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Un nuevo cierre masivo de establecimientos y restaurantes podría generar más conflictos judiciales entre arrendatarios y arrendadores por el pago de rentas.

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La pandemia de COVID-19 en México sigue afectando a la industria restaurantera, pues cerraron más de 600 mil negocios o restaurantes, para un 15% menos unidades en el país. 

Por lo que un nuevo cierre masivo de establecimientos y restaurantes podría generar más conflictos judiciales entre arrendatarios y arrendadores o con los proveedores por el pago de rentas.

O incluso que muchos dueños o propietarios desobedezcan algunas medidas como horarios de cierre o capacidad, señaló la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac).

De “regresar a un cierre de esta naturaleza, yo no pudiera garantizar que la gente se negara simplemente a cerrar, hay gente que ha sido sumamente dañada en su economía y patrimonio”, comentó Francisco Fernández Alonso, presidente del organismo. 

En conferencia virtual, recalcó que la mayoría de los restaurantes dentro de centros comerciales opera actualmente al 30% de su capacidad, con horario reducido y ley seca en la venta de bebidas alcohólicas.

En este sentido, Fernández Alonso añadió que “hay una triste realidad, al haber cerrado muchos restaurantes los que quedaron vivos son los que están absorbiendo ese flujo y eso ha ayudado a matizar una pérdida mayor de ventas”.

Asimismo, señaló antes de la pandemia había 2.1 millones de mexicanos trabajando de forma directa en el sector y otros 3.5 millones de manera indirecta, pero a raíz del COVID-19 en el sector formal se habrían perdido unas 200 mil plazas.