Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que durante el primer trimestre de 2025 el sector de la construcción presentó un retroceso de -0.2% en comparación con el periodo enero-marzo de 2024.
Comparativamente, en el primer trimestre de 2024 el sector de la construcción crecía a un ritmo anual de 10.7%, lo que indica que persiste el debilitamiento del sector en su conjunto. En aquel periodo las obras de infraestructura repuntaban 46.1% anual por la recta final de las obras estratégicas sexenales.
Mensualmente, en marzo la construcción aumentó 0.8%, sumando tres meses de alza. Al interior, la edificación creció 1.5% respecto a febrero, los trabajos especializados se expandieron 1.3%, pero la ingeniería civil retrocedió -2.8%, esto último en línea con las cifras negativas del gasto público en inversión física.
Por su parte, un análisis de Banco Base señaló que “la actividad industrial, particularmente en el sector de la construcción, también enfrenta un riesgo interno asociado al menor gasto público. Si bien autoridades del gobierno han expresado su intención de impulsar la construcción, los datos recientes reflejan una contracción de la inversión en infraestructura.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) durante el primer trimestre del 2025, el gasto público en infraestructura registró un retroceso de 12.3% real respecto a lo observado en el primer trimestre del 2024. De hecho, la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras mostró en febrero una contracción anual de 49.98% de la construcción del sector público, en contraste con la construcción del sector privado que creció 5.60 por ciento”.
“Estos son: (1) Cierta aceleración del gasto gubernamental destinado a obras públicas como parte del Plan México; (2) una mayor proporción de contenido nacional en las compras del gobierno; (3) la mayor apertura al esquema de inversión mixta (participación público-privada) para proyectos de infraestructura, buscándose la licitación de proyectos que incluyen al menos $100 mil millones de inversión privada en 2025; y (4) el avance en el ciclo de relajamiento del instituto central. Esto podría compensar otros retos, entre ellos la usual disminución del gasto gubernamental que el país enfrenta en cada inicio de sexenio y los esfuerzos de consolidación fiscal de la administración actual”.