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Luego de finalizar el 2019 con un crecimiento nulo, en octubre alcanzaron un repunte de 3.5% a tasa anual.

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Los precios al consumidor en México han tenido un repunte en los últimos meses, relacionado entre otros elementos al periodo estacional de los energéticos. Esto no ha sido ajeno a los precios de las materias primas del sector construcción que en los meses recientes muestran un repunte que en principio no parece asociado con una mejora en los niveles de demanda.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en el mes de octubre los precios productor de la construcción crecieron 3.5% al compararlos con el mismo mes del año pasado.

Si bien es un repunte moderado respecto al crecimiento de dos dígitos de ciclos anuales anteriores, la tendencia muestra un gran cambio a lo largo del año en curso, al considerar que al finalizar el año 2019 se acumuló un crecimiento nulo, de -0.05 por ciento.

A pesar de la fuerte recesión que experimenta el sector de la construcción, a partir de febrero y marzo se observó una corrección al observarse moderados repuntes. El primer trimestre se cerró con un avance de 1.18 por ciento.

Durante el periodo abril-junio, el de mayor confinamiento por la crisis sanitaria, donde incluso el sector no fue considerado esencial y tuvo que detener sus actividades, los precios de las materias primeras de la construcción ajustaron a un repunte de un 2.88% anual en abril a 1.36% en junio.

Una vez que se inició la reapertura de actividades, se ha observado nuevamente moderados pero constantes incrementos desde 1.87% en julio hasta 3.5% anual en octubre.

Como los niveles de producción siguen marcando que el proceso recesivo del sector se ha extendido, con una contracción acumulada de -19.6% de enero a septiembre, con una retroceso generalizado en sus tres componentes, principalmente en la construcción de obras de ingeniería civil y edificación, la demanda sigue contenida.

Así que por lo pronto los precios de las materias primas de la construcción deben estar más asociado a las cotizaciones internacionales de diversos commodities, como los energéticos, el acero, etc., más que a un importante repunte en la demanda que sigue contenida.