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La exclusividad y el lujo han adquirido nuevos significados para mostrar una nueva visión de lo estético, ecológico y humano.

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El mundo de la Alta Costura y la moda ha revolucionado, pues aunque la exclusividad y el lujo siguen siendo la fuente de inspiración de diseñadores, ambos conceptos han adquirido nuevos significados que se traducen en un abanico de posibilidades para audiencias y creadores del diseño textil.

 

En la más reciente semana de la Alta Costura en París (23 – 26 de enero de 2023), se pudo vislumbrar este nuevo horizonte con nuevas firmas con ideas frescas y una tendencia a trabajar en pro de lo ambientalmente sostenible.

 

La confección industrial en masa (fast fashion) dará un nuevo paso hacia una confección más centrada en optimizar los materiales, darle un tratamiento adecuado a los recursos y reducir al máximo los desperdicios. Considerando que la Alta Costura hace prendas únicas para momentos y públicos específicos, las casas de moda ya prueban nuevos tejidos conocidos como toile; asimismo, se diseña a medida y bajo demanda, con la finalidad de evitar la sobreproducción.

En opinión de Mireia González, consultora de Moda y codirectora del Máster en Dirección y Creación de Marcas de Moda en ESDESIGN, “las nuevas herramientas tecnológicas juegan un papel importante para construir este escenario.

“La tecnología puede ayudarnos a saber exactamente cuántas lentejuelas necesitamos para un traje concreto, a no desperdiciar tejido, e incluso crear prendas mediante Inteligencia Artificial”, explica.

 

 

En los últimos años, varios nombres han impuesto cambios revolucionarios en la Alta Costura. Por ejemplo, en 2016 Maria Grazia Chuiri, directora creativa de Dior, hizo ruido por sus estampados en prendas, como el we should be all feminist; recientemente, Kim Jones, al frente de la línea masculina de Dior y director creativo de las colecciones femeninas de Fendi, empleó nuevas prendas reemplazables que abogan por la versatilidad o extensión de vida del producto.

González continúa: “La moda actual tiene un gran reto, y es aumentar el uso de materiales amigables con el medio ambiente, así como ser más democrática en precios pues de lo contrario, sigue estando destinada a la élite económica… es algo en lo que están incursionando marcas como Balenciaga”.

Por otro lado, advierte que aunque la moda sostenible es ya una tendencia fuerte, “aún queda mucho trabajo por hacer. El lujo sigue siendo lujo, porque es todo aquello de primera mano; el lujo y la exclusividad no significan lo mismo que antes, ni tampoco son el fin primordial. La moda ahora también va acompañada por un respeto por el planeta y se dirige a audiencias y nuevas generaciones mucho más informadas, con ideales claros y con una clara predisposición al cambio”.