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Las nuevas construcciones están ayudando a mejorar la asequibilidad de la vivienda en Estados Unidos, gracias a precios más bajos y mejores tasas hipotecarias. Sin embargo, los posibles aranceles a materiales clave podrían revertir este avance y encarecer el costo de construir.

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En medio de un mercado inmobiliario desafiante, la construcción de casas nuevas está ofreciendo una vía más accesible para lograr el sueño de tener vivienda propia en Estados Unidos.

 

Según el Informe Trimestral de Nueva Construcción de Realtor.com, en el primer trimestre de 2025, el precio promedio de las casas nuevas bajó ligeramente a $448,393 dólares, acortando la brecha con los precios de las viviendas existentes al nivel más bajo en cinco años para un primer trimestre.

 

De acuerdo con los expertos, este fenómeno se debe, en parte, a que los constructores están apostando por viviendas más pequeñas y asequibles, además de ofrecer incentivos financieros, como tasas hipotecarias más bajas. En promedio, los compradores de casas nuevas están accediendo a tasas de interés 0.5 puntos porcentuales por debajo de quienes compran propiedades usadas, lo que se traduce en ahorros mensuales significativos, de hasta $160 dólares en una hipoteca típica.

La construcción de viviendas nuevas también está ayudando a cubrir el déficit habitacional estimado en más de cuatro millones de unidades en todo el país. Actualmente, las casas nuevas representan cerca del 18.5% del inventario activo, un aumento considerable en comparación con los niveles prepandemia.

 

 

Ciudades como Little Rock, Atlanta, Nashville y Colorado Springs están viendo reducciones tanto en el tamaño como en el precio de las nuevas viviendas, lo que indica una respuesta efectiva de los constructores ante la necesidad de soluciones más asequibles. En estos mercados, los ajustes han mejorado las oportunidades de compra para familias que enfrentaban barreras económicas significativas.

 

Sin embargo, este progreso podría estar en riesgo. Nuevas propuestas para incrementar los aranceles sobre materiales de construcción esenciales —como la madera canadiense, paneles de yeso mexicanos y productos chinos— podrían elevar los costos de edificación. De concretarse, estos aumentos presionarían al alza los precios de las viviendas nuevas, contrarrestando los esfuerzos de asequibilidad logrados hasta ahora.

 

Economistas y expertos del sector señalan que, aunque las nuevas construcciones están marcando una diferencia positiva, es necesario vigilar las políticas comerciales que afectan la cadena de suministro. La asequibilidad de la vivienda no solo depende de la oferta, sino también de la estabilidad en los costos de materiales clave.

Por ahora, las casas nuevas siguen siendo una opción más accesible en comparación con el mercado de segunda mano. Pero si los aranceles elevan los costos de construcción, el impulso actual podría desvanecerse, dejando a muchos compradores potenciales nuevamente fuera del mercado.