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Esta suspensión provocaría un agujero presupuestario en el Fondo Fiduciario de Carreteras, que es necesario para arreglar puentes en mal estado.

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El presidente estadunidense Joe Biden pidió al Congreso del país que apruebe una suspensión de tres meses del impuesto federal sobre la gasolina y el diésel para ayudar a combatir los precios récord en los surtidores, e instó a los estados a suspender de forma temporal sus impuestos sobre los carburantes.

El plan de Biden dejaría sin efecto de manera temporal el impuesto de 18 centavos por galón de gasolina y el de 24 centavos por galón de diésel que impone el gobierno federal para financiar, entre otras cosas, el mantenimiento de las autopistas y carreteras.

Al tiempo, acusó a las empresas petroleras de no refinar suficiente crudo, y les demandó que bajen "ahora mismo" el precio del combustible para los consumidores: En las últimas dos semanas, el precio del crudo cayó más de 10 dólares por barril. Normalmente esto reduce los precios en las gasolineras unos 25 centavos por galón y, sin embargo, solo los han reducido unos centavos.

 

La suspensión del impuesto sobre los carburantes costaría al Fondo Fiduciario de Carreteras estadunidense unos 10 mil  mdd en ingresos no percibidos.

 

Aunque el presidente defendió que la recuperación económica de Estados Unidos tras la crisis del covid permitiría a su administración realizar las obras necesarias para mantener las vías sin necesitar el dinero proveniente de estos impuestos, no está claro cuánto ahorro se trasladaría a los consumidores.

Biden y sus asesores llevan meses discutiendo el asunto en medio de una creciente presión, ya que los precios de la gasolina, en niveles récord, pesan ya en las encuestas y en las posibilidades de que los demócratas conserven el poder en el Congreso en las elecciones de noviembre.

La suspensión del impuesto costaría al Fondo Fiduciario de Carreteras unos 10 mil  millones de dólares (mdd) en ingresos no percibidos, pero que podría compensarse con otras áreas de un presupuesto que está viendo crecer los ingresos y reducirse el déficit a medida que el país sale de la pandemia.

 

 

La Comisión de Transportes e Infraestructuras dijo que una suspensión del impuesto sobre la gasolina supondría un "alivio minúsculo", que provocaría un agujero presupuestario en el Fondo, necesario para arreglar puentes en mal estado y construir un sistema de infraestructura moderno.

Algunos estados, como Nueva York y Connecticut, ya suspendieron los impuestos estatales sobre los carburantes, mientras que otros han barajado ideas como reembolsos a los consumidores y desgravaciones directas, de acuerdo con una publicación de Reuters.

En otra publicación, EFE recordó que el precio de un galón de gasolina en Estados Unidos alcanzó los 5 dólares el 11 de junio, un récord cuando el país vive la inflación más elevada en 40 años. Hace un año, el precio medio del galón de gasolina se situaba en 3.07 dólares, dos dólares por debajo del actual.