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Las líneas aéreas Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris venían de factores de ocupación de entre 85 y 90%, éstas dos han disminuido el índice a niveles de 70%.

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La estrategia de las aerolíneas mexicanas de abrir más rutas y aumentar frecuencias en algunos destinos aéreos no ha resultado en vuelos más llenos después de los meses más críticos de la pandemia derivada del COVID-19, puesto que el factor de ocupación, que mide la cantidad de asientos ocupados respecto de la oferta total, se ha mantenido en 60 por ciento.

Luego de abril, cuando los aviones volaron al 51% de su capacidad, el factor de ocupación en promedio para la industria general se recuperó a niveles de 65.7% en mayo y cayó ligeramente a 64.6% en junio, lo que supuso una disminución de 19.7% respecto al mismo mes del 2019, según datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Si bien Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris venían de factores de ocupación de entre 85 y 90%, éstas dos han disminuido el índice a niveles de 70%, mientras que Aeroméxico, que incluso registró aviones a menos de la mitad de su capacidad en abril, vuela con niveles del 58 por ciento.

De acuerdo con especialistas, parte de esta dinámica se explica por una estrategia que se basaría en aumentar la oferta de vuelos para estimular la demanda, aunque no siempre con efectos favorables, señala Fernando Gómez Suárez. “Aquí lo que importa es la demanda, y si no es suficiente, no sirve financieramente, o al menos no lo hará en tanto no haya condiciones de mercado”.

Los niveles óptimos para que un vuelo resulte rentable dependen del tamaño del avión, el tipo de ruta y hasta del precio del combustible. Un análisis de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) publicado en mayo refiere que el promedio de ocupación a nivel mundial es del 67%. Aunque en estos niveles se arriesgan las ganancias, pues para que un vuelo sea rentable se requiere que vaya a un 77% de su capacidad.

Gómez Suárez apunta a Expansión que en ocasiones las aerolíneas financian la operación de rutas rentables con las que no lo son; “es un error estratégico de mercado, porque se ha demostrado que haciendo esto han enfrentado problemas en el largo plazo. Si lo hacen para calentar y estrenar rutas, aquí no gana precisamente el vuelo más barato, sino las condiciones de seguridad”.