|  

La mentalidad no credit llegó para quedarse. Pagamos por música consumida, por series vistas o por los kilómetros hechos con un coche de sharing o renting, cada vez nos apalancamos menos en cosas materiales, pero entonces, ¿por qué seguimos pensando en comprar una vivienda que nos valga para toda la vida?

229 No me gusta22

En la cultura europea el sentimiento de propiedad está muy arraigado, pero este sentimiento va a cambiar. De hecho, lleva tiempo cambiando y ahora es cuando se va a hacer realmente perceptible. Ante ello, los jóvenes del viejo continente van a seguir comprando vivienda, van a cambiar la forma de hacerlo.

Durante los últimos 10 años, el sector inmobiliario en Europa ha sufrido fuertes cambios, principalmente en lo que a hábitos de consumo. Contra lo que muchos creen, la renta se ha consolidado como la opción residencial más elegida entre jóvenes y las nuevas familias.

Desde el fin del boom del ladrillo, el interés de los grandes players e inversores ha cambiado. Posterior a la compra especulativa encontraron en la renta un modelo atractivo y rentable. Eso sí, apostando únicamente por el mercado más tradicional: el alquiler comercial. La gestión de arrendamientos de oficinas, locales o centros comerciales lleva tiempo bajo su punto de mira, pero es en este 2018 cuando realmente van a abrir sus perspectivas y posibilidades de inversión hacia el alquiler residencial.

Los bajos tipos de interés, las facilidades para conseguir financiación y la consolidación del alquiler en las grandes ciudades han hecho atractivo para la inversión el mercado inmobiliario español, por ejemplo. En este sentido, el 2017 ha destacado por la aparición de las primeras Socimis (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria) centradas en la renta de viviendas.

Hay tomar en cuenta los diversos ajustes a una situación económico-laboral. La sociedad europea está cambiando y los jóvenes no se ven viviendo atados a una entidad bancaria durante dos décadas. Por ejemplo, la llegada de un miembro más a la familia o un cambio de trabajo, son motivos para que esa vivienda que compramos con tanto esfuerzo ya no cumpla con nuestras nuevas necesidades.

Se espera que 2018 se convierta en el año cero del alquiler. Podría ser el año en el que compraremos por oportunidades de rentabilidad y en el que viviremos de alquiler según nuestros requisitos. Porque si algo saben nuestros jóvenes es que de la noche a la mañana todo puede cambiar. Los millennials han evolucionado a la generación no credit y tienen claro que no es imprescindible, ni mucho menos, pagar miles de euros por una casa que en un futuro no los complacerá.

La generación no credit ve la vivienda como un bien de consumo más, con el que tiene que satisfacer una necesidad concreta en un momento determinado. Es por ello que rehúsan del apalancamiento tradicional y apuestan por la movilidad, más característica del modelo europeo. Para ellos las hipotecas no tienen cabida, porque pagan por el uso de cualquier bien de consumo, incluso la vivienda, según una nota de cincodías de España.