En medio de un mercado inmobiliario desafiante, la construcción de casas nuevas está ofreciendo una vía más accesible para lograr el sueño de tener vivienda propia en Estados Unidos.
De acuerdo con los expertos, este fenómeno se debe, en parte, a que los constructores están apostando por viviendas más pequeñas y asequibles, además de ofrecer incentivos financieros, como tasas hipotecarias más bajas. En promedio, los compradores de casas nuevas están accediendo a tasas de interés 0.5 puntos porcentuales por debajo de quienes compran propiedades usadas, lo que se traduce en ahorros mensuales significativos, de hasta $160 dólares en una hipoteca típica.
La construcción de viviendas nuevas también está ayudando a cubrir el déficit habitacional estimado en más de cuatro millones de unidades en todo el país. Actualmente, las casas nuevas representan cerca del 18.5% del inventario activo, un aumento considerable en comparación con los niveles prepandemia.
Ciudades como Little Rock, Atlanta, Nashville y Colorado Springs están viendo reducciones tanto en el tamaño como en el precio de las nuevas viviendas, lo que indica una respuesta efectiva de los constructores ante la necesidad de soluciones más asequibles. En estos mercados, los ajustes han mejorado las oportunidades de compra para familias que enfrentaban barreras económicas significativas.
Economistas y expertos del sector señalan que, aunque las nuevas construcciones están marcando una diferencia positiva, es necesario vigilar las políticas comerciales que afectan la cadena de suministro. La asequibilidad de la vivienda no solo depende de la oferta, sino también de la estabilidad en los costos de materiales clave.
Por ahora, las casas nuevas siguen siendo una opción más accesible en comparación con el mercado de segunda mano. Pero si los aranceles elevan los costos de construcción, el impulso actual podría desvanecerse, dejando a muchos compradores potenciales nuevamente fuera del mercado.