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El panorama económico no luce fácil para 2019. Analistas —tanto optimistas como pesimistas—, observan un crecimiento inferior a 2018, aunque tampoco en ningún caso observan indicios de recesión para el país.

En el transcurso de los próximos meses tendremos seguramente los planes sectoriales o bien el equivalente al Plan Nacional de Desarrollo (PND) y el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide); en ese marco, muchas de las acciones tomadas en este periodo serán definitorias de las políticas que aplicará a lo largo de su administración.

La economía mexicana llegó a su cuarta transición sexenal con estabilidad económica, aunque en medio de cierto grado de incertidumbre por las posibles medidas de política económica que pueda tomar el nuevo gobierno federal.

Se sigue percibiendo un ambiente positivo general para el consumo interno, aunque este año se ha moderado su ritmo de expansión por el debilitamiento de algunas variables.

Con unas elecciones bien llevadas disminuyeron los factores de incertidumbre; pero al presidente electo y al nuevo gobierno les aguardan diversos retos ante los nuevos escenarios económicos.