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Es vital que todas las empresas estén bien informadas y tengan una orientación práctica que les permita conocer y entender los retos de la transición para avanzar en medio de un escenario complejo y desafiante.

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Cuando se discutió en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático el año pasado sobre los retos urgentes de la crisis climática en la que se encuentra el planeta e impulsar alternativas conjuntas para solucionarla, uno de los acuerdos alcanzado por 118 países firmantes fue triplicar la capacidad de generación de energía renovable para 2030. Esto en sintonía con un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), a fin de acelerar la transición y dar cumplimiento al Acuerdo de París.

 

Esta decisión se suma a otras estrategias que incluyen duplicar la eficiencia energética y triplicar para 2050 la capacidad de generación de energía nuclear, acuerdo alcanzado por 22 países.

 

Y para poder impulsar la transición a fuentes renovables resulta oportuno reflexionar sobre los desafíos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) presentes y la necesidad urgente de tomar medidas contundentes que reduzcan el impacto climático. Así lo expresaron Javier Mundo, socio líder de energía y recursos naturales, y Alejandro Pagés, director de asesoría en sustentabilidad, ASG y economía circular de KPMG México.

Comentaron sobre materia ambiental que, el objetivo de la descarbonización es prioritario, debido a la urgencia de reducir las emisiones netas a cero, para no rebasar el umbral de 1.5° C de cambio en la temperatura global. Saben que el desafío es enorme y requiere acelerar las inversiones en fuentes renovables sin perder de vista que, en términos de seguridad energética y asequibilidad, la demanda global sigue en aumento y la dependencia de los combustibles fósiles continuará por varias décadas; en la actualidad representan 82% del consumo global.

 

“Un enfoque realista para escalar las energías renovables de forma rápida y contundente es identificar con claridad las barreras que impiden el desarrollo de proyectos, así como las acciones y estrategias específicas para superarlas, como lo señala el reporte de KPMG Turning the tide in scaling renewables”, indicaron los expertos.

 

Entre los principales desafíos ambientales, destacan:

  • Un acceso sostenible y trazable de las materias primas críticas, a precios competitivos y en grandes volúmenes, que requiere cuadruplicarse, de acuerdo con la IEA.
  • La expansión de infraestructura e instalaciones que minimicen el daño en la biodiversidad por la explotación y agotamiento de los recursos naturales.
  • Desarrollar cadenas de suministro y modelos de negocio que promuevan la instauración de un sistema de economía circular, que reduzca la intensidad de explotación de recursos de mayor uso así como la restauración de los ecosistemas, mediante inversión en soluciones basadas en la naturaleza y objetivos basados en ciencia.

Respecto de los desafíos sociales asociados a una transición justa se encuentran:

  • Garantizar el acceso a la energía para todos, en condiciones de eficiencia y justicia social.
  • Compensar los efectos del cambio de energías fósiles a renovables sin dejar a nadie atrás, mediante nuevas fuentes de empleo.
  • Impulsar la gestión de la licencia social para el desarrollo de proyectos de infraestructura energética renovable que impacten en poblaciones y comunidades, desde una perspectiva social incluyente.

Bajo este contexto señalaron que cobra especial relevancia el llamado del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a las empresas de petróleo y gas a asumir un rol protagónico. Ya que, lograr una transición energética justa requiere de su participación y su liderazgo será clave.

 

“Las empresas del sector deben tomar medidas claras en la transición energética, partiendo de la diversificación de sus carteras de activos relacionados con fuentes de energía sostenibles y tecnología innovadora”, comentaron.

 

Además, “acciones como eliminar la quema no emergente, la electrificación de instalaciones con energías limpias, equipamiento con tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono, la expansión del uso del hidrógeno, idealmente del llamado hidrógeno verde, entre otras medidas, pueden marcar buen rumbo en el sector”.

Finalmente, dijeron que en esta encrucijada es necesario que todas las empresas cuenten con información, estrategia y orientación práctica, que les permita entender las complejidades y los retos de la transición, logren adaptarse y prosperar en medio de un panorama complejo y desafiante.