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Guadalajara la perla del occidente.

 

Hablar de mexicanidad, es hablar de Guadalajara, es hablar de una de las ciudades que más han aportado a la identidad de la nación mexicana. Del pueblo que vio nacer al mariachi, y aquel que convirtió a sones como el de la “Negra” y el “Jarabe Tapatío” en marchas de guerra; es hablar del pueblo que creó el tequila y del punto que sirvió como marco para la abolición de la esclavitud. Por ello y más, la “Perla de Occidente” es y será la joya más preciada de México.

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Un punto de partida ideal en su centro histórico, donde se encuentran edificios como el instituto Cultural Cabañas, el teatro Degollado ó el Palacio de Gobierno, entre otros | FLICK

Aceptémoslo o no, la imagen internacional del mexicano se forjó en Jalisco. De ahí a que se describa a un pueblo tan diverso como lo es el nuestro, hay un buen tramo; sin embargo, es muy probable que si cuestionase al ciudadano promedio de origen finlandés, a uno colombiano, y a otro egipcio -acerca de las palabras clave para describir a este país y su gente-, no sería sorprendente que nombraran al mariachi, el tequila y el baile del son entre sus opciones. A eso se le llama identidad.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, define tal vocablo como: “El conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad y que los caracterizan frente a los demás”. También anota que se trata de “la conciencia que tiene una persona por ser ella misma y distinta frente a los demás”. Luego entonces y a partir de constatar esa tesis, ser mexicano es tener en algún grado, la esencia de una de las regiones geográficas más vibrantes histórica, cultural y social de nuestro país, o al menos, cargar con ese mote.

En todo caso, habrá que agradecer a los jaliscienses, y en particular a los tapatíos, el legado patrimonial que a cada mexicano han dado: La posibilidad de poder fusionarnos y condensar en una misma expresión, bajo una misma bandera, y un mismo sentimiento, las raíces de lo que somos.

De tal modo que sin duda, una de las mejores consideraciones que podría hacer para manifestar tal orgullo, es adentrarse en la historia de esta tierra, de cómo nacieron sus tradiciones y costumbres, de cómo la gente las hizo suyas y desde luego, de los episodios históricos que nos han marcado como nación y que tuvieron lugar en la “Perla de Occidente”.

Primer grito


Entrada del Teatro Degollado| SECRETARÍA DE TURISMO DEL ESTADO DE JALISCO

La historia de lo que hoy es Guadalajara, se comenzó a escribir durante épocas previas a la llegada de los europeos a nuestras tierras. En un paraje denominado como el Valle de Nochistlán, se realizaron los primeros asentamientos humanos, de lo que hoy conocemos como la Ciudad y Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, ubicada a 546 kilómetros al noreste de la Ciudad de México.

Su nombre proviene del árabewādi al-ḥiŷara وادي الحجارة, que significa “Valle de la Piedra”, aunque tradicionalmente la traducción del nombre es “Río de Piedras”o “Valle de las Fortalezas”.

Esta región estuvo habitada ancestralmente por tribus Huicholas y Cocas, quienes se encargaron de hacer una labor muy ardua, la fundación de una villa colonial. Los tres intentos de su fundación estuvieron encabezados por el conquistador español, Nuño Beltrán de Guzmán, quien se empecinó en fundar dicho sitio con el objetivo de incrementar su poder y dominio sobre los recién descubiertos territorios. Entonces corría el año de 1532 y la provincia había sido bautizada como Nueva Galicia.

Esta primer fundación fue desafortunada e infructuosa. Los belicosos naturales defendieron con gran bravura la
invasión a su territorio y los recién llegados fueron expulsados a la fuerza. La Villa de Guadalajara la fundaron 42 vecinos; el nombre lo tomaron en recuerdo de la ciudad española homónima, cuna de Nuño de Guzmán.

La segunda sede se fijó en las proximidades de Tonalá en agosto de 1553; no obstante, ésta corrió con la misma suerte y fue así que hasta marzo de 1535, finalmente Guadalajara halló cabida en el paraje de Tlacotán, con el exitoso asentamiento de la colonia española.

El 8 de noviembre de 1539, por instrucciones del Rey Carlos V, se concedió el Título de Ciudad a la nueva Villa de Guadalajara, al tiempo que también se le confirió su escudo de armas.

Finalmente el 14 de febrero de 1542, se fundó la ciudad en el sitio donde actualmente se encuentra; asentándose además de Cristóbal de Oñate, 63 peninsulares; siendo seis extremeños, 15 portugueses, 16 castellanos, 11 vizcaínos, 13 andaluces y nueve montañeses. Su primer Ayuntamiento fue presidido por el vizcaíno Miguel de Ibarra. Hasta el mes de agosto de 1542, llegaron a su destino las reales cédulas expedidas por el emperador Carlos V de Alemania y I de España, en noviembre de 1539, en las cuales concedía a Guadalajara el título de ciudad y escudo de armas.

Hacia 1560, el papa Paulo III autorizó establecer en Guadalajara el obispado de la Nueva Galicia, y en ese mismo año la audiencia del reinado fue trasladada también para esa ciudad, que por la época abrigaba a unos 500 españoles, otros tantos esclavos negros y unas 2 mil 200 familias indígenas esparcidas en un área de cinco kilómetros, alrededor de los primeros cimientos de la Catedral.

El 18 de noviembre de 1791, se dispuso la fundación de la Universidad de Guadalajara en la ciudad del mismo nombre, capital del Nuevo Reino de Galicia. La inauguración de este centro cultural fue el 3 de noviembre de 1792, teniendo como sede el excolegio de Santo Tomás.

Es muy importante comentar que durante la Guerra de Independencia, Guadalajara desempeñó un papel importante, ya que fue en esta ciudad donde el cura Miguel Hidalgo declaró la abolición de la esclavitud. Fue también aquí donde publicó el famoso periódico “El Despertador Americano”, en el cual publicaba sus ideas. En las cercanías del lugar, en el puente de Calderón, tuvo lugar la batalla donde fueron vencidos los insurgentes. Guadalajara también fue testigo de la muerte del insurgente José Antonio “El Amo” Torres, quien ayudó a Hidalgo a tomar la ciudad. Al terminar la Guerra de Independencia, y con la proclamación de estado libre y soberano de Jalisco, Guadalajara se convirtió en la capital del estado.

Centro de Ciudad


Pocas ciudades pueden ofrecer una gama tan amplia y variada de puntos de interés qué reconocer, los cuales envuelven a los visitantes en una atmósfera de cultura, historia y leyendas.|FLICK

Recorrer cada calle de Guadalajara, es descubrir un enorme número de espacios donde la historia ha modelado la vida de millones de personas. Algunos de los sitios obligados a visitar son la Plaza Guadalajara, anteriormente conocida como Los Laureles o Plaza del Ayuntamiento. Según comentan los historiadores, en las áreas aledañas a esta plaza, se establecieron sus primeros moradores.

Hoy se encuentra un hermoso edificio neoclásico, que en su fachada presenta el escudo de la Ciudad en un hermoso talle en cantera, y el cual ilustra una esfera con cuatro leones rampantes escoltando un árbol y sobre de ellos, una banderita sobre la fronta. Este lugar es sin duda, la puerta de entrada a uno de los oasis arquitectónicos más exquisitos del país, en donde se fusiona tiempo, espacio y formas para el deleite de todo aquel que halle magia en el diseño de los espacios y la conformación de los pueblos.

A tan sólo unos pasos de ahí, se encuentra quizá el punto más insigne de la ciudad y por mucho, el más venerado por sus habitantes: La Catedral Metropolitana. Una placa en la portada del bello edificio dice que fue fundada en 1561, expresamente por mandato del Rey Felipe II de España. El inmueble original ya no existe pues se colapsó durante un terremoto que tuvo lugar en 1818; sin embargo, a partir de esos vestigios se originó un volumen que fusionó tendencias arquitectónicas como el neogótico, morisco, barroco y hasta el neoclásico; sin embargo, sus dos altas torres y bóvedas de enervaduras le dan un carácter único. En su interior, el olor a jazmines, azaleas y gladiolas se funde con la pasión de sus devotas mujeres, quienes inundan con sus rezos el ambiente tanto como el olor de sus flores.

Casi a espaldas de la Catedral, encontramos un imponente y bello edificio de características barrocas-churriguerescas, con cresterías de estilo militar: El Palacio de Gobierno, construido entre 1751 y concluido en 1790. Se dice que desde ese inmueble, el presidente Benito Juárez -figura central del movimiento de Reforma-, despachó en el año de 1858. Al interior del inmueble se encuentra un asombroso mural elaborado por José Clemente Orozco, en el que se dibuja la imagen del cura Hidalgo y Costilla, el máximo emblema del movimiento independentista de México, y quien entre estas paredes redactó el documento que enarbolaba la abolición de la esclavitud.


Rotonda de los hombres Ilustres| SECRETARÍA DE TURISMO DEL ESTADO DE JALISCO

Luego, una gran plaza denominada popularmente como de las “dos Copas” -por poseer igual número de fuentes con esa forma-, es el marco perfecto para dar paso al Teatro Degollado, una verdadera maravilla de la arquitectura Neoclásica, en el cual se han dado cita los más importantes eventos que ha atraído a la ciudad desde el siglo XIX.

Al flanco izquierdo del teatro, se encuentra el Templo de San Agustín, un edifico muy singular por su trazo neoplateresco, pero también por carecer de bóvedas o cúpulas como la mayoría de los edificios de su tipo. Su construcción inició en 1573.

Justo del lado opuesto a esta construcción, se ubica el Palacio de Justicia, que inició su edificación en 1588 y que en sus inicios formara parte del Convento de Santa María de Gracia. Contiguo a éste, se encuentra el Palacio Legislativo y el Museo Regional de Guadalajara.

El primero se construyó en el siglo XVIII y es de estilo Neoclásico; no obstante tenía otro uso y apenas en el año de 1982, se le asignó convertirse en la sede del Poder Legislativo de Jalisco. El segundo edificio data de 1969 y en principio fungió como sede del Seminario de San José. Actualmente es uno de los recintos museísticos más importantes del país y en su interior se encuentran desde restos fósiles de mamuts hasta pinturas de insignes estetas como José Ibarra, Villalpando y José Guadalupe Zuno.

Este breve recorrido arquitectónico e histórico por la piedra medular de Guadalajara, se encuentra rematado con la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. El lugar es un hemiciclo que se construyó en 1952 y en su centro se encuentran los restos de los 98 personajes fundamentales de esta ciudad. Entre ellos, Gerardo Suárez, Jacobo Gálvez, Manuel Dieguez, Enrique Díaz de León, Ignacio Magaña, José Guadalupe Zuno, Ramón Corona, Mariano Otero, entre otros.

 

Folclore y fiesta

El 12 de octubre, es el día señalado como el de la fiesta religiosa más grande de Guadalajara. En esa fecha se venera la imagen de la Virgen de Zapopan, quien durante una verbena popular recorre el trayecto desde la Catedral Metropolitana de Guadalajara hasta la Basílica de Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan. A esta celebración se le conoce como “La Romería” y durante ella miles salen a las calles en el trayecto para admirar la venerada imagen.

Esta celebración es el punto álgido de una fiesta religiosa que dura prácticamente todo el año, y que consiste en la visita que hace la imagen de Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan a prácticamente todas las capillas y parroquias de la ciudad de Guadalajara.

Esta devoción es muy particular de Guadalajara y no tiene paralelo en México, ni en sus formas ni en su historia, historia que está íntimamente ligada a la fundación misma de Guadalajara en 1542, pues ya en 1531 Fray Antonio de Segovia recorría el valle de Atemajac y Zapopan, evangelizando a los originales de estas tierras, acompañado de la imagen de La Virgen de la Expectación, que es la imagen original que hace el recorrido cada 12 de octubre.

Cultura


Entrada ala Basilica

Guadalajara vive actualmente uno de los movimientos culturales más fuertes en América, a lo cual se suma el interés del gobierno, de la Universidad de Guadalajara y de instituciones privadas, por explotar los atributos culturales de la ciudad. En ella se exhiben obras de artistas internacionales y es un escaparate obligado para los eventos culturales internacionales, cuyo radio de influencia alcanza la mayoría de los países de América Latina, así como el suroeste de los
Estados Unidos.

En la ciudad se dan grandes festivales de diversos temas, como la Feria Internacional del Libro (la segunda más importante del mundo), Las Fiestas de Octubre, El Encuentro Internacional
de Mariachi y Charrería y el más reciente conocido como Zapopum, por darse
lugar en el municipio conurbado de Zapopan. Esta ciudad ha sido la cuna y albergue de distinguidos escritores, pintores, actores, poetas, cineastas y representantes del arte a nivel internacional.


|SECRETARÍA DE TURISMO DEL ESTADO DE JALISCO

Guadalajara ha sido la primera ciudad mexicana en ser aceptada como miembro de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, debido al fuerte carácter e identidad que posee y unas características potenciales para el desarrollo económico a través de la cultura.

También es la ciudad que comenzó el movimiento de Bookcrossing en Latinoamérica, asimismo fue nombrada Capital Americana de la Cultura en 2005. La ciudad será la sede del sexto museo Guggenheim en el mundo y la mayoría de los proyectos construidos en la actualidad, giran entorno a darle prioridad al empuje cultural de la ciudad, que le dará el potencial para desarrollarse como el Centro Cultural de Latinoamérica para los próximos años.

Es importante comentar que en su zona metropolitana, Guadalajara tiene barrios como Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá, los cuales cuentan con características especiales que los hacen muy atractivos. La primera ofrece una cara de modernidad y futurismo, mientras que las dos últimas localidades diariamente encuentran sus calles llenas de turistas por la rica oferta de arte y artesanías de varios tipos y donde se pone de manifiesto la creatividad y el ingenio mexicano.

Para aquellos que deseen salir de la ciudad a respirar aire fresco, la cercanía de la gran Laguna de Chapala o el Balneario de Puerto Vallarta, en el Pacífico Mexicano -a escasas horas de la urbe-, son opciones inmejorables y de camino a éste último, se pueden visitar las zonas productoras de agave en la zona de Arandas y Tequila, las cuales marcarán todo un viaje de placer gustativo al disfrutar los mejores tequilas producidos en México para el mundo.

Modernidad.


Más de una ciudad en Guadalajara es la representación de la mexicanidad por su folclor y sus grupos de mariachi, su artesanía, tequila y su deporte nacional como lo es la charrería| ZAUSA

A su vez, esta ciudad es el segundo municipio más densamente poblado del país y una de las sedes industriales y económicas más importantes de la República. Es conocida en el mundo por sus tradiciones, sus atracciones culturales y recreativas, y por su gastronomía; no obstante su importancia se remite a haberse convertido en un polo económico, industrial, comercial, de infraestructura y servicios en México.

Con la Revolución de 1910, Guadalajara pasó a ser la segunda ciudad más poblada del país, pero los años siguientes (hasta bien entrados los años 30) casi pusieron en riesgo su esplendor debido a la ardua competencia por ese liderato que sostuvo con entidades como Michoacán y Guanajuato. Los años 40 fueron de tranquilidad social y política, de crecimiento marcado en el comercio, la industria y la demografía. Florecieron también en la ciudad, el primer centro comercial y el primer sistema de tren eléctrico en Latinoamérica, así como la primera Universidad Autónoma en México.

Esta ciudad fue también la mayor ciudad mexicana en ser considerada como “Ciudad del futuro” en los estudios de 2007 de la FDI Magazine, debido a su población inclinadamente juvenil, baja tasa de desempleo, gran número de recientes inversiones extranjeras y proyectos; asimismo durante la investigación contaba con el potencial económico más fuerte de cualquier mayor ciudad norteamericana en ese año, sólo superado por la ciudad de Chicago en Estados Unidos.

Durante el 2007, Guadalajara observó el mayor potencial de cualquier ciudad mexicana para hacer negocios. Su potencial económico, la fundamenta como un núcleo de desarrollo y de atracción turística para todo el país.

Todo esto tan sólo es una muestra de lo que hay que ver, hacer, probar, tocar, escuchar y olfatear en Guadalajara, vale la pena que haga realidad esas experiencias. Todo un abanico de emociones lo espera en la tierra que modeló el estereotipo de un mexicano en el universo. Vivir la experiencia de tirar un gripo acompañado de un mariachi en Tlaquepaque, es algo que ningún mexicano debiera de dejar de hacer al menos una vez en la vida. ¿Y usted, si no lo ha hecho, qué espera?