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La adopción de inteligencia artificial en las finanzas corporativas ya no es una tendencia emergente, sino una estrategia comprobada que genera retornos significativos e impulsa la eficiencia operativa.

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Las empresas que apuestan por esta tecnología están obteniendo ventajas competitivas claras, mientras que aquellas que no logren superar las barreras de adopción corren el riesgo de quedarse rezagadas. En este contexto, la IA se consolida como un habilitador clave para la transformación digital y la sostenibilidad financiera de las organizaciones.

 

Continúa consolidándose la inteligencia artificial (IA) como una herramienta clave en las operaciones financieras de las empresas a nivel global. De acuerdo con el estudio KPMG Global AI in Finance Report, 57% de las compañías que han implementado proyectos de IA en sus áreas de finanzas reportan un retorno de inversión (ROI) que supera ampliamente sus expectativas.

 

El informe, elaborado a partir de una encuesta aplicada a 1,800 organizaciones en diez países, revela que la aplicación de IA genera beneficios concretos como mayor calidad en los datos, toma de decisiones más informada, reducción de costos y mayor eficiencia operativa. Entre las tecnologías más utilizadas se encuentran el aprendizaje automático, el aprendizaje profundo y la inteligencia artificial generativa (IAGen), esta última con una adopción creciente en los últimos años.

Mayor madurez y confianza en la IA

 

Una de las principales conclusiones del estudio es el avance en la adopción de la IAGen. Mientras que en 2023 un 6% de las empresas no contemplaban su uso, para 2025 este porcentaje se redujo al 1 por ciento. Actualmente, el 95% de los líderes organizacionales y el 39% de los responsables de áreas funcionales planean utilizar esta tecnología, al menos de forma parcial, para la elaboración de informes financieros durante los próximos tres años.

 

El sector financiero es el más adelantado en este proceso, con 29% de sus empresas ya integrando IA en sus operaciones, seguido por el sector salud (16%). En términos de tamaño, 41% de las compañías con ingresos superiores a los 10 mil millones de dólares reportan niveles más altos de adopción, lo que sugiere una correlación entre inversión tecnológica y capacidad financiera.

IA como pilar estratégico

“Garantizar el control del gasto será clave para que las empresas puedan seguir invirtiendo en 2025, además de crear nuevas fuentes de ingreso y digitalizar procesos. La IA es una solución fundamental en ese camino”, afirmó Manuel Hinojosa, socio de Asesoría en Transformación Financiera de KPMG México.

Hinojosa también destacó que las organizaciones más exitosas son aquellas que combinan la creación de recursos internos con la contratación de especialistas externos en IA. Al menos la mitad de las compañías encuestadas recurrieron a terceros expertos para acelerar su transformación digital.

 


Áreas de aplicación y desafíos

 

La información financiera sigue siendo el campo más común para el uso de IA en las empresas, aunque cada vez se expande más hacia otras funciones como la tesorería, la gestión de riesgos y los impuestos. Sin embargo, la gestión fiscal aún presenta rezagos: Menos de un tercio de las empresas están en fase piloto o ya utilizan IA en este rubro, y cerca de la mitad apenas están en etapa de planeación.

 

Esta lentitud en la adopción puede atribuirse a factores como la complejidad regulatoria, sistemas heredados, falta de datos actualizados y alta dependencia del juicio humano para decisiones fiscales.

 

Pese a estos desafíos, las organizaciones están logrando superar barreras importantes. Según el estudio, los principales obstáculos son la seguridad de los datos (57%), la falta de habilidades técnicas (53%), la dificultad para recopilar datos consistentes (48%) y los altos costos (45%).

 

Las compañías que no logren resolver estos retos enfrentarán problemáticas más profundas, como la imposibilidad de integrar la IA en sus sistemas existentes o una resistencia persistente al cambio por parte del personal.

Uso responsable y visión a futuro

Casi tres cuartas partes de las organizaciones participantes ya han establecido principios o directrices sobre el uso ético y responsable de la IA, lo que demuestra una creciente madurez en la gobernanza tecnológica.

KPMG también clasificó a las empresas encuestadas en tres niveles de madurez tecnológica: Avanzadas, intermedias y principiantes. Este marco permite entender con mayor precisión en qué etapa se encuentra cada organización y qué pasos deben seguir para optimizar su implementación de IA.

Y concluye que, la IA se perfila como un componente indispensable para las finanzas corporativas modernas. Las empresas que invierten estratégicamente en esta tecnología no solo están obteniendo retornos financieros superiores, sino que también se están posicionando para liderar la próxima etapa de la transformación digital.