En la arquitectura contemporánea, la luz ha dejado de ser un elemento meramente funcional para convertirse en una herramienta de diseño capaz de transformar la experiencia del espacio, mejorar la calidad de vida y contribuir a la sostenibilidad ambiental.
De acuerdo con Luis Juan López Barreiro, socio fundador de Iluminet, el futuro de la iluminación pasa por la eficiencia energética y la integración tecnológica. Estas tendencias redefinen la manera en que arquitectos y diseñadores conciben los proyectos:
“El reto está en equilibrar innovación, estética, eficiencia y tecnología, además de avanzar hacia una iluminación consciente del impacto que tiene tanto en el medio ambiente como en la salud humana”.
La iluminación inteligente, por ejemplo, ya permite ajustar la intensidad y el color de la luz según la actividad, la hora del día o la presencia de personas en un espacio. Esto se traduce en ahorros energéticos significativos y en un mayor bienestar para los usuarios, al adaptar el entorno a sus necesidades físicas y emocionales.
Además de optimizar el consumo eléctrico, la luz influye en el estado de ánimo, la productividad y la percepción de los espacios. En oficinas, hospitales o viviendas, un diseño lumínico bien planificado puede reducir el estrés, mejorar la concentración y generar ambientes más humanos y sostenibles.
Estas reflexiones serán parte de la conversación en el Tercer Foro de Iluminación de Obra Blanca 2025, que se realizará el próximo 16 de octubre en Expo Santa Fe, Ciudad de México. El encuentro reunirá a reconocidos especialistas internacionales —como Maurici Ginés, Felipe Leal y Charles Stone— para debatir sobre el papel transformador de la luz en la arquitectura y su impacto en la sostenibilidad y la innovación urbana.