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La correspondiente al segmento residencial muestra un mejor desempeño que la no residencial.

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La inversión en la construcción sigue alargando su ciclo de contracción, al reportar en febrero un retroceso de -5.9% respecto al mes similar del año previo y de esta manera acumular una caída de -8.8% anual durante el primer bimestre, de acuerdo con la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La construcción retomó la tendencia de meses anteriores, donde el sector residencial fue el que tuvo el mejor desempeño con una contracción anual de -2.9% en el segundo mes de 2021; en contraste, se observó un ajuste mucho mayor en el segmento no residencial en -9.2 por ciento.

Las cifras son contundentes en el sentido que el gasto en construcción dependiente del sector privado (residencial), a pesar de la condición económica adversa, sigue teniendo un mejor desempeño que la relacionado a la inversión pública (no residencial).

Al respecto, analistas de Invex consideran que “en particular, los proyectos de infraestructura avanzan a paso lento… Sólo un aumento en la confianza de los inversionistas podría generar un impulso en la actividad del sector de la construcción, principalmente en la parte no residencial”.

Recordaron que “aún se mantienen en pausa un importante número de los proyectos de inversión en infraestructura que anunciaron el Gobierno de México y el Consejo Coordinador Empresarial desde el año pasado. No se descarta que esta pausa se extienda mientras no se ejecuten acciones que efectivamente refuercen el Estado de Derecho y la confianza de los inversionistas en el país”.

Por otra parte, en su comparativo mes a mes, de acuerdo con el presidente del INEGI, Julio Santaella, “la construcción venía en una senda decreciente desde 2018, se desplomó con la emergencia sanitaria por #COVID_19 y después se ha recuperado parcialmente; creció 2.6% m/m en febrero 2021 y aún está (-)6.7% a/a por debajo de su nivel de febrero 2020”, señaló en su cuenta de twitter refiriéndose a las cifras desestacionalizadas.

Respecto al crecimiento mensual, los analistas de Banorte señalan que se observó un repunte del sector residencial (2.5% respecto a enero) tras un lento inicio del año. “Mientras tanto, y en nuestra opinión más relevante, el no residencial se ubicó en 1.6%, extendiendo el alza. Esto podría estar relacionado con un mayor gasto en infraestructura previo a las elecciones. Además, es consistente con las señales de los reportes de finanzas públicas sobre el gasto en inversión física del gobierno federal”.

Analistas de Monex afirmaron que desde la perspectiva anual, todos los rubros empezaron  a beneficiarse del efecto base de comparación, pues en febrero fue el primer mes de declive mensual relevante para la inversión en el contexto del Covid-19.