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 El Colegio de Notarios de la Ciudad de México detalla algunas reflexiones sobre el mejor momento para hacer una escritura.

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La llegada del fin de año y las fiestas decembrinas nos dan un tiempo para cerrar ciclos, convivir con familiares y amigos, así como para preparar propósitos para el próximo año. No obstante, también es una época en la que  la gente puede estar agobiada por los múltiples gastos, compras de último momento y pendientes que deben concluirse antes de cerrar el año, entre ellos, la regularización de los inmuebles.

 Lo anterior especialmente por temor (fundado o no) de que los impuestos se pueden disparar con el inicio de año y por lo tanto, en las últimas semanas se recurre a las notarías para tratar de alinear a todos los involucrados en algún servicio notarial y finalmente firmar antes de que culmine el año.

Pero… ¿Está fundamentado el miedo que mueve a muchos a firmar sus escrituras con urgencia en los últimos días del año?

Hay algo que es innegable: Cada inicio de año entran en vigor una serie de reformas fiscales que pueden contener modificaciones en las tasas o tarifas aplicables a los impuestos, o bien, nuevos requisitos para exentar o deducir impuestos.

También es cierto que normalmente los montos a pagar por derechos de inscripción en los Registros Públicos, tanto de Propiedad como de Comercio, se suelen actualizar o tener algún incremento. Y es común que esto igual suceda con las cantidades que por concepto de derechos deben pagarse por la obtención de documentos o realización de trámites relativos a la formalización de una escritura (certificados de libertad de gravámenes, de zonificación, de adeudos de predial y agua, etc.).

A lo anterior podría sumarse que los honorarios notariales puedan tener alguna variación con la actualización del arancel correspondiente, pero esto no suele ser algo significativo. Otros honorarios, como los de los peritos valuadores, tampoco tendrían por qué tener un incremento grave.

En cuanto a programas como la Jornada Notarial y Sucesiones (de gran impacto en la Ciudad de México), no existe -en principio- el peligro de que el año siguiente no sean aplicables, toda vez que, como es sabido, desde el año 2017 se trata de programas permanentes previstos en el Código Fiscal, por lo que el usuario puede tener latranquilidad de que contará con los beneficios de estos programas al iniciar el siguiente año. No obstante, lo que sí debe tomarse en cuenta, es que puede ocurrir que en las primeras semanas del año, no estén disponibles los formatos necesarios para entrar en el programa; como también es factible que se genere alguna modificación en cuanto a los valores para entrar al programa, o bien exista alguna actualización al valor catastral de algunos de los inmuebles.

En suma: si los costos notariales se componen de impuestos, derechos de Registro Público, derechos por la obtención de documentos públicos, otros gastos como honorarios de gestores y de valuadores, así como los honorarios notariales; la respuesta no puede ser otra: sí es de esperarse que con el cambio de año aumenten los costos de realizar una escritura.

Dicho lo anterior, en lo personal no pienso que diciembre sea el mejor mes para escriturar, al menos, no cuando se tiene todo el año para hacerlo. Me explico: para quienes han dejado pasar el año sin formalizar en escritura los actos que lo requieren, si tienen oportunidad actualmente, sería recomendable que pudieran hacerlo porque en efecto puede haber un incremento en los costos al iniciar el 2021. Por otro lado, y mirando al futuro, en lo sucesivo no hay que esperar a que llegue el fin de año para formalizar nuestros actos, especialmente cuando programas como la Jornada Notarial ofrecen beneficios durante todo el año.

Ahora, la realidad es que, el mejor momento para hacer una escritura es siempre el momento preciso en que se realiza un acto. Es decir, si hoy se pretende comprar un inmueble, es mejor hacerlo directamente en una escritura, obteniendo toda la documentación que dará plena certeza a las partes involucradas.

Cuando estas acciones se dejan para un momento posterior, muchas cosas pueden pasar: desde el fallecimiento de una de las partes, hasta el embargo de los bienes por parte de un acreedor del enajenante (el cual, hasta la formalización de la escritura, e inscripción en el Registro, seguirá funcionando como dueño frente a los terceros), por lo que es mejor prevenir dichos escenarios.

Como conclusión: Si bien hasta ahora no hay noticias de que exista alguna nueva cuestión fiscal que vaya a encarecer de forma grave la formalización en escritura pública, sí es de esperarse que, como cada año, exista un cierto incremento. Si estás, por tanto, en el caso de tener pendiente una escrituración, aún es tiempo de acudir a una notaría para no dejar asuntos sin resolver para el año entrante. Por otro lado, en lo sucesivo, es mejor no dejar estos asuntos para el fin de año y formalizar los actos en escritura desde que se realizan. Esto es lo más seguro, legal y  conveniente para asegurar el bienestar de tu patrimonio.

 

Notario 180 de la Ciudad de México

 

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