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La firma británica de arquitectura considera que, al día de hoy, la pandemia de Covid-19 acelerará la adopción de edificios y transporte ecológicos, con ventilación natural.

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Norman Foster, fundador de la firma británica de arquitectura Foster + Partners, analizó durante el Foro de Alcaldes de las Naciones Unidas en Ginebra, que la pandemia del nuevo Coronavirus no cambiará fundamentalmente las ciudades, aunque sí podría conducir a la construcción de edificios más sostenibles.

Contrario a lo que podría creerse respecto a la forma de hacer arquitectura, Foster señaló que las tendencias actuales se acelerarán como una de las principales consecuencias que dejó el Covid-19; las tendencias que, incluso, “ya eran evidentes desde antes de la pandemia”.

Igualmente, se aventuró a comparar la actual pandemia con crisis pasadas y que han dejado graves afectaciones a las ciudades, “lo que condujo a mejoras en los estándares de construcción y la arquitectura impulsada por la salud”. Como ejemplo, utilizó el gran incendio de Londres en 1666, que obligó a crear códigos de construcción a través del uso de ladrillos a prueba de fuego.

Sin embargo, señaló, esto igual habría sucedido en cualquier momento, “no solo en Londres, sino en ciudades de todo el mundo, porque las ciudades aprenden unas de otras: Cada crisis acelera y magnifica lo inevitable”.

Norman Foster considera que, al día de hoy, la pandemia de Covid-19 acelerará la adopción de edificios y transporte ecológicos, con ventilación natural, “que no solo son buenos para la salud, sino que también permiten tener un mejor desempeño […] También tenemos pruebas de que los espacios verdes en las ciudades, sean grandes o pequeñas, contribuyen a la salud y el bienestar”.

Pronunció que “la historia nos dice que el futuro no es un distanciamiento de dos metros”, y recordó la pandemia de gripe española a principios del siglo XX, con la finalidad de ejemplificar que las ciudades no tendrán que hacer cumplir las reglas de distanciamiento social en el largo plazo.

Concluyó su ponencia explicando que la actual crisis sanitaria podría orillar a las ciudades a sufrir un mejoramiento urbano, convirtiéndose en lugares más atractivos para vivir y más resistentes a problemas de salud futuros.