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¿QUÉ HACER EN TIEMPOS DE CRISIS?

La historia de las crisis recurrentes que vivió México, entre 1976 y 1995, nos dejaron diferentes lecciones que hoy bien vale la pena considerar. A continuación, una reseña de los efectos directos o indirectos de la crisis financiera de los Estados Unidos sobre México pero, sobre todo, algunas sugerencias que pueden ser muy útiles en esta etapa adversa.

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La crisis financiera en Estados Unidos nos está afectando a todos. A las empresas, a nosotros como personas, al gobierno y todo tipo de organizaciones por lo siguiente:

• Nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, está disminuyendo la demanda de nuestros productos y, en consecuencia, estamos vendiendo (exportando) menos de lo que se tenía planeado:

• Con el consecuente aumento de inventarios.

• Menor rotación de productos.

 • Aumento de costos.

• Presiones sobre el flujo de efectivo y la rentabilidad.

• Aun y cuando la inflación y las tasas de interés no han repuntado, incluso los réditos en Estados Unidos han bajado, la situación ha ocasionado volatilidad en la paridad peso-dólar, que a su vez ha ocasionado:

• Incrementos en los precios de bienes importados.

• Incremento el costo de las deudas en dólares.

• Presiones, nuevamente, en el flujo de efectivo y en la rentabilidad.

• El bienestar de las familias se ha visto afectado:

• Por un menor consumo, ya que se puede comprar menos con el mismo nivel de ingreso.

 • Las familias que dependen de las remesas, no sólo enfrentan el problema del incremento en los precios de los bienes y servicios, sino que se ve afectado o restringido su ingreso, pues sus familiares en Estados Unidos o han perdido su empleo o bien su ingreso se ha reducido; posiblemente algunos decidan regresar a México con las consiguientes implicaciones económicas y sociales.

• En el ámbito laboral, existe la amenaza de perder el empleo, ya sea porque trabajamos para empresas que exportan o bien porque ante la caída de la demanda y el consumo, las empresas que se dedican al mercado interno tienden a reducir su producción y, en consecuencia, la primera vía para reducir costos sea el ajuste en su planta de personal.

• El gobierno enfrenta problemas en sus finanzas:

• Con la disminución del consumo y el empleo se reduce la recaudación de impuestos.

• Se reducen los ingresos del gobierno por la venta de bienes y servicios.

• Se afecta el nivel de gasto y el destino del mismo.

 • Se genera desequilibrio en las finanzas públicas. Ante este entorno todos debemos de realizar un diagnóstico de nuestra situación y posición en el mercado y, sobretodo, de nosotros mismos identificando amenazas y oportunidades, fortalezas y debilidades, en forma acelerada.


Edgardo Rojas, Economista y analista financiero.

EMPRESAS

Las empresas lo primero que hacen ante una caída de su mercado es reducir costos, pero lo importante es saber qué costos reducir (regularmente se reduce la producción y se despide personal, pero se debe analizar qué personal eliminar, porque las máquinas y los inmuebles no se pueden despedir y, más bien, al dejar de operar se convierten en activos improductivos) y en qué momento hacerlo. Lo relevante es el conocimiento de su mercado, porque no es lo mismo vender cemento que servicios turísticos. En este sentido debemos preguntarnos qué puede ser más conveniente:

• Reducir precios y sacrificar algo de utilidad logrando reducir inventarios y dándole flujo a la empresa.

• Buscar nuevos mercados o clientes que ante las condiciones actuales puedan dirigirse hacia nosotros.

• Innovar en productos, sus características y condiciones de venta dándole accesibilidad a nuestros clientes y permitiendo ampliar la base de los mismos.

Lo fundamental es pensar en lo que debemos hacer para mantenernos en el mercado y esperar otros tiempos, o en el mejor de los escenarios, sacar provecho de la crisis y mejorar nuestra participación y posicionamiento en el mercado. En la parte financiera es necesario analizar nuestros pasivos, sus condiciones, características y de ser conveniente, buscar renegociarlos; para cualquier acreedor es mejor esto que enfrentar un elevado riesgo de incobrabilidad. Aun y cuando decir lo que se debe de hacer suena fácil, lograrlo y sacar provecho de la situación es un poco más complicado, la regla de oro es buscar soluciones sencillas y directas.


Banco Mercantil de Monterrey.

 

PERSONAS

En el entorno personal y familiar, lo que se ha dicho es que se debe de ahorrar, lo que parece también sencillo, pero en los hechos sacrificar consumo presente por consumo futuro es realmente complicado, más aún cuando se trae una sinergia de gasto. No obstante lo anterior, hay cosas que son factibles de realizar tales como ser más cuidadosos con lo que se compra y dónde se compra, a través de pensar en la necesidad y utilidad del bien o servicio a adquirir; las ofertas no siempre son la mejor opción si no se obtiene un beneficio real y, en contraparte, pueden convertirse en gastos infructuosos.

También es conveniente buscar mantener nuestro empleo, ya que éstos no abundan en la actualidad, a través de mayor productividad y creatividad; se debe tener la convicción de que si le va bien a la organización en la que colaboramos nos va bien a nosotros y, por el contrario, si le va mal a la empresa nos puede ir mal a nosotros; por lo tanto es un beneficio o perjuicio compartido. En este contexto, son importantes los acuerdos entre los trabajadores y los patrones para evitar conflictos obrero patronales. Hay que recordar que muchas empresas enfrentan situaciones endebles y con un empujón adicional, podrían no recuperarse de la crisis y todos podríamos perder. Para las familias que viven de las remesas la situación es grave, más aún si no hubo ahorro durante los periodos pasados. Lo recomendable es cuidar en qué se gasta y, de ser factible, buscar alguna fuente de ingreso complementario, la situación puede ser bastante complicada.

GOBIERNO

Por su parte, el gobierno se debe mover rápidamente buscando la forma de activar la economía. Desde mi punto de vista está actuando con bastante lentitud, de hecho el programa que anunció el presidente Felipe Calderón ha sido más reactivo que preventivo, y proactivo y genérico.

El planteamiento de reactivar la economía mediante gasto público es correcto. Los puntos relevantes son: qué tan rápido el gobierno puede poner en marcha estos proyectos; a qué industrias beneficiará y cuál será el efecto multiplicador hacia el resto de los sectores económicos y, si es suficiente este programa o se deben de poner en práctica otras medidas. De entrada, se deben establecer otro tipo de medidas políticas como por ejemplo, buscar un acuerdo o acuerdos con todos los sectores de la economía, a fi n de coordinar esfuerzos que eviten presiones inflacionarias y, en consecuencia, se mantenga en parámetros controlables. Es momento de valorar modificaciones fiscales, como por ejemplo proponer estímulos fiscales a la inversión y al empleo, que son medidas que una vez autorizadas, si están bien instrumentadas, inmediatamente son asimiladas por las organizaciones. Por otra parte, se debe de dar confianza, tranquilidad y seguridad al mercado con información que permita confirmar que la situación de las empresas tanto económica como financiera está revelada en forma razonable y, de no ser el caso, se debe actuar rápidamente para que se den a conocer los problemas y el mercado los reconozca y se actúe en consecuencia.

El gobierno debe actuar con eficiencia y eficacia, a través de las dependencias y entidades con que cuenta para la supervisión y vigilancia. El pasado nos ha enseñado que entre más nos tardemos en actuar, los costos pueden crecer en forma exponencial, por lo que es importante ocuparse y prever más que reaccionar, dado que la crisis financiera de Estados Unidos, por sus características, se ha expandido a la economía mundial y está obligando a la actuación de todos los gobiernos, de acuerdo con el impacto que perciben en sus economías. 


Vista de la zona financiera de Monterrey.