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Tras la apertura del Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés, que ha recibido a más de 2,600 visitantes en promedio al día desde el 6 de mayo, se prepara una nueva fase de integración con el antiguo acuario que albergaba este destino turístico ubicado en el estado de Sinaloa, adelantó Rafael Lizárraga.

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El director ejecutivo del Gran Acuario Mazatlán abundó, en entrevista, que actualmente están trabajando junto con el Ayuntamiento local en los detalles del nuevo proyecto con el que se busca enriquecer el recorrido y la experiencia de los visitantes.

 

“Lo que sigue en los próximos meses es integrar parte de las instalaciones que pertenecían al antiguo acuario de Mazatlán. Estamos hablando de la posibilidad de agregar unos 12,000 metros cuadrados más de espacio (donde albergará) jardínes, el pingüinario que estaba en operaciones en las anteriores instalaciones y una exhibición de lobos marinos (...) El acuario irá madurando porque un atractivo de este tipo siempre debe tener novedades que presentar a los turistas y visitantes”, comentó.

 

Acerca de la inversión y el número de empleos que prevé se requerirán para ejecutar el próximo proyecto de expansión, Rafael Lizárraga comentó que aún se encuentran haciendo el análisis correspondiente.

El Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés, que abrió sus puertas al público en general el pasado 6 de mayo, comprende un espacio de 26,000 metros cuadrados, 19 salas de exhibición donde se alberga la vida marina de unas 200 especies provenientes del Mar de Cortés o también llamado Golfo de California, el cual se localiza entre la península de Baja California y los estados de Sonora y Sinaloa, en el noroeste de la República Mexicana.

Además, integra tecnología, comparada con la que se utilizan en acuarios en Qatar y en Dubai, para filtrar 4.5 millones de agua que viene desde el mar para llenar los tanques de exhibición de las especies marinas. Se prevé recibir a más de 900,000 personas durante el primer año de operación.

 

Un proyecto de asociación público-privado

La inversión del proyecto de desarrollo turístico y conservación de especies del Mar de Cortés fue de 1,800 millones de pesos (mdp). Los recursos que se obtuvieron bajo el modelo de asociación público-privada. De dicho monto, 1,260 mdp o el 70% fue aportación de privados, a través de la firma Kingu Mexicana, propiedad del empresario Ernesto Coppel Kelly, dueño de la cadena hotelera Pueblo Bonito y principal promotor del Acuario.

Los restantes 540 mdp provinieron fondos públicos vía la Secretaría de Turismo (Sectur) y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), a través del gobierno del estado de Sinaloa.

 

“El proyecto nació hace 10 años bajo la iniciativa de un grupo de personas, encabezadas por el empresario Ernesto Coppel, (que tuvieron) para desarrollar el parque central, un museo y un gran acuario, así como de la visión de hacer algo en conjunto con los ciudadanos y el gobierno”, puntualizó el entrevistado.

 

“Hoy ya tenemos el Gran Acuario Mazatlán y en un futuro se integrará el museo. El parque central está en una etapa final, con algunos detalles que se están terminando”, añadió.

Rafael Lizárraga dijo que el nuevo atractivo turístico cuenta con “grandes estándares de operación” que requiere de la colaboración de empresas de distintas especialidades y países.

En su concepción, desarrollo y operación participaron 73 empresas especializadas, 36 mexicanas, de éstas 30 son de Sinaloa y siete internacionales, entre ellas, se cuenta a la española Sener; la turca MAT Filtration Technologies; la francesa EDF Citelum y la japonesa Nippura. Mientras que el diseño arquitectónico estuvo a cargo de la firma Tatiana Bilbao Estudio.

 

Los retos

El director del Gran Acuario Mazatlán dijo que, aunque el proyecto fue concebido hace una década como parte de un desarrollo integral de atracción turística, su construcción inició en el 2017, pero en el camino enfrentaron retos. 

Uno de los retos más importantes fue la pandemia de Covid-19 y otro fue conjugar a un equipo de especialistas internacionales para avanzar con el proyecto, a pesar de las circunstancias.

“Todas las empresas que intervinieron en la construcción y diseño sufrieron los embates de la pandemia, cerraron sus fábricas y, después, derivó en un cuello de botella por la saturación de las cadenas de suministro y proveeduría a nivel mundial. Pero las obras avanzaron durante la pandemia”, recordó.

Durante la construcción del Gran Acuario Mazatlán se emplearon a 3,000 personas de distintas especialidades, desde la logística, la proveeduría, la fabricación de los elementos, el transporte y hasta el personal administrativo y de supervisión. Ya en marcha, emplea a alrededor de 260 colaboradores, considerando empresas externas. 

Lizárraga dijo que por sus características se cataloga como el acuario más grande de México y América Latina y el único dedicado al estudio y conservación de las especies del Mar de Cortés.

“No hay otro acuario de esta naturaleza en México, aunque hay importantes como el Acuario Michin, el de Veracruz e Inbursa, cada uno tiene su riqueza, su especialidad e historia. (Todos) comparten la visión del acuario como un medio de vinculación entre la sociedad y la preservación (de la vida marina)”, finalizó.

Junto con el acuario nació también el Centro de Investigaciones Oceánicas del Mar de Cortés, que ha desarrollado todo un programa de investigación para impulsar y promover la conservación y preservación de la biodiversidad del Mar de Cortés, bajo un enfoque de desarrollo sustentable.