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El icónico estudio Foster + Partners liderará el diseño del monumento conmemorativo a la Reina Isabel II, destacando un puente inspirado en su tiara y jardines simbólicos.

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El legado de la monarca con el reinado más largo del Reino Unido tomará forma en un espacio público emblemático: El lago St James's Park, en Londres. El estudio de arquitectura Foster + Partners, en colaboración con la artista Yinka Shonibare y el paisajista Michel Desvigne, ha sido seleccionado para diseñar el monumento conmemorativo oficial de la Reina Isabel II, fallecida en 2022.

 

Su diseño, que se revelará por completo en abril de 2026, busca capturar la esencia de una figura que supo equilibrar tradición y modernidad a lo largo de sus 70 años en el trono.

 

 

 

Como concepto central tendrá el "Puente Unity", una pasarela translúcida revestida de vidrio fundido que se inspira en la tiara de bodas de la Reina Isabel II. Este puente conectará dos nuevos jardines conmemorativos a cada lado del lago, funcionando como símbolo de unidad entre comunidades, culturas y generaciones.

"Este plan maestro es una expresión de cómo la Reina Isabel II unió a naciones y pueblos con valores sólidos y una presencia constante", comentó Norman Foster, fundador del estudio, al referirse a esta propuesta seleccionada entre otros finalistas como Heatherwick Studio y WilkinsonEyre.

 

 

También el proyecto contempla la creación de dos accesos monumentales: La Puerta de Marlborough, que marcará la entrada desde The Mall, y la Puerta del Príncipe Felipe, cercana a Birdcage Walk. La estatua de la Reina estará situada en la nueva Plaza Reina Isabel II, desde donde partirán senderos de piedra hacia jardines temáticos, entre ellos el Jardín de la Commonwealth.

 

 

Ha calificado el Comité del Monumento al diseño como "impresionante" y "capaz de crear un hito atractivo" dentro del paisaje urbano de Londres. Pero más allá de lo estético, la propuesta es también un ejercicio de planificación urbana y diseño paisajístico sostenible, con espacios concebidos para la reflexión, el descanso y el homenaje cívico.

 

Esta obra de gran carga simbólica no solo honrará a la Reina Isabel II, sino que también enriquecerá el patrimonio arquitectónico y cultural de Londres, consolidándose como un nuevo punto de encuentro en la ciudad y un referente internacional de memoria y diseño.