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Los precios subieron un 93% en términos reales entre el 2000 y 2020 en este país, pero solo un 29% en Alemania.

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Para especialistas, las fallas en la política de vivienda de Reino Unido amplían la desigualdad intergeneracional y afectan adversamente la productividad y el crecimiento, también aumentan el riesgo de la inestabilidad financiera.

Un artículo de la empresa de gestión de activos Schroders, menciona que la ocupación de los propietarios subió de un 33% en 1939 a un 70% en el 2001, pero cayó a un 64% en el periodo 2018-2019.

Además, entre 1997 y 2017, la proporción de personas en edades de 35 a 44 años que viven en una vivienda de alquiler en Inglaterra subió de un 9 a un 28 por ciento.

The  Financial Times retoma que el gran aumento del precio de la vivienda ayuda a explicar la disminución de la ocupación por parte de los propietarios, ya que eso aumenta el depósito que se necesita para la compra.

Pero ¿cuál es la explicación para ese aumento de precios? Una explicación popular es la caída de las tasas de interés real, en especial porque esto también explica el menor incremento de las rentas y no de los precios, pero no es toda la explicación.

En primer lugar, la caída de las tasas de interés real es un fenómeno mundial. Sin embargo, los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que los precios de la vivienda en Reino Unido subieron un 93% en términos reales entre el 2000 y 2020, pero solo un 29% en Alemania.

En segundo lugar, las tasas de interés real cayeron para todo Reino Unido, pero la relación entre los precios de la vivienda frente a los ingresos que registraba Londres, en comparación con el promedio del país, se disparó de 1.2 en 2005 a 1.7 en 2019.  Así, el problema específico en Reino Unido, dentro de éste, en Londres y el sureste, es la debilidad de la oferta.

Si las viviendas terminadas de 2000 a 2019 hubieran tenido el mismo promedio que entre 1950 y 1970, entonces se habrían completado 2.9 millones más de viviendas, la mayoría de ellas quizá en las zonas que se encuentran bajo una alta presión económica, señala el periódico de origen británico.

Esto debió aumentar la oferta de la vivienda en el país en 13% y cambiado la dinámica del precio de la vivienda. Quienes sostienen que la escasez de la oferta es irrelevante citan como prueba el hecho de que las rentas aumentaron menos que los precios de la vivienda.

Pero si en regiones más dinámicas como Londres, la expectativa era de aumentos más rápidos del alquiler, el valor de alquiler descontado y así el precio de la vivienda subiría, sobre todo bajo tasas de interés reales bajas. Por tanto, el aumento de los precios en relación con los alquileres no es una sorpresa.

 

 

En resumen, la caída de las tasas de interés real hizo que estos activos reales a largo plazo sean más valiosos, sobre todo en áreas de alto crecimiento. Esto debería haber hecho que aumentara mucho la oferta. Esto no sucedió debido a que la respuesta de la oferta al precio es muy débil. Es una falla del mercado.

En esto sentido, se considera que hay varios dilemas. Uno es que cualquier cosa que baja de manera tan significativa los precios de las casas pondría a un gran número de hogares en capital negativo y además puede crear una gran cantidad de deudas incobrables.

Otra es que ampliar la oferta donde la demanda es más fuerte resulta problemático. El argumento a favor es que esto permitirá a más personas vivir donde están las oportunidades de trabajo.

El argumento en contra es que esto también puede reforzar las ya de por sí amplias desigualdades que existen entre regiones. Sin duda, una mayor oferta en regiones de alta presión debe formar parte de la solución.

Es esencial que las autoridades británicas sean más activas a la hora de garantizar la disponibilidad de tierra y su desarrollo. Una reforma radical de impuestos a la tierra también es crucial para Reino Unido.