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El mercado inmobiliario en EE.UU. vive un estancamiento: Compradores enfrentan altos costos, vendedores se resisten a bajar precios y constructores frenan proyectos. A nivel regional, el sur y oeste muestran sobreoferta, mientras el noreste y medio oeste siguen con inventario limitado.

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El mercado de la vivienda en Estados Unidos atraviesa un periodo de pausa que genera frustración tanto en compradores como en vendedores y constructores. Aunque el inventario de propiedades ha crecido de manera importante en los últimos meses, las ventas siguen en niveles cercanos a mínimos históricos, según el más reciente informe de Realtor.com.

 

Tanto compradores, vendedores como constructores, se enfrentan a diferentes desafíos, pero todos están unidos por una experiencia común: La frustración.

 

"El mercado inmobiliario está sumido en una desaceleración colectiva que afecta a todos, desde compradores y vendedores hasta constructores", declaró Jake Krimmel, economista sénior de Realtor.com.

Agregó que, a pesar de enfrentarse a diferentes presiones, “cada grupo reacciona de la misma manera, con vacilación y reticencia. El resultado es un mercado que no logra un impulso significativo. Sin embargo, está surgiendo un mercado más equilibrado, que crea oportunidades para quienes tienen la paciencia y la flexibilidad necesarias para adaptarse".

Compradores: Más caros los pagos, menos opciones reales

Para los compradores, el principal obstáculo sigue siendo la asequibilidad. El precio de lista promedio a nivel nacional ronda los 440,000 dólares, sin cambios relevantes desde 2022. Sin embargo, el alza de las tasas hipotecarias ha disparado los pagos mensuales: Un comprador de vivienda promedio hoy paga alrededor de 1,200 dólares más al mes que en 2019.

A pesar de que los ingresos han aumentado, no lo han hecho al mismo ritmo que el costo de la vivienda. De hecho, solo el 28% de las casas en venta resultan asequibles para un hogar con ingresos promedio en EE.UU.

 

 

Vendedores: Resistencia a bajar precios

 

Los propietarios que desean vender enfrentan un mercado complicado. La demanda se ha enfriado, pero muchos se resisten a ajustar precios, lo que lleva a que retiren sus propiedades en lugar de rebajarlas. En junio de 2025, por cada 100 nuevas publicaciones, 21 fueron retiradas sin venderse, y en ciudades como Miami la cifra llegó a 59.

 

Esta actitud está limitando el crecimiento del inventario y prolongando el estancamiento de las transacciones.

Constructores: Menos proyectos en marcha

Los constructores tampoco escapan a la desaceleración. La construcción de viviendas unifamiliares y los permisos para nuevas obras muestran caídas en comparación con el año pasado. Aunque en junio hubo un ligero repunte mensual, los inicios de obra siguen por debajo de 2024.

Factores como los altos costos de financiamiento, la baja demanda y los nuevos aranceles a materiales encarecen la actividad, en un contexto en el que el país mantiene un déficit estimado de 4 millones de viviendas.

Panorama regional: Un país dividido

Las tendencias no son homogéneas. En el Sur y el Oeste, la oferta ha superado la demanda, provocando una baja en ventas y precios. En contraste, el Noreste y el Medio Oeste mantienen mercados más ajustados, donde la competencia entre compradores sigue siendo intensa debido a la escasez de inventario.

Perspectivas: Pausa, no crisis

 

Aunque el mercado muestra señales de estancamiento, los expertos no hablan de una crisis. La mayoría de los propietarios cuenta con capital acumulado y tasas hipotecarias bajas, lo que da cierta estabilidad al sector.

 

Si en los próximos meses las tasas de interés comienzan a moderarse y los actores del mercado ajustan sus expectativas, podrían abrirse oportunidades para un mercado más equilibrado y dinámico.