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Por congestionamiento vial se pierde el 1.1% del PIB de Buenos Aires, Montevideo y Sao Paulo; 1% de Santiago; 0.9% de Bogotá y Río de Janeiro; 0.8% de Lima; 0.7% de Santo Domingo; y 0.5% de San Salvador y México.

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El desmedido uso del auto y la falta de inversión en transporte público masivo e intermodal en la mayoría de urbes de América Latina provocó que durante 2019 se perdieran 600 millones de horas en ciudades como Sao Paulo y la Ciudad de México, y se superaran las 300 millones de horas en Lima, Bogotá, Río de Janeiro y Buenos Aires, de acuerdo al análisis “Congestión urbana en América Latina y el Caribe: características, costos y mitigación”

El documento, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), toma en cuenta que la reactivación económica pasa necesariamente por el retorno a las oficinas de millones de personas que todavía está en proceso.

El reporte del BID agrega que estas pérdidas representan en términos económicos 1.1% del PIB de Buenos Aires, Montevideo y Sao Paulo; 1% de Santiago; 0.9% de Bogotá y Río de Janeiro; 0.8% de Lima; 0.7% de Santo Domingo; y 0.5% de San Salvador y México, solo por el congestionamiento vial.

Resta calidad de colaboración

Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer que sólo 1.2% del presupuesto federal se destina a movilidad, y según datos de la última Encuesta Origen-Destino elaborada por el INEGI, para ir al trabajo en la Zona Metropolitana del Valle de México, el 45 % de los viajes se realizó en transporte público; 32 % caminando; 21 % en auto y solamente 2% se hace en bicicleta.

Para el caso de ciudades en México, también hay altas concentraciones de trabajadores desplazándose en la mañana y tarde en horas pico o embotellamientos, deberá ser una circunstancia a evitar tanto por los riesgos de contagio como por las altas tasas de contaminación.

“Las horas perdidas en el congestionamiento, específicamente en Bogotá, mantiene a esa ciudad en el top mundial de más tráfico del mundo, y Lima, presentan respectivamente 9% y 8% de las horas trabajadas promedio a la semana”, destaca Diego León, analista de la división de Investigación de mercados de Newmark.

Colaboradores agotados

Agregó que lo anterior genera un círculo vicioso, ya que un colaborador se encuentra exhausto por utilizar un sistema de transporte público lento, saturado y que no responde a los desplazamientos de su hogar a su centro de labores, que lo orilla a comprar un vehículo el cual ocupa un espacio físico pero que en promedio sólo moviliza a 1.5 personas, y al multiplicarse esta situación, se termina por saturar el espacio, incrementar el tráfico, aumentar tiempos de traslado y colapsar al sistema de transporte público y privado.

El analista dijo que ante ello, se debe priorizar el acceso a transporte público de calidad. Un análisis de Site Selection enfocado tanto en la ubicación de los colaboradores de una empresa y la búsqueda de localizaciones con acceso a transporte público masivo como el Metro o sistemas RBT -conocidos como Metropolitano, Transmilenio o Metrobús en Perú, Colombia y México, respectivamente- ofrecen la posibilidad de reducir tiempos de traslado y decidir qué modo de transporte se encontraría menos saturado.

En algunas ciudades, las ciclovías emergentes ya ven su consolidación hacia permanentes. En México esta infraestructura comenzó a construirse en 2002 y hoy existen 130 ciclovías, 53 ciclocarriles, 29 carriles bus bici, 28 carriles con prioridad para bicis y 18 ciclovías compartidas, de acuerdo con información del Gobierno de la Ciudad de México.

“Será importante preguntarnos cómo regresamos a las oficinas con equilibrio sanitario; se requieren soluciones que incluyan un valor a la infraestructura de movilidad y uso de transporte ecológico y saludable que reduzca el impacto en la calidad del aire en las zonas urbanas densas, propias de los principales corredores de oficinas en Latinoamérica”, finalizó León.