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Las oficinas Clase A, debido a sus características de construcción, ofrecen mayor seguridad para inquilinos por tratarse de la Ciudad de México, que es una zona altamente sísmica. Ante ello, los inquilinos de edificios corporativos clase B y C afectados por el temblor del 19 de septiembre se encuentran en busca de la primera opción para establecerse, sin embargo, deben enfrentar un ajuste de precios, afirmó un análisis de la firma Solili.

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“La mayoría de los edificios de oficinas derrumbados por el terremoto pertenecían a las categorías B y C del mercado. Aun así, con los datos verificados hasta ahora, parece ser que menos del 10% del inventario clase B y C de la ciudad sufrió daños estructurales”, publicó CBRE recientemente.

Como se recordará, los corredores corporativos de Insurgentes, Periférico Sur, Reforma y Polanco, que concentran el inventario B y C, quedaron dentro de la zona de mayor intensidad del sismo, de acuerdo con datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

Debido a esto, Newmark Knight Frank ha recibido requerimientos urgentes para la renta de nuevos espacios, incluso de clientes que solamente tienen la sospecha de que su actual edificio se encuentre dañado y buscan un ambiente seguro, confirmó Harold Murray, senior managing director de la firma.

Por su parte, Fernanda Trillo, senior vicepresident de Coldwell Banker Commercial México, afirmó que el incremento en las solicitudes de espacios corporativos han sido en igual proporción para edificios Clase A como para la B o C, según el tamaño y presupuesto de las empresas, ya que los inquilinos de edificios dañados pagaban rentas bajas.

Por su parte, la firma Solili muestra que los precios de renta en edificaciones Clase A son de promedio 25% mayores que las Clase B. Sin embargo, en el corredor Insurgentes, el diferencial es apenas del 22%, mientras que en Reforma y el Norte, es del 50% y 62%, respectivamente.

Estas variaciones en el diferencial de precios se explican por las características de construcción, ubicación o amenidades. En el corredor Insurgentes, algunas propiedades Clase B tienen la capacidad de competir con las de Clase A, por lo que elevan su valor; algo que no sucede en el Norte, donde los nuevos desarrollos con altos estándares de calidad han acentuado la brecha entre uno y otro.

Otro factor es que 87% de los espacios Clase A se cotizan en dólares. En cambio, 65% de las opciones Clase B piden pesos mexicanos. “El impacto obviamente va a ser positivo, porque nosotros en el mercado inmobiliario comercial estábamos previendo una sobreoferta importante a partir de principios del año que entra y por los próximos dos años, entonces vamos a estar bastante equilibrados en ese sentido, vamos a poder llenar esos espacios”, expresó Trillo.

Para Murray, este aumento en la demanda no representa un impacto en la disponibilidad. “Es una absorción no esperada, sorpresiva, ¿qué tanto?, no lo sé, pero definitivamente le está dando un empujoncito. No creo que impactará los precios todavía, habría que esperar unas semanas”.