A partir de este año, el acero utilizado en las obras públicas licitadas por el Gobierno de México deberá ser de origen nacional. La medida fue anunciada por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) como parte de una estrategia para respaldar a la industria siderúrgica del país frente al nuevo entorno comercial internacional, tras el anuncio de Estados Unidos de duplicar los aranceles al acero y aluminio.
El titular de la dependencia, Jesús Esteva, aclaró que esta nueva disposición se implementará de forma inmediata y será revisada en función de la capacidad de producción de la industria nacional. “Vamos a evaluarlo con la propia industria. Si nos indica que hay cierto límite, veremos entonces abrir —como ahora— a otras opciones”, explicó.
También, se señaló que esta política no debería generar incrementos en los costos de las obras, dado que, al no requerirse importaciones, el uso de acero nacional podría incluso reducir los precios. “Hoy por hoy no se planteaba como condicionante; entonces debería de salir más barato si es producción nacional”, apuntó Esteva.
Este anuncio se dio en el marco de la firma de un Convenio de Colaboración entre la SICT y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), con el propósito de fortalecer la transparencia, la ética pública y la participación del sector formal en los proyectos de infraestructura del país.
La iniciativa forma parte de un esfuerzo integral por fortalecer la cadena productiva nacional y consolidar un modelo de infraestructura más competitivo, eficiente y resiliente, donde la industria mexicana del acero tendrá un rol protagónico.
Con información de El Economista