se quedó sin impulso. Las imágenes desoladoras de Bucha muestran que las tropas élite de las fuerzas aerotransportadas de Rusia entraron en el pueblo en vehículos blindados ligeros, trasladados en avión.

Con información de la BBC y El País.