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En Puebla, por ejemplo, más de 500 restaurantes cerraron a causa de la crisis por COVID-19, reportó la presidenta de la Canirac.

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Luego de que la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, declarara emergencia sanitaria por Coronavirus el pasado 31 de marzo, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Francis Fernández Alonso, informó que a partir de esa fecha y hasta el 30 de abril todos los restaurantes de la Ciudad de México debían cerrar y dejar únicamente el servicio para llevar.

Las medidas se extendieron a todo el país y, como consecuencia, el sector restaurantero ha sido uno de los más afectados. En Puebla, por ejemplo, más de 500 restaurantes cerraron a causa de la crisis por COVID-19, reportó la presidenta de la Canirac de la entidad, Olga Méndez Juárez, quien además señaló que más de la mitad de estos negocios son afiliados de la dependencia, mientras el restante sigue operando con el 40% de su personal.

Agregó que actualmente ningún restaurante opera al 100% de su capacidad o con la totalidad de su personal, pues se optó por la reducción de jornadas laborales y sueldos para ahorrar gastos.

En Mexicali, Baja California, el presidente de Canirac del estado, Miguel Ángel Torres Sánchez, opinó que la situación de los servicios restauranteros es crítica, pues “más del 70% de estos ya cerraron, quedando abierto el 30% con ventas del 10 por ciento”.

Según estimaciones de Torres Sánchez, los porcentajes de los restaurantes que están en peligro son alarmantes y dudan que, aquellos que han detenido su actividad, puedan sobrevivir sin abrir hasta finales de abril.

El panorama del sector restaurantero en Nuevo León es aún más crítico; pues según Jorge Moeller, titular de la Canirac en el estado, informó que el aislamiento social trajo como consecuencia una baja clientes de 95 por ciento, razón por la que alrededor de 3 mil restaurantes podrían cerrar definitivamente.

Por otra parte, Marcy Baezaleel Pacheco, dirigente del organismo en Cancún, informó que ya el 95% de los establecimientos afiliados a la Canirac está cerrado y brindando servicio a domicilio y a través de plataformas digitales.

“El Covid-19 ha desplomado más de 25% las micro y medianas empresas restauranteras en Cancún, por lo que muchos de los agremiados de la Canirac pasando la contingencia no podrán reabrir”, explicó.

Finalmente, en el estado de Morelos por lo menos el 20% de los restauranteros afiliados bajaron su cortina, trayendo como consecuencia un desplome del 90 por ciento de las ventas. Harry Nielsen, presidente de la Canirac en la entidad, agregó que solo algunos han logrado repuntar en un 10% con la estrategia de comida para llevar.

En Durango, Marina Vitela Rodríguez, presidenta municipal, en trabajo conjunto con la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, impulsó la campaña ‘Consume local, solo para llevar’, con la finalidad de promover entre la población el servicio a domicilio.