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La incertidumbre, elevada inflación en los precios de las materias primas de la construcción y el costo del crédito, son factores que en su conjunto han repercutido negativamente en el desempeño de la edificación en 2022.

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La industria de la construcción es una de las actividades económicas del país más rezagadas en relación al nivel previo al inicio de la pandemia, donde la falta de inversión ha repercutido principalmente en la edificación.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la edificación repuntó en 2021 a un ritmo anual de 6.0%; sin embargo, venía de una fuerte caída de -16.6% en 2020, por lo cual en 2022 tenía un gran reto de lograr recuperar un importante terreno perdido.

Sin embargo, durante los 10 primeros meses de 2022 la edificación no solo no logró sostener su ritmo de recuperación, por el contrario, acumuló una contracción de -2.7% respecto al mismo periodo de 2021.

 

Las cifras muestran que, al cierre de octubre pasado, a la edificación le falta alrededor de 13% para recuperar un nivel similar al previo a la pandemia.

 

De acuerdo con el análisis Situación Inmobiliaria de BBVA, del segundo semestre de 2022, la edificación es el componente más importante de la industria de la construcción.

"La Edificación regresa a terreno negativo una vez que ha pasado el auge por su componente productivo y una incipiente recuperación en la construcción residencial. Aun así, la edificación sigue como el subsector más relevante en la Construcción aportando casi el 70% del PIB sectorial".

Dicho análisis destacó que la inversión en el sector se concentró en las obras de infraestructura emblemáticas de la administración federal, a donde se ha concentrado el presupuesto público.

Agregaron que "será la edificación residencial la que podría tener un mejor desempeño, aunque moderado que no será suficiente para impulsar el total de la edificación".

La edificación depende de inversión privada, fundamentalmente, por lo que esta ha reaccionado a factores como la incertidumbre, los elevados costos de construcción por la inflación en los insumos del sector y la elevación de las tasas de interés que encarecen el financiamiento bancario a la edificación.

 

El INEGI informó que de enero a septiembre de 2022 la inversión residencial acumuló un retroceso de -5.1% anual, lo que ratifica la debilidad de la edificación.