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En el Distrito Federal, menos de 3.0% de las casas habitación cuenta con un seguro de protección contra fenómenos naturales o siniestros, lo que pone en riesgo el patrimonio de las personas, aseguró la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS)

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Por Real Estate Market CIUDAD DE MEXICO.- En el Distrito Federal, menos de 3.0% de las casas habitación cuenta con un seguro de protección contra fenómenos naturales o siniestros, lo que pone en riesgo el patrimonio de las personas, aseguró la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). El director de Daños y Autos de la AMIS, Luis Alvarez Marcén, dijo que el bajo nivel de cobertura obedece a la falta de liquidez y de cultura de previsión de la población, aún cuando hay pólizas de seguros económicas. Ejemplificó que para una póliza de casa habitación por un millón de pesos, la prima (el costo de la cobertura) puede ir de tres mil 500 a 10 mil pesos al año, según la zona de la ciudad en que se encuentre la vivienda. Recomendó a las personas hacer una estimación sobre el valor de cada una de sus propiedades en su vivienda, desde el refrigerador, comedor, sala, televisión, hasta zapatos, alhajas, ropa, entre otros, a fin proyectar cuánto podría perderse de presentarse una contingencia y no contar con un seguro. El también miembro del Comité de Educación Continua de la Asociación Mexicana de Actuarios explicó que muchos de los seguros que tienen las personas están relacionadas con los créditos hipotecarios que pagan a instituciones financieras. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas coberturas protegen al banco ante una eventual pérdida, pero no el cliente, de ahí la importancia de contar con un seguro adicional, tanto del propio inmueble como de los contenidos de la casa. En tanto, en el sector empresarial, 95% de los grandes negocios cuenta con seguros de protección de daños, mientras que en pequeñas y medianas empresas la penetración alcanza 25%. Alvarez Marcén añadió que estas empresas están protegidas en general contra incendios y explosiones; terremotos y erupción volcánica; pérdidas consecuenciales; riesgos de inundaciones o huracanes; rodo de contenido, entre otros.